Mario Vargas Llosa. |
La maquina de arcilla, el ocaso, los caballitos de totora, la arena y el mar de Huanchaco fueron los elementos indispensables para que Mario Vargas Llosa nos confiese los “secretos de un novelista”.
El reconocido escritor de La fiesta del chivo, Los cachorros, Conversación en la catedral y La guerra del fin del mundo dio su charla magistral el pasado viernes por la noche, en la que contó cómo desarrolla su labor, y lo hizo de una manera divertida y poco usual, desdoblándose en dos personajes, en la de periodista y escritor entrevistado.
La idea de su conferencia fue contar a los concurrentes lo que está detrás de una novela, las imágenes, cómo se inventa la historia y los personajes. Cada novelista tiene su método de trabajo y Vargas Llosa lo hizo de la manera más llana posible, desdoblándose, como si fuera un periodista.
Su charla la inició con una broma que soltó la carcajada moderada de las aproximadas 3 mil personas que compartieron con él en Playa Azul. ¿Señor Vargas Llosa, cómo escribe usted?, se preguntó asimismo. “Escribo de derecha a izquierda”, respondió. La repregunta vino de inmediato. “muy bien señor Vargas Llosa, muy divertido, pero usted sabe que la pregunta era más seria, más profunda”. A lo que por fin respondió: Depende. Cuando escribo mis artículos […] lo hago en forma diferente a cuando se trata de una novela. Trabajo una sola idea traída de la actualidad. Mientras que al escribir una novela lo hago en forma muy misteriosa, fuera de lo racional.
Al quedar el “periodista” un poco confundido le pide mayor precisión, a lo que Vargas Llosa explicó amparándose en la nueva novela que está escribiendo “El sueño del celta”. Muy cuidadoso él, no nos contó la trama, sino, cómo concibe la idea, y quién es el personaje, dando respuesta a ¿Cómo empezó? ¿Cómo surgió la idea de escribir esta historia? ¿Qué cosas descubrió? ¿Hasta qué punto respeta la verdad histórica? ¿Está bien que se permita mentir?
El personaje de la nueva novela de Vargas Llosa tiene el título provisional de “El sueño del celta” y se llama Roger Casement. Su interés por él surgió leyendo una de las biografías de Joseph Konrad a su paso por el Congo, a lo que dijo: “la realidad del Congo era una realidad atroz. Me encontré tratando de imaginar por qué fueron importantes las revelaciones y testimonios de Casement para Conrad. Fue un personaje extraordinariamente importante en su tiempo y que había caído en el olvido por razones muy dramáticas. Denunció ante Inglaterra y Europa las atrocidades indescriptibles que se cometían en el Congo en la época de la colonización belga, a fin de que los horrores cesaran o disminuyeran”.
Vargas Llosa al describir a Casement, narró incluso que había estado en la Selva amazónica, en la zona cauchera de Colombia, Perú y Brasil, elaborando informes para el gobierno británico acerca de la explotación de esta materia prima.
“Documentó minuciosamente lo que ocurría. Hizo una denuncia sobre la situación de los indígenas y demostró que algunas comunidades simplemente habían desaparecido por las condiciones impuestas por los caucheros”, acotó.
Lo que se conocía de Casement cambió pronto. Durante la Primera Guerra Mundial fue acusado de facilitar armas a los nacionalistas irlandeses y fue condenado a muerte. Mientras esperaba la ejecución, “aparecieron fragmentos de un supuesto diario que había descubierto Scotland Yard en la casa de Casement. Eran unos textos escandalosos, escritos con una inmensa vulgaridad”.
Todas las circunstancias por las que atravesó el personaje central de la nueva obra de Vargas Llosa fueron lo que los que lo motivaron. Luego explico otro de los pasos que él sigue para crear sus novelas, y es la elaboración de fichas de trayectoria, en las que registra el inicio y el fin de la vida de los personajes, en las que ubica dónde se entrecruzan y lo considera el punto de apoyo para empezar a fantasear.
Luego viene la documentación del personaje, entender el medio en el que se desenvuelve. Ante estas revelaciones, el periodista vuelve a preguntar ¿Hasta qué punto respeta la verdad histórica? Vargas Llosa respondió citando La guerra y la paz de Tolstoi. Un texto histórico plagado de inexactitudes.
Al despedirse dijo que “Toda buena novela dice la verdad y toda novela mala miente. Yo espero que esta novela esté plagada de mentiras históricas y verdades literarias”.
Oficina de Prensa ATAL (prensa@atalperu.org)
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