31.1.11

“BARRIDO DE CAMPO” DE JUAN JOSÉ RODRÍGUEZ: IMÁGENES Y FONDOS


Por Ángeles Martínez

Antes de arrancar un libro, solo impresiones, un nombre que dice y no dice, la sobredosis de imágenes que contiene, la interesante editorial peruana Cascahuesos Editores a donde han fugado, sin que eso significa fuga, las letras de grandes escritores ecuatorianos vivos, de un tiempo acá; queda demostrado que se ha roto la frontera que hace poco nos rompía a unos y a otros, ecuatorianos, peruanos, la misma cosa.

En mis manos, imagino una edición cuidada, dentro: lo que sin filaterías se entiende por prosa poética ¿Pero, qué misterios? Sé de la delicada, envidiable, habilidad para las metáforas de Juan José, tiempo hace de conocerle de vista, de leídas, de cruzar algunas palabras.

Recuerdo la última conversación, quizá primera, en la Feria de Libro en Quito, hace poco, donde después de tanto transitar por recitales y ciudades pudimos, sí para eso se necesita tiempo en algunos casos, charlar amigablemente, con cierta camaradería, porque no todos los poetas, y Juan José es el caso —va a reírse supongo-espero— buscan hacer amigos por ahí como si la vida fuera una sucursal del facebook; cosa que me alegra.

De su conversación: su revista “Ruido Blanco”, su trabajo de traductor del francés, su espíritu glocal, ciudadano tan de aquí, tan de allá. Toda una enciclopedia de escritores que valen la pena leerse, hablamos de los que todavía no descansan para siempre, esa noche, que creo suelen ser más difícil de rastrear ¿datos? Profesor universitario, se me cruza el énfasis frutal que puso otro colega, para recordarnos que comparte lugar natal con el gran Adoum; de tierra fértil Juan José, se fue caminando por una capital, misteriosamente, sin su niebla… y ahora llega su libro, llega, desde el Perú a Cuenca.

Se cierra la tapa del libro: impresiones, eso queda después de la lectura, descartemos las primeras… recorramos mentalmente, esta maraña en la que Rodríguez nos han involucrado, hasta hacernos explotar no sólo las células… inevitable encontrar su erudición, su conocimiento cultural que esta vez coquetea con las palabras de la medicina y la química.

No es un libro fácil, no me voy a poner inventar adjetivos rimbombantes, ni a traer a García-Canclini, para explicar nada… no es halago, no es vituperio, es verdad, exige, nos pierde en viajes mentales, marca por instantes mapas internos complejos, como lector parece en instantes: 16 de junio, 16 de junio, 16 de junio… ¡Ay, Joyce! ¡Por instantes!… Y su dificultad no está sólo ahí, te exige porque está atravesado por el conocimiento que succionó de la cultura y que bien puede aleccionarnos, si es que queremos que así sea.

En fin, a un libro de poesía, no se puede, ni se debe hacer la autopsia, espero no caer en acercar mi bisturí a la delicada poesía y pensamiento que late bajo esta tapa semirígida. Pero el libro se debe a un lector, y éste, especialmente, exige un lector maduro, no sé si soy eso, no me importa mucho, pero sé que poseo la sensibilidad que me permite, un poco así por naturaleza, transgredir lo que se espera que se diga, dar unas opiniones.

El libro dividido está divido en seis, quizá sólo cinco partes y una especie de conclusión irónica.

En “De tu dialecto” inicia con ambigüedades filosóficas, un páramo-relativo, un cielo-prótesis, un viaje, no está claro por dónde, no, ni con quién, sí hay una mujer que parece maneja a quien maneja, pero después desaparece en el libro. Entonces, la primera pista que dejo: no es un libro-lamento ni oda, al ser amado… el paisaje que puede ser idílico aparece marcado como “un cielo como un campo (de polietileno)” ¿Dónde va el poeta? No importa, lo grave para el lector es a dónde va él con esa lectura… “cuerpo del final / cielo del final /este lugar es pérdida / no hay lo escrito / no hay por llegar. / Out”. (Out… que después a lo largo del libro iremos comprendiendo por qué aparece de manera más o menos constante: es un apagarse, un irse, un antidepresivo, algo que nos saca mediáticos y deprimidos a ningún lugar, es como un negro, un desenchufarse… out).

De pronto las letras describen “tinnitus”, ruidos en el oído, y en Cuerpo Presente: “Una pelota de playa botea en la sala y es mi amiga. Hay velocidad de los cielos en mi sangre. Describo una luz sin fondo: un sol de pared. Ventana. Soy un cuerpo fracasado” (14), y luego, salto: “El silencio. Este cuerpo es una reja sabiamente destruida… perdóname por estar aquí…”. El poeta no logra concentrarse en el paisaje, siempre mira hacia dentro y se encuentra con la ciencia, con algo que no va bien en su adentro, siempre hay una mirada con fiebre… retrovirus, glóbulos que pelean:

“Empecé como una vieja caracola. Concentré cada mundo en un fosilizado átomo. Luego, la enfermedad colocó sus células en cada célula de mi cuerpo único. El río regresó como un hecho metódico para salvarme. Aunque la enfermedad indujo terribles formas en cada esquina de mi cuerpo inútil”.

La prosa poética de manera recurrente termina y pequeños versos desnudados de prosa, juegos rítmicos, no descriptivos, sensitivos… quizá. El mecanismo del cuerpo no funciona del todo, insistencia, preocupación: el poeta quiere que la bicicleta se convierta en caballo, la gravedad está en su médula… en lo más profundo, lo repite incansable, nos enferma también, eso quiere seguro, eso quiere y nos estornuda los versos encima. Sus juegos son hábiles en reiteraciones, como en algunos títulos: Por ejemplo, “ETIQUETA DE IDENTIDAD, Versión única, final” aparece varias veces… (3 o 4), ¿enfermo y desesperado es que todavía puede reírse?… no exactamente, más bien parece otro síntoma, relacionado con el pensar la in-existencia: “Tanta gente se llama como yo en este páramo extranjero”, se trata de descubrirse alguien-cualquiera… pero siempre los ganglios, los químicos, las pastillas.

CORTE RESPIRO y llegamos con las justas: “Álbum del autor”, retratos de retratos, pinturas poéticas sobre cuadros que no dejan de ser inquietantes. El escritor-protagonista de pronto, abruptamente, deja el campo, la enfermedad, y mete al lector en un museo donde ha preparado una selección inquietante. Desfilan versos EGON SCHIELE, Mujer sentada con la pierna izquierda levantada, 1910. Erotismo puro y del bueno: “Desde la vulva entrevista y las bragas cubiertas, transparentes: el altar del inocente”. Y pasa la mirada a la impresionante noche de MAX BECKMANN: “Mira cómo te rompen el brazo. Gimes. Estoy detrás. Tal vez. La mujer de vestido rojo dónde mira. El cuadro en polvo, chorreado. La mujer de rojo dónde mira. La mesa, el sombrero en el piso. Sientes la presión: la mujer de corsé abierto: mi ignorancia”.

Y sigue, con la In-armonía de HOFMANN, escribe con los Tres estudios de cabeza humana, FRANCIS BACON, cuando se llegamos a esa obra del 86, GOTTFRIED HELNWEIN Artaud’s Song, me viene la frase de artista pintado. Dice Artaud: “No ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible” pero entonces ¿qué hace Juan José? río, y me sumerjo en sus hermosas metáforas, la parte más amable del libro, e intento relajarme como se hace en una galería, porque se presiente, pese a que estamos rodeados de imágenes angustiantea que nos depara una estocada peor de salida… y así Camilo Egas, Jorge Velarde, Washington Iza…

Salimos del escritor-curador, y claro: “Canción de Autor. En la Iglesia Evangélica de la Eternidad, 2008…”. ¡Ya se imaginarán! lEl poeta reflexiona, endiablado con la vida, reluce su inconformidad, su verdad sacrílega y un paraíso que parece alcanzar sólo con pastillas. De pronto, pasas la página, las metáforas dejan el entablado, el moho, cambian su forma y se vuelven ultracontemporáneas:

II
“Bam. El ojo ve muertos. No ve la muerte: procesos industriales, tejidos metabólicos del silencio. Bam. La muerte es una pulserita folklórica. Bam. El arco de estrellas, el carcaj de un día desesperado, de un grito abolido en la pared (noir) de la noche (noir) o la velocidad (noir) de los mundos golpeados, de las muchedumbres en la puerta donde un niño no sabe a dónde ir, donde no sabe”.


Otra vez… repite, otra vez, enloquece, el título, como estribillo: “PEQUEÑO ULTRAVIOLETA DICE. Enero 18, 2008: 17:00-23:55” (con fecha, cambian la hora y el minuto, marcan, desesperantes) Aquí luego de un intenso y agobiante viaje interno en la primera parte, hay un intento de evasión visual, parece que la televisión, que la pantalla de computadora puede redimir pero no… causa el efecto contrario, nos arrastra a todos: “Dormir en las ingles de mi madre. Promesa de tumor. Pantallas plasma. Vendrá nuestro señor de las pantallas plasma”.

Y cuando quiere anclar en la realidad lo que se encuentra uno es con referencias a un mundo decadente, donde se le escapa su sensibilidad, porque parece que con el niño a quien lleva en el auto es, primera y última vez en el libro, un ser preocupado en el resto: “Dos puentes. Niño escuálido. Llora. Sin billetes para llegar. Es miserable el vientre con hambre. El dinero hace la realidad. Cuando lo llevo en mi auto lleva su rostro. Pálido y amarillo. De pronto se siente acompañado. Y grita: “Estuve en un campo vacío en cada molécula del mundo”. No le creo. Pero su codo es esquelético. Pero su lengua no discute. El paisaje deviene un gotero de tiempo. Ambos somos miserables. Quizás le creo. Una iglesia adventista. Tres puentes.

¿Pero estuvo en Cuenca llevando a un niño miserable? ¿o lo vio por televisión junto a la masacre de Ruanda que nombra…? ¿Cómo saber si se declara en Zapping, comiendo McDonald’s?: “En mi boca grasa de luz escurre. En brillante, un hipermercado del mundo. No hay mente” remata, la imagen, sólo una, ¿cómo no pensar lo que pensé? invenciones o misterios: “canal aleph el mundo”.

En esta parte nos damos un recorrido por la sociedad comercial, él mismo se convierte en cámara… pero siempre está: “Comprando. Adquiriendo la muerte en objetos plásticos saturados de realidad y marcas taiwanesas”. Una solución drástica: “efecto de silencio ante la fractura del cielo zen, de grageas zen y el vacío”.

“TU CÉLULA QUE EXPLOTA-HOSPITAL DEL VIENTO”: En esta, que considero una última parte. ¿El protagonista? no puede con el mundo, nos arrastra a un hospital fantasmagórico, a un rendirse, la maquinaria médica, no calma el dolor que acompaña todo el libro, incluso en su parte museo: hay pocas posibilidades, morfina, tomografías, una canción de despedida: “Por la mañana, el médico me dice: “tiene una enfermedad en la cabeza como un otoño inhabitable”. Yo también lo sospecho”.

Exceso de pastillas, sueña con destruirse, hasta que, por fin, la cámara de resonancias muestra las imágenes —siempre imágenes, barridos— de una piedra de la locura, un quiste. Un médico-poeta que quiere consolar quiere, quiere, quiere, un adiós ¿para quién?, la última parte del libro: un homenaje a un poeta ruso… ¡Ironías!

Quedan por este recorrido irreal, a saltos e interpretaciones, muchas interrogantes, pero sobre todo creo que Rodríguez pone en nuestras manos un libro virulento, contagioso, peligroso.

¡CAUTION! Sí, lectores, pasadas las primeras impresiones, perdido el miedo a ciertas exquisiteces, que en secreto odiamos o envidiamos, la obra nos conecta como en automático a un estado sin ninguna cordura, ni consideración. Amarán llegar al museo y se retorcerán como el poeta cuando se mira, porque su enfermedad, es la nuestra: la finitud, el pensamiento que pensado es carga, preguntas, dolor, se olvida el mundo que cuando se mira causa vértigo, se piensa hacia adentro, se palpa la inconformidad, hasta el último átomo ¡Eso es lo peor que se puede hacer si se quiere ser feliz! pero JJ sabe que la felicidad no es la estupidez, aunque sería bueno que lo sea.

Les invito a sacar, pues, sus propias conclusiones…


* Texto leído en la presentación del 10 de diciembre de 2010, en la Casa de la Cultura de Cuenca. Tomado del blog Hay que decir.

WITOLD GOMBROWICZ Y GUSTAVO LEGUIZAMÓN


Por Juan Carlos Gómez

“Los ajedrecistas consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerarquías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Mallarmé y, mutuamente, se rinden todos los honores”.

A pesar de que el ajedrez fue una compañía constante de Gombrowicz durante toda su vida, habla poco de este juego en sus diarios. Desde muy joven era conocido por su afición al ajedrez, al punto que cuando hizo su pasantía de abogado en los tribunales de Varsovia el juez lo distinguía con los asuntos más interesantes porque sabía jugar al ajedrez.

El café Rex fue un salón mundano y aristocrático para ese noble polaco en bancarrota que era Gombrowicz, allí jugaba al ajedrez mientras fumaba con avidez sosteniendo los cigarrillos al modo de los fumadores de pipa.

Los cigarrillos que fumaba eran horribles y muy fuertes, dejaba el paquete sobre la mesa, y si alguien le ofrecía cigarrillos importados, los rechazaba con dignidad: —No, gracias, yo fumo Tecla.
El alguien que le ofrecía frecuentemente cigarrillos norteamericanos era un personaje del Rex, un suizo alemán al que todo el mundo llamaba Philip Morris. Elegante, serio, puntual, sólo fumaba esa marca de cigarrillos. Gombrowicz le despreciaba sistemáticamente esas invitaciones, pero en cambio lo desplumaba jugando al ajedrez ping pong por muy poca plata, apenas le alcanzaba para pagarse una comida.

“[…] El ajedrez lo ayudaba más que ninguna otra cosa a calmar los nervios en la difícil situación en la que se encontraba. Al concentrarse en las partidas, se olvidaba de todo. Esta disciplina le fue muy útil durante la guerra y en los momentos de mayor pobreza y soledad. El Rex era como un segundo hogar para él […]”.

Gombrowicz nadaba en la pobreza como si estuviera de vacaciones en un balneario de moda, siempre por encima de las circunstancias y poniéndole buena cara al mal tiempo.

Entre los recuerdos de sus miserias argentinas, incluidos los de sus días entre rejas, el que permanecía en Gombrowicz como un símbolo misterioso era el de Morón.

“Me dirijo a la plaza de Morón. Cada vez que vuelvo aquí, voy en peregrinación a la plaza para echar una mirada a mi pasado del año mil novecientos cuarenta y tres. Pero ya no existe la pizzería donde solía tener conversaciones con los contertulios, ni el café donde jugué una memorable partida de ajedrez bailando boogie-woogie con el campeón de Morón; los dos bailábamos y bailando nos acercábamos al tablero de ajedrez para cada nuevo movimiento […]”.

“En Morón gocé de gran popularidad, tanto en la pizzería de la plaza como en el café, donde se podía jugar al billar y al ajedrez. Me bebía un litro de leche diario y me comía mi pan sentado en el suelo, sobre el pasto del chalet, mientras contemplaba la calle. En la pizzería, un mozo al que le caía simpático, me daba un sandwich por veinte centavos, pero con una feta de jamón cuatro veces más gruesa de lo normal, casi como un bistec. Y, en eso, he aquí que en el suplemento literario de ‘La Nación’, un periódico muy popular, aparece en primera plana un artículo mío. Desde ese momento mi posición social en Morón quedó liquidada. La gente empezó a darme muestras de consideración”.

El ajedrez, la historia y los zapatos pusieron en contacto a Gombrowicz con Gustavo Leguizamón, nos falta decir algo entonces sobre la historia y sobre los zapatos.

Hegel introduce un sistema para estudiar la historia de la filosofía y el mundo mismo, llamado a menudo dialéctica, una progresión en la que cada movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior.

El mundo hegeliano es una verdad en marcha, es el lugar donde la humanidad forma sus leyes y el hombre se convierte en un peldaño de la historia. La importancia que Hegel le dio a la historia contribuyó en forma excepcional a la difusión de sus ideas. A este filósofo que era capaz de deducir la racionalidad del mundo a partir de un lápiz no le costó mucho trabajo demostrar que lo inmoral de la guerra deviene en moral y que el estado se va transformando en la encarnación de lo divino.

Mientras Hegel se desvivió por encontrarle un sentido a la historia, Gombrowicz se colocó en una posición ahistórica y más bien era partidario de liquidar el pasado.

La idea de la historia está relacionada con el pasado, la causalidad, el determinismo, la dialéctica histórica, unas formas del pensamiento que no andaban bien con el talante de Gombrowicz. Vivió en una época que experimentó un ascenso irresistible de la actividad política cuya forma más representativa fue el marxismo, intentó entonces darle una forma artística a estas transformaciones de la historia en su última obra.

Gombrowicz acostumbraba a recurrir a la desnudez del cuerpo para debilitar el exceso de estructura de la forma humana. Empieza con el cuculeilo en “Ferdydurke” y termina justamente con en los pies, mejor dicho, con los zapatos en el final de su obra.

Los pies en Polonia formaban una línea cruel que separaba la miseria extrema del resto de los hombres, pues los pies de la miseria iban sin zapatos tanto en el campo como en la ciudad.

En su obra final Gombrowicz se propuso liberar a los hombres desnudándolos, con una desnudez parcial o total, pero desnudándolos al fin y al cabo.

En el primer proyecto intentó liberarlos descalzándolos, pero este bosquejo le pareció de alcances reducidos y no llegó a convertirlo en obra, le sirvió sin embargo de base para un segundo intento de alcances más amplios en el que la desnudez abarca al cuerpo entero de Albertina. Al proyecto le llamó “Historia” y a la obra le llamó “Opereta”.

En “Historia” intervienen como personajes el mismísimo Gombrowicz y el resto de la parentela, el padre, la madre y sus tres hermanos, con sus verdaderos nombres.

A medida que se desarrolla la acción estos fantasmas se van transformando en personajes históricos de las cortes europeas de principios del siglo XX, entre los que Gombrowicz se mueve como un enviado especial que se pasea descalzo invitando a los reyes a que hagan lo mismo, es decir, a que se quiten los zapatos.

Se propone liberar a los hombres pidiéndole a los emperadores que dejen de representar sus papeles, que se quiten los zapatos y que se queden descalzos. Esta manera de ver las cosas tiene mucho ver con las fuerzas que habían hostigado a Polonia durante siglos, la aristocracia por un lado que la empujaba hacia lo alto, y el fango y los pies descalzos de los campesinos con abrigos de piel de cordero por otro, que ligaba a Polonia con la parte más atrasada de Europa.

En el libreto de “Historia” Gombrowicz entra descalzo a su casa junto con el hijo del portero. A partir de ese momento la familia se convierte en un jurado que examina esta confraternización entre clases y se pregunta si Gombrowicz será capaz de graduarse de bachiller debido a esta circunstancia.

De junta examinadora la familia se transforma en un tribunal militar y, de delirio en delirio, llega hasta la corte del zar Nicolás II, a las puertas de la primera Guerra Mundial.

Desde la Argentina Gombrowicz observa cómo Polonia es destruida y empieza a desaparecer. Pero no sólo Polonia desaparece, desaparece también la Europa de la alta cultura, de la alta costura, de la alta cocina, de la aristocracia, de las ideas, del romanticismo; desde nuestras pampas ve caerse el inmenso y majestuoso edificio europeo. Gombrowicz se convierte finalmente, a través de su obra, en un arquetipo al que terminan reverenciando los ricos y los pobres, la izquierda y la derecha, la saciedad y el hambre.

En la Argentina existen artistas de apellidos tradicionales emparentados con la nobleza española del mismo temple universal y extravagante que tenía Gombrowicz.

Un músico y abogado salteño, uno de los más grandes folkloristas argentinos, a poco de llegado al mundo, como era muy flaco, recibe un mote que parece sacado de la casa de los gombrowiczidas.

La madre quiere comprar unos chanchos: —¡Pero si están tan flacos como este cuchi! Desde entonces Gustavo Leguizamón fue para siempre "El Cuchi", un vocablo quechua que significa justamente chancho.

Este brillante compositor y pianista, irrespetuoso de toda formalidad y también de sí mismo, admiraba a Beethoven tanto como lo admiraba Gombrowicz.

“Estoy fascinado con las locomotoras, ese instrumento musical maravilloso que tiene fácilmente dieciocho escapes de gas que son sonidos, y un pito con el cual se pueden hacer maravillas, por no contar su misma marcha”.

Hizo fundir una quena, se la agregó a la máquina y le daba conciertos a los ferroviarios que lo miraban como a un bicho raro.

La vida de estudiante trajo a Gustavo Leguizamón de su Salta natal a Buenos Aires. En El Olimpo, un café del bajo cercano a Retiro donde se jugaba al ajedrez, conoció a un Gombrowicz de zapatos rotosos pero inmensos: —El único que puede tener patas de este tamaño es Ariel Ramírez. Y, efectivamente, eran zapatos que le había regalado Ariel Ramírez a un pobre Gombrowicz que en esos años mendigaba en los cafés de Buenos Aires el alojamiento, la comida y la vestimenta.

30.1.11

MÁS ARGUEDAS QUE NUNCA: “HOMENAJE A UN PERUANO DE TODAS LAS SANGRES”


Siguen las celebraciones por el centenario de José María Arguedas. Esta vez, la Agencia Peruana de noticias (Andina) ha colgado en su website un homenaje especial denominado “Homenaje a un peruano de todas las sangres / José María Arguedas 1911-2011” en donde el visitante podrá acceder a información referida a sus orígenes, su obra, el recuerdo de Arguedas, Arguedas y la música, así como una línea de tiempo de su obra, acompañado de un buen fondo musical y algunos videos respecto a la vida de este gran escritor. Para ver todo esto solo haga click en este enlace.

27.1.11

“LOS AÑOS SIN EXCUSA” MANIFIESTO DEL POETA VLADIMIR HERRERA


Manifiesto.

1

Por sentido común me adhiero a la presencia moral de “la Banda de los cuatro”, antes que a las posiciones mercenarias del “Posada Carriles de la literatura peruana”.

2

Geoffrey Firmin, el cónsul, en alguna parte de Bajo el volcán dice que “no se puede vivir sin amor”. Y lo repite varias veces. Yo le diría al oído que a más a más no se puede vivir sin talento. Sobre todo si te sientes poeta. Digamos que la falta de amor no es tan grave como la falta de talento, luego de haber atravesado quince años, antes quince y después quince como decía el de Santiago de Chuco. Ahora que apretados nos vemos en esta plaza de Bizancio y peinamos canas y ya vamos dejando la posta a nuestros hijos. Claro está que se puede vivir sin talento sobre todo si has escogido el camino de las multitudes como hacen los políticos. O los malos poetas que en vez de consagrarse a su obra en soledad y descontento, aparecen fotografiados en grandes grupos vanamente envejecidos como si terminaran de almorzar, o vinieran de engañar al mundo. Así pues la falta de talento se reemplaza con la mucha compañía, con el bullicio y la furia, aunque eso se note: en medio de la farra ya no calzan la ropa ni las poses de la juventud y las pupilas tienen un débil mirar.

3

La burrada firmada por Mora y Pimentel ha sido íntegramente escrita por el huancaíno, ya que recuerdo que a Jorge Pimentel le resultaba sumamente difícil escribir algo que no sea un buen poema: En los tiempos de La Crónica los editores le consultábamos todo a los sabios Juan Morillo y Germán Lequerica, pero también le hacíamos los títulos a Pimentel, cuyo trabajo consistía en divertirnos. Y, sí, trabajábamos en un órgano velasquista junto a Lauer, Oquendo, Hildebrandt, Patrick Rosas, Verástegui. Y qué? Yo nunca he sido apristón ni fujimoristón como los pájaros campanudos de Quilca.

En todo caso sorprende la mala leche de libelo infamante que han usado los ccorotas estos para desvirtuar a como dé lugar un trabajo probablemente concebido con humor y buenas maneras. La mentada antología consultada. Frente a la cual se pueden tener actitudes sublimes o peregrinas pero no argumentar hasta el cansancio al revés y al derecho sólo para escandalizar a la parroquia diciendo que todavía existen. Se nota su afán de sobrevivir al amparo de la vigencia. Son maestros en encaramarse a cualquier posibilidad de salir en la foto del momento, y dan la virginidad impura con su teoría más a cambio de la legitimidad tantas veces perdida. Porque de eso se trata: han buscado durante cuarenta años la legitimidad que nadie les niega pero que suponen esquiva como la suerte literaria que han tenido.

Alguien tiene que decir de una vez por todas que la mala poesía que han estado escribiendo estos años, ha estado hecha con los jirones de una retórica que sólo ha ocultado su falta de talento y su envidia. Buena retórica para borrachines desesperados pero envidia encubierta de los que han seguido escribiendo fuera de su influencia y dominio. Envidia porque nunca publicarán en una editorial de la importancia de Tusquets, y menos en una colección consagratoria como Nuevos Textos Sagrados. Y menos aún en una antología como VEINTE AÑOS DE POESÍA, también de Tusquets, el 2009. Pero la peor es su envidia por mi trabajo de editor. Solo que en ese terreno no pueden mentir. Porque los libros de Auqui están ahí: Yo fui el primero en publicar a Moro, a Westphalen y a Ferrari en Europa. André Coyné en su prologo a Cuál es la risa de Westphalen se encarga de señalar la naturaleza y los avatares de ese libro. Léaselo para entender hasta dónde camina con pie suelto la patraña.

4

Para los que vivimos fuera de la patería limeña, es decir lejos del criollismo anticuchero del Queirolo, nos resulta tenaz esa especie de autobombo permanente, de borrachera perpetua de autocomplacencia y esquina en que ha caído toda esa gente. Como si la poesía los necesitara con sus milagros. Ya sabemos que del museo-capilla del Queirolo no quedará ni la sensibilidad esponjosa y acomodaticia que lo creó, ni siquiera los cantos a la traición de quien ocultó durante treinta años los libros del amigo publicados en España y se hizo el loco. O el otro que cuando le mencionan mi nombre calla en sánscrito pese a que yo le cambié la vida presentándole a su mujer, la poetisa. Y como él otros. Eso es HZ; y por ser como son no los aguantaba el único y verdadero HZ Juan Ramírez Ruiz a quien en sus últimos tiempos mancillaron y pegaron. Que ahora no se hagan los buenos con su memoria. Lo peor de todo es que han dado ese tono de Chuiman a la chusma literaria que ha venido después de ellos: risita limeña de antiguos jovencitos crapulosos e incultos a quienes fuera del Perú no los pela ni su madre: malas maneras, inconsistencia ideológica, versos destripados, gritos cobardes en recitales y cantinas. Astutamente se han posesionado del retrato de Churata que está tan lejos de ellos como Lima de Mali. Lo han puesto en su cantina tarde y mal, cuando nosotros arequipeños, cusqueños y puneños ya habíamos enarbolado al maestro con convicción y silencio, con sicuris y viento y lontananza de futuro. Porque nos pertenece más a nosotros que a ellos mientras este Perú desmemoriado, miserable y corrupto siga perpetuando la farra literaria y la tontera.

Malos poetas y malas personas. Y lo digo con ganas por que ya me cansé de tanta impostura y porque tengo que hacerme cargo de mi obra y defenderla de la falsa amistad y la hipocresía. Por que la amistad en los buenos tiempos fue tan íntima que hasta la Musa de HZ llegó a ser madre del mayor de mis hijos, espejo macho de punk y talento. O sea que no se hagan. Que les conozco todas las arrugas y toda la sangre. Que si ellos son el centro de Lima yo pertenezco a la periferia mundana de la Benemérita provincia de Lampa, donde muy joven aprendí a disparar cartuchos con sal y ají.

Este manifiesto también es una advertencia y va en el mismo tono de aquella “advertencia a un hueleguisos” que indignamente le hicieron a Rodolfo Hinostroza. Téngase en cuenta que sé cosas que un amigo común se llevó al cielo. O sea que tranquilitos que el sol brilla para todos. Y Todavía no he comenzado a escribir mis anti-memorias. Y no soy tan civilizado ni fino como el ronco genial.

Así habla la amistad traicionada por el pontífice furioso de HZ, el Posada Carriles de la poesía peruana causante de todo este desaguisado: Tulio Mora. Y cierro este manifiesto con un guiño a Jorge Pimentel en cuya obra ya no creo. De Verástegui no diré nada porque su mala poesía última, sus delirios de grandeza y su larga convalecencia no le permitirán defenderse.

Vladimir Herrera.
Puerto Atico. Arequipa. Enero del 2011.

26.1.11

COLOQUIO ANUAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS


Dos reconocidas especialistas disertarán sobre Arguedas


Este jueves 27 de enero las 6:30 p.m. en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207 antigua estación Desamparados) se llevará a cabo la inauguración del “Coloquio Anual José María Arguedas”, evento académico que se llevará a cabo mes a mes y convocará a los distintos estudiosos de la vida y obra de Arguedas.

La mesa inaugural tendrá a Carmen María Pinilla Cisneros, socióloga de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y reconocida como una de las investigadoras más dedicadas a la vida y obra de José María Arguedas. Directora de la Colección José María Arguedas de la Biblioteca Central de la PUCP.

Y a Cecilia Rivera Orams, antropóloga de la PUCP, especialista en temas como migración andina, identidad de género y sistemas andinos de representación del poder, entre otros. Docente del Taller de Antropología Visual. Ha dictado cursos en el Posgrado de Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos y en la Universidad de San Agustín en Arequipa. Ha sido directora de Sur - Casa de Estudios del Socialismo en donde ahora es secretaria ejecutiva.

Ambas especialistas disertarán sobre este reconocido escritor, proponiendo para esta primera sesión, un balance general de la importancia fundamental de su legado. Carmen María Pinilla dictará la ponencia “Actualidad del Pensamiento de José María Arguedas”, mientras Cecilia Rivera explicará la ponencia “Escribir Antropología”.

En los próximos meses, el “Coloquio Anual José María Arguedas” convocará a los especialistas en la obra del autor entre ellos: Ricardo González Vigil, Manuel Larrú, Dorian Espezúa, Hildebrando Pérez, Rodrigo Montoya, Tomás Escajadillo, Wilfredo Kapsoli, Julio Ortega, José Alberto Portugal, William Rowe, Martin Lienhard, Helena Usandizaga entre otros.

Asimismo, nuestro auditorio servirá como escenario para los congresos y eventos literarios que deseen tributar a la obra Arguediana. Uno de los eventos que la Casa de la Literatura Peruana apoyará y auspiciará en su difusión es el Congreso Internacional Los universos literarios de José María Arguedas que organiza la Escuela y el Departamento de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos entre los días 04 al 08 de julio.

Como se recuerda el 18 de enero se conmemoró el centenario del natalicio del gran escritor y antropólogo peruano José María Arguedas Altamirano. Con motivo de esta importante celebración, las diversas instituciones, entre ellas la Casa de la Literatura Peruana, han preparado homenajes a quien fuera uno de los más grandes exponentes del Indigenismo. Estos homenajes que se iniciaron el 18 de enero ocuparán todo el año.

ESTE JUEVES 27: ALBAZOS TE INVITA A UNA NOCHE DE POESÍA


Bienvenidos al 2011; abriremos nuestro espacio con una súper fecha, este jueves 27 de enero a las 7:00 p.m., Albazos te invita. Los esperamos como siempre en Calle Berlín 172 - Miraflores:

Recital Poético:

• Rodolfo Hinostroza
• Oswaldo Reynoso
• Domingo de Ramos
• Luis Fernando Chueca
• Victoria Guerrero
• Víctor Ruíz Velazco
• Edgar Saavedra

Poesía musicalizada:

• Pepe Coté Ramos

25.1.11

EL JINETE CABALGA DE NUEVO: ENTREVISTA A OSWALDO CHANOVE


Por Marcela Robles

“Fui a Texas en 1998 por invitación de mi hermano. ¿Qué hago ahí? Es una vida extraña. Cada mañana me levanto exactamente a la misma hora y me siento en la computadora a corregir mis textos hasta que me duele la espalda. Soy un fan de Amazon.com y gracias a eso cada semana dejan en mi puerta interesante material de lectura y música. Por otro lado, soy un vicioso del cine, así que estoy suscrito a Netflix, lo cual me permite tener acceso a casi todas las películas que existen. Yo mismo preparo mi comida peruana de tal manera que casi no tengo que salir de mi casa. En resumen, supongo que podría calificar para lagarto ilustrado”.

Tus amigos dicen que eres un ermitaño. Que te encierras en tu casa en Arequipa cuando llegas de El Paso y no sales casi nunca. Extraño para un hombre que, como tú, dice que siempre quiere partir…

Hubo un tiempo en que tuve una tribu pero de alguna manera se ha disuelto. Noto con cierta alarma que en la última década casi he olvidado mis escasas técnicas de socialización. La única ventaja es eso de que “la soledad es el imperio de la conciencia”. O dicho de otra manera: yo solito me jaraneo.

En mi caso, siempre digo que soy una “des generada”. ¿Te identificas con alguna generación de escritores?

No sé. Me gustaban los años setenta y ochenta, esa onda tan vital, esas insaciables ganas de vivir cada instante. Pero a nivel estrictamente literario creo que soy un poco insular.

Desde “El héroe y su relación con la heroína”, pasando por “El jinete pálido”, hay una obsesión por los caballos, es como si fueras el Llanero Solitario de los poetas…

(Risas) Sí… Y ahora vivo también en las praderas de Texas, lugar favorito de tipos como Billy the Kid.

SER O NO SER

“La teoría de cuerdas, que sugiere que la materia tiene su esencia en “estados vibracionales”. En cierto modo este libro es una manera de confrontar lo humano en su más básica dimensión, y la civilización, ese engendro de la inteligencia. Creo que en el libro pretendo sumarme a los que piensan que la definición de poesía se halla justo en ese punto primordial donde se encuentra la definición de lo humano. Ya lo dice Luis Cardoza con humor: La poesía es la única prueba de la existencia del hombre”.

En tu libro de narrativa “Inka Trail” hay un epígrafe que dice: “El ser es la más estricta de las prisiones”. ¿Alguna alternativa para ser libre Oswaldo? ¿No ser?

El suicidio es la más radical de las alternativas. Pero como tu bien sabes el amor es una manera mucho más placentera de dejar de ser tan ferozmente uno mismo. Y claro, queda siempre la literatura, que permite trepar en la nave de la imaginación y salir por la ventana.

¿Cómo te decidiste por la utilización de los entre paréntesis en algunos versos, que permite prácticamente dos lecturas?

Bueno, en primer lugar es una manera de colocar lo retórico y accesorio en diferentes niveles, marcados por un guiño. También es para evitar la linealidad de los textos y agregarles una dimensión espacial. Pero sobre todo para “abrir” los textos y ensanchar su significado, incluso para insertar cierta insidia en el discurso poético. Algunos me han dicho que entorpece la lectura, pero al quebrar la fluidez inevitablemente el diseño de los poemas presenta un perfil fragmentario que da espacio a la polifonía. Eso es para mi es muy importante. Las reflexiones que han sido poetizadas pretenden ostentar su carencia de nitidez.

El plexo solar tiene que ver con el sistema nervioso, que dirige el funcionamiento de ciertos órganos del cuerpo sin intervención de la voluntad. ¿Cómo se manifiesta la voluntad mediante la palabra?

Yo no sé cuanto de libre tenga el libre albedrío. Especialmente para la poesía. A veces me parece que la marea inmensa del cosmos incluye la voluntad como una intrincada licencia poética.

En tu poesía abundan los cuchillos y la sangre, ¿por eso vives en El Paso, considerada como una de las ciudades más seguras de Estados Unidos?

Solo algunos afortunados escogen las ciudades donde viven. Yo resignadamente disfruto de lo que me ha dictado el azar. El Paso es una ciudad muy tranquila, pero hasta en la tienda de la esquina venden libremente pistolas, rifles, cuchillos y todas esas cosas de mortífera belleza.


* Tomado del suplemento Luces del diario El Comercio, sábado 22 de enero 2011.

PRESENTACIÓN DE “TANTA JOROBA” DE SILVIA STORNAIOLO Y EXPOSICIÓN “SAGRADO MATRIMONIO” DE DIANA ARMAS


Este miércoles 26 de enero, a las 19:00 horas se realizará el lanzamiento del libro Tanta Joroba de la escritora Silvia Stornaiolo y la exposición denominada “Sagrado Matrimonio” de la artista Diana Armas en el Centro Cultural Benjamín Carrión de la ciudad de Quito (Ulpiano Páez y Jorge Washington, esquina). El ingreso es libre. Los esperamos!

21.1.11

TRES HIPÓTESIS SOBRE LA GEOMETRÍA MORAL DE LUIS CARLOS MUSSÓ


Por César Eduardo Carrión

Luis Carlos Mussó (Guayaquil, 1970) es un poeta constructivista. Así lo demuestran su más recientes publicaciones y, de manera especial, el libro que nos convoca esta noche: Geometría moral (Arequipa, Cascahuesos Editores, 2010). Esta afirmación se alimenta de tres principios que sostienen la estructura del libro y, en gran medida, atraviesan toda la obra de Mussó: 1) La poesía lírica, en tanto forma del conocimiento, habita en la mente del poeta (y el lector) quien, como sujeto cognoscente, construye lo que él o ella conoce o entiende por poético a partir de su propia experiencia; 2) la poesía lírica, en tanto institución social, tiene la capacidad de reproducirse a sí misma como entidad suscitadora de significados estéticos; 3) este tipo de poesía pretende eliminar la presunción de realidad dada, anterior al proceso de escritura y lectura, en el entendimiento de lo que es lo lírico y lo estético. (Se ve que uso aquí el concepto de constructivismo muy libremente, con el fin exclusivo de describir la poética de este escritor.) Estas características ubican a Mussó como un autor reaccionario para algunos y rupturista para otros. Para mí, en cambio, se trata de una voz de transición entre una generación y otra, se trata de un autor que inaugura muchas de las búsquedas y preferencias de los más recientes poetas ecuatorianos. Aunque a muchos les parezca incómoda o excesiva esta conclusión, la tengo que decir en voz alta: Muchas de sus preocupaciones escriturales son en gran medida fundacionales y relievan la figura de Mussó por sobre sus contemporáneos y antecesores.

Primera hipótesis

He dicho que en este libro, Geometría moral, se entiende que la poesía, en tanto forma de conocimiento, habita sólo en la mente del escritor (y del lector) quien, como sujeto cognoscente, construye lo que él o ella conoce o entiende por poético a partir de su propia experiencia. Con esto quiero decir que Mussó ha construido su obra desde el convencimiento de que no existe forma de saber si la experiencia propia es la misma que la experiencia de los otros, aunque se descubran pruebas que nos hagan sospechar lo contrario. Dice Mussó en su libro: “En un poema ancho como el océano nos perdemos, lejos. Y en alta mar, bajo la superficie, late un aroma de retorcimiento. Así como bajo la piel de unas manos, las correctas, vive el deseo de leer en Braille el próximo rostro. Y quisiéramos tener cien ojos, como el viejo Argos, para ver ese rostro, aunque sea con la mirada”. La voz poética de este autor afirma que no se puede, por tanto, conocer la realidad por fuera del fenómeno que ejecuta la propia facultad de mirar. Es la mirada en sí misma todo lo que poseemos los individuos de nosotros mismos y de los demás. Todos en el fondo somos ciegos que tanteamos el rostro del mundo y nos imaginamos su auténtico color, que será en realidad, para siempre, inaccesible. Dice el poeta más adelante: “El mundo es un espejo y una página en blanco. El mundo es una superficie pulida como escudo de hoplita. Y en él busco a mi padre muerto ayer. A veces, creo encontrarlo.” La verdad se nos aparece apenas como una sospecha, la del poeta, la del lector, la del poema. La obra de Mussó está repleta de estas aserciones y sentencias, decepciones y desencantos. La poesía es un asunto de verdades absolutas, de mundos imaginados en la intimidad, que se revelan al mundo mientras a la voz parlante del poema le sucede el lenguaje, como en la fundación de un mundo inédito. Se trata de una afirmación rabiosa de la individualidad. Cada libro de Luis Carlos es un nuevo topos lírico o, al menos, añade cuerpo a la geografía vasta y enigmática de su obra. Cada nuevo libro de Mussó es un pequeño mundo autónomo, interdependiente de los otros y de su entorno, sí, pero más autárquico que dependiente. Esta valiente, despreocupada y honesta actitud, entre neo-simbolista y neo-culterana ha resultado especialmente molesta para algunos seudo-críticos y seudo-poetas, envidiosos del prolífico talento de Mussó y de su éxito entre los nuevos lectores. Aquellos rabiosos defensores de una estética de orden realista no entienden que sus elecciones artísticas suponen e implican también una ética. Quizás por eso hablan de universalismos y localismos, de costumbrismos versus cosmopolitismos, cuando aquellos conceptos novecentistas ya no sirven para designar una realidad cultural enormemente rica y en permanente movilidad. Su ética caduca responde a un mundo que ya no existe. Sean humildes, abran los ojos, lean a poetas como Luis Carlos Mussó. Aprenderían lo que es para muchos de nosotros la verdadera y nueva poesía hispanoamericana.

Segunda hipótesis

He dicho también que en este libro se entiende que la poesía lírica, en tato institución social, tiene la capacidad de reproducirse a sí misma como entidad suscitadora de significados estéticos. Mussó evoca continuamente en su Geometría moral los procesos de la autopoiesis que caracterizan a los organismos vivos, mediante complejos juegos de referencias a la tradición lírica ecuatoriana e hispanoamericana. Este poeta nos recuerda continuamente la capacidad de los sistemas sociales (la poesía lírica es uno de ellos) de reproducirse a sí mismos. Esto se ve con mucha claridad en la división por capítulos, cuyos títulos evocan explícitamente su visión personal sobre la tradición lírica ecuatoriana y su tránsito por la modernidad. La tradición literaria de nuestro entorno cultural, más que como un árbol en crecimiento, se entiende como una red de acumulaciones inevitables, caóticas y diversas. Lejos de Mussó cualquier pretensión pedagógica de ordenar el mundo, porque sabe que él se inocula a sí mismo y de su propio vientre vuelve a nacer cada vez que en sí mismo se ahoga.

El primer capítulo, intitulado El árbol del bien y del mall, nos remite de inmediato a quien fuera quizá el fundador de la modernidad lírica en el Ecuador: Medardo Ángel Silva. Al mismo tiempo, ironiza con liviandad la forma en que la noción del origen de la maldad, tan cara para los poetas simbolistas ecuatorianos de principios del siglo XX, se ha convertido en nuestra sociedad capitalista en un asunto frívolo y estúpido. La sustitución del vocablo mal por el horrendo anglicismo Mall designa con pertinencia el paso de la visión mística y trascendentalista del pensamiento del siglo XIX a la visión materialista e imanentista del siglo XXI: el mal, lo sabemos ahora, ya no se origina en el seno de una entidad supra o infra humana, diabólica o divina. Habita en el interior y compone parte de la esencia misma de la condición humana. Y por esa razón el cataclismo final se anuncia cotidianamente, sin necesidad de que un sentimiento desgarradamente trágico invada la voz de quien lo atestigua. Dice nuestro poeta, con calma, aunque hastiado de la vida moderna: “He llegado a la hora de segar mi rosa inalcanzable. De capturarla, de convertirla en sombras y arrastrarla hacia esas sombras más oscuras que son la posesión del vacío. Me hago cargo del cursor / presiono una tecla / ahora la ciudad cae acribillada, y es una, y es Bonie & Clyde, una y doble. Mis yemas toman venganza. Ya no está más la ciudad. Solo una pantalla plana de monitor”.

Similar actitud anima la denominación de los otros capítulos del libro, así como el diálogo que establece Mussó con su personal panteón de precursores, aludidos en epígrafes, versos, citas, imágenes y otros guiños a los lectores. En esta larga lista encontramos a los fundadores de su topos lírico: Severo Sarduy, Medardo Ángel Silva, John Donne, Chavela Vargas, Juan Luis Martínez, Jorge Luis Borges, Ronald McDonald (sí, el de las hamburguesas), Gustavo Cerati (sí, el de Soda Stereo), Alfredo Gangotena, Edgar Allan Poe, Johan Sebastian Bach, Néstor Perlongher, Paco Tobar, Ezra Pound, Jorge Manrique, Indiana Jones (sí, el de Los cazadores del Arca perdida), Charly García, Góngora, Roque Dalton, Quevedo, Sun Tzu, Javier Ponce Cevallos, Isidore Ducasse, Joao Gilberto, U2 (sí, la banda de rock), Maupassant, Mary Shelley (sí, la de Frankenstein), el Antiguo Testamento y, por supuesto, Juan Montalvo, entro otros muchos más. Ya la variedad del origen y cariz de los puntos cardinales referidos hasta aquí nos revelan la lógica rizomática del canon cultural de Mussó. Esto es algo muy propio de su generación: el principio de autoridad y la lógica lineal, jerárquica y progresiva de la historia humana, tan propia del cristianismo más ortodoxo y el capitalismo más chato, ha cedido paso a un entendimiento complejo y heterotópico del mundo. Dice Mussó en su poema titulado “Tetragrámaton”: “1. La luna me baja por cada hueco de la nuca, en escalera de cocuyos. / 2. Es agua fracturada en ese sueño entero que es la perversión. / 3. Mi amor es un folletín de sangre / se da por entregas / dosifica su empalamiento. / 4. Las letras son palabras / sentencias de muerte / nombres que nos prohibieron pronunciar.” Son nombres que se acumulan y en su caída en la red de la memoria y el olvido reproducen el cuerpo del la institución social que nos agrupa esta noche: la poesía lírica occidental o, al menos, sus sucedáneos en extremo-Occidente.

Tercera hipótesis

Al inicio de mi intervención dije también que este tipo de poesía pretende eliminar la presunción de realidad dada, anterior al proceso de escritura y lectura, en el entendimiento de lo que es lo lírico y lo estético. Esta clase de estética, también lo dije al inicio de mi intervención, comporta o supone una ética, una actitud frente a la vida. Como tanto otros contemporáneos, Mussó pretende eliminar la presunción de que la realidad está presente en la mera explicación del conocimiento. En primer lugar, porque todo saber (y la poesía es uno de tantos) no se recibe neutralmente, sino que es construido mediante la intervención vivaz del sujeto cognoscente. Es decir, será sólo el lector quien decida si lo que ha leído en ese instante preciso ha sido para él poesía o no. Ningún profesor de universidad gringa o europea nos va a decir a nosotros si está mal que Mussó hable de Rilke, aunque no lo haya leído en alemán. En segundo lugar, si el conocimiento se adapta y ajusta a las condiciones cambiantes del entorno (esto lo saben muy bien los siquiatras y los biólogos evolutivos), nuestros paradigmas sobre lo bello, lo justo y lo bueno, se adaptarán y con ellos lo que entendemos por estético, poético y lírico. Lean, por favor, el poema titulado “Calentamiento global”. En tercer lugar, si los procesos del conocimiento organizan las experiencias del sujeto para formar un mundo coherente, y la poesía es uno de aquellos procesos cognitivos, así como no cabe creer en la posibilidad del descubrimiento de una realidad absoluta y objetiva, no cabe defender una opción estética como norma o precepto de valor ético sustancial u ontológico. Es decir, la elección de Mussó de buscar un nuevo estilo y una nueva voz en cada libro, refleja su radical apuesta por renunciar a la noción de obra unitaria, de canon, de discurso central…

Conclusión

Esta noche he intentado mostrar brevemente cómo los lectores de Mussó hemos aprendido junto a él, y con otros poetas latinoamericanos contemporáneos, aunque no necesariamente gracias a ellos, que la construcción conceptual del otro se da en un espacio relacional cuyo único centro generador es la experiencia de cada individuo. De ahí que la primera interacción que tiene cada sujeto, cada poeta en este caso, deba ser el de la experiencia interior. La poesía no es un asunto de verdades verificables o falseables, sino de absolutos que se asumen o se rechazan. Con su libro Evohé, viajamos con Mussó al universo del humanismo clásico y de su pervivencia en nuestra sociedad a través de la pedagogía y su arrimo a la moral del cristianismo. Con Minimal hysteria fuimos en cambio por los derroteros de la meditación, la reflexión y la contemplación de las realidades más cercanas y pequeñas del mundo cotidiano. En todas las ocasiones, cabe decir, asistimos a la composición de libros unitarios, de libros concepto.

Ahora bien, en Geometría moral, titulada ingeniosamente del mismo modo que el célebre tratado de Juan Montalvo, no existe una disquisición específica sobre las buenas conductas y los modales, mucho menos sobre valores políticos o éticos determinados. No es tampoco un tratado sobre el amor, aunque muchos de sus poemas nos hagan pensar que es así. En este libro, desde su título, se señala la necesidad de releer la tradición literaria de nuestros países. Montalvo fue nuestro aporte auténtico al Modernismo, contemporáneo pleno de Martí y Darío. Cuántas veces hemos escuchado que el Modernismo literario ocurrió tardíamente en el Ecuador, como si la vida de los pueblos y su cultura se pudieran definir como una competencia de caballos, y debiéramos encontrar en cada lectura quién llegó primero a qué estadio de la evolución social. Cuántas nociones euro-céntricas, funcionalistas y maniqueas que empobrecen tremendamente el entendimiento de la realidad cultural de nuestros países. Mussó es de los que ya superaron esos complejos neo-coloniales. Que muchos poetas locales sigan ganando premios municipales y concursos de juegos florales mientras siguen escribiendo como los peores poetas españoles del franquismo. Me da igual. Hay quienes han arriesgado su prestigio e integridad como personas por entregar su vida a la exploración del sentido mismo de la escritura. Me quedo con esos. Dice Mussó en un bello y desconcertante poema titulado “Noche & Noche, Cía. Ltda”: “No hay obstáculos para el escriba, si es dueño de la Nada”.

Que quede claro que esta construcción poemática a la que me he referido beneficia propósitos esencialmente egoístas: El poeta desea tomar control sobre todo aquello que percibe, de manera que pueda eliminar cualquier distorsión en el logro de sus intenciones. Este nivel de control de la realidad requiere de un modelo escritural de aquellos que se desea controlar, pero todo modelo poético de este especie solamente puede incluir aquellos aspectos relevantes para las metas y acciones del escritor. Al hablante poético no le interesa controlar la realidad, solamente pretende compensar las perturbaciones que siente que esa realidad representa para sus intenciones y, por lo tanto, lo convierte en un sujeto susceptible de adaptarse a las más diversas circunstancias. La objetividad, la ontología, la verdad, son palabras peligrosas en nuestro tiempo, que incluso en el ámbito de las ciencias duras se utilizan como herramientas de poder y dominación. Las obras que Mussó y la de otros contemporáneos (entre ellos Juan José Rodríguez) nos invitan a aceptar la legitimidad del otro, porque el lugar que ocupa éste en el mundo es totalmente distinto del mío y, en consecuencia, su pretendida objetividad será distinta. Todo auténtico poeta nos invita siempre a escucharnos unos a otros con respeto, no a juzgarnos ni a catalogarnos con pretextos morales, políticos ni mucho menos estéticos. Así dice uno de sus más importantes poemas, que detrás de la evocación al código binario, lenguaje esencial de la tecnología digital, nos impulsa a reflexionar sobre los problemas de la vida contemporánea, que tan torpemente he esbozado yo esta noche. Dice su poema titulado “Más allá de las cifras está el mundo”, con desenfado, ingenio, elegante humor, luego de repetir una serie de cifras a lo largo de seis exhaustivas y cansinas líneas (010001101 01100001 01110011 00100000 01100001 01101100, etcétera): “No sé por qué tuviste que leerlo, / te lo dije: más allá de las cifras está el mundo”.


* Texto leído en la presentación del 8 de diciembre de 2010, en el Centro Cultural Benjamín Carrión (Quito). Tomado de Blog de César Eduardo Carrión.

20.1.11

FALLECIÓ EL DESTACADO LINGÜISTA Y DOCENTE LUIS JAIME CISNEROS


El destacado lingüista y docente universitario Luis Jaime Cisneros falleció esta mañana a los 89 años en la Clínica Ricardo Palma, por causas aún no especificadas. Sus restos serán velados a las 7:00 p.m. en la iglesia Virgen de Fátima en Miraflores.

El filólogo y doctor en letras, que nació en Lima en 1921, estudió medicina, filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y se graduó como doctor en letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1955.

Fue profesor desde 1948 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la que fue Decano de la Facultad de Letras entre 1969 y 1971.

Fue miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1965, así como también perteneció a la Real Academia Española, la Academia Norteamericana de la Lengua Española y la Academia de Letras de Uruguay.

Obtuvo en tres ocasiones el Premio Nacional de Cultura: el de Crítica en 1948, el de pedagogía en 1956 y nuevamente este último en 1963. En 1992 le fueron otorgadas las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta.


* Tomado del diario El Comercio de hoy.

19.1.11

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “PÁJAROS AL VIENTO” DE FILONILO CATALINA


Este jueves 20 de enero se llevará a cabo la presentación del nuevo libro del poeta puneño Filonilo Catalina, Pájaros al viento, quien es además promotor del nuevo sello editorial Qhala. La cita es en el auditorio principal de la Alianza Francesa de Arequipa (Calle Santa Catalina 208) a partir de las 19:00 horas. Acompañarán esta presentación el grupo folclórico Los Quechuas. Están todos cordialmente invitados. El ingreso es libre.

WITOLD GOMBROWICZ Y MANUEL GÁLVEZ


Por Juan Carlos Gómez

“Jeremi Stempowski se ocupó de mí y me presentó a uno de los más eminentes escritores de la Argentina, Manuel Gálvez. Gálvez se mostró como un auténtico amigo para mí y me ayudó mucho, pero la sordera que padecía lo mantenía lejano”.

Como si estuviera cruzando un río Gombrowicz navegó por el Océano Atlántico para enfrentar un futuro brumoso, saltando de piedra en piedra para no mojarse se instaló en Buenos Aires.

Por qué se fue Gombrowicz de Polonia y no volvió es un misterio que nadie sabe explicar, ni él mismo lo entendía con claridad. Todo empieza en un café, como tantos otros asuntos de Gombrowicz.

Un día, en el Zodiac, un café de Varsovia, se encuentra con un amigo escritor, Czeslaw Straszewicz: —Me voy a Sudamérica; —¿Cómo es eso?; —Dentro de un mes, el nuevo transatlántico polaco Chrobry leva anclas para Buenos Aires, será su primer travesía. En este momento Gombrowicz se prepara para saltar a la primera piedra.

—He sido invitado como escritor para publicar algunos artículos en los periódicos; —Oiga, ¿y no podrían invitarme a mí también?; —Podemos probar. Les propondré su candidatura. ¿Quién sabe? Quizá resulte. Siendo dos el viaje sería más agradable.

Después de sortear algunos inconvenientes de último momento Gombrowicz se embarcó en el Chrobry, y la compañía de su amigo Czeslaw le resultó de veras agradable.

En el café Rex relataba a los contertulios que en el barco había sido invitado de honor, que almorzaba en la mesa del capitán con el que sostenía conversaciones filosóficas y al que le daba consejos místicos. También repetía hasta el cansancio que no le había gustado Río de Janeiro porque su vegetación era demasiado verde y porque los morros eran un tanto dudosos.

Y tantas veces como el cuento de la vegetación, repetía que no había regresado a Polonia por los intensos estudios del alma sudamericana que había iniciado el día anterior a la partida del barco.

“Seguía viviendo en el barco con mi amigo Straszewski. Al enterarse de la declaración de la guerra, el capitán decidió regresar a Inglaterra (ya no se podía pensar en llegar a Polonia). Straszewski y yo celebramos un consejo de guerra. Él optó por Inglaterra. Yo me quedé en la Argentina”.

Mientras Straszewski se embarca en el “Chrobry” de regreso a Europa Gombrowicz se queda flotando en las aguas del puerto de Buenos Aires como una tabla en el mar después de un naufragio, de allí lo rescata Jeremi Stempowski.

“Witold estaba muy nervioso. Dudaba entre regresar o bien permanecer en la Argentina a la espera del fin de las hostilidades. Yo no sabía que aconsejarle, aquí, en Buenos Aires, no se sabía nada de la auténtica situación, entonces acompañé a Witold al puerto. Hizo que le subieran el equipaje, se despidió y embarcó. Yo me quedé en el muelle, diez minutos más tarde sonó la sirena anunciando la partida del “Chrobry”, y en ese momento vi que Gombrowicz cruzaba la pasarela con sus maletas y bajaba rápidamente al muelle. Era el único momento en que podía tomar una decisión y la tomó. Temblaba: —No lo sé, se trata del momento más trágico de mi vida”.

Sin saber a qué santo encomendarse con ese Gombrowicz tan difícil Stempowski decide presentarle a los polacos de la colectividad y también a algunos escritores argentinos como Manuel Gálvez y Arturo Capdevila.

La dotación de elementos que Gombrowicz traía en las maletas para enfrentar en la Argentina las cuestiones relacionadas con el trabajo y con la actividad de escribir era muy escasa.

Es muy difícil imaginárselo a Gombrowicz en Polonia manejando asuntos administrativos, o alguna otra cuestión que tenga algo que ver con el trabajo. Sin embargo, había ocasiones en que tomaba responsabilidades no carentes de cierta importancia. En los tribunales de Varsovia, cuando se desempeñaba como auxiliar en una de las secretarías, los jueces le habían encargado un proyecto para cambiar los formularios impresos porque lo consideraban el mejor de los pasantes. Y ya treintiañero, sus hermanos le pedían de vez en cuando que buscara administradores para las fincas que tenían en el campo, lo que ponía a Gombrowicz en una situación equivalente a la de un gerente de personal.

Su pertenencia a dos mundos, tan fuertemente marcada desde su juventud, fue muy clara hasta la muerte del padre, después las cosas fueron cambiando. En vida del viejo Gombrowicz entraba a la oscuridad y volvía a la luz con alguna facilidad, cruzaba la línea de sombra en las dos direcciones lo que le permitía comportarse como un camaleón. Esa doble personalidad se prestaba a la mistificación, su apariencia de terrateniente más que de asiduo de cafés y de escritor vanguardista le producía todo tipo de malentendidos.

Yo creo que la atracción fatal que tenía para Gombrowicz el mundo de la inmadurez tiene origen en este doble mundo que nunca perdió ni quiso perder. La inmadurez fue el salvoconducto que le permitía entrar en el campo del enemigo cuando iba de la clase social a la intelligentsia, y viceversa.

Quien conozca bien sus obras podrá descubrir también como una inmadurez premeditada es la llave que utiliza para componer literariamente los pasajes de situaciones contradictorias, pero esta manera de ver las cosas le hacía difícil su ingreso a la literatura.

Ocho años después de su desembarco en Buenos Aires, Nowinski, el presidente del Banco Polaco, deslumbrado con la seguridad que había demostrado Gombrowicz conduciendo la conferencia que había dado contra los poetas, pensó que esa maestría la podía aplicar en el trabajo, entonces lo contrató.

El desempeño de Gombrowicz en el Banco Polaco fue distinto al de sus experiencias laborales en Polonia, especialmente por el tiempo que duró. Comenzó haciendo pequeños trabajos de secretario, pero enseguida consiguió que Nowinski le diera permiso para escribir sus cosas en la oficina.

Se aprovechó de la situación y se paseaba en forma arrogante delante de los otros empleados fumando nerviosamente en busca de inspiración; así escribió el “Transatlántico”, su segunda novela.

Manuel Gálvez le había brindado a Gombrowicz una exquisita hospitalidad, pero la sordera de Gálvez y la propia falta de seriedad de Gombrowicz lo pusieron finalmente en las manos de unas jóvenes estudiantes que lo iniciaron en el mundo del flirteo argentino. En esta prehistoria de sus aventuras en la Argentina el grupo de Victoria Ocampo brillaba como una estrella.

“[…] una dama ya entrada en años y aristócrata, que nadaba en millones largos y que con su tenacidad entusiasta había conseguido hacerse amiga de Paul Valéry, invitar a su casa a Tagore y Keyserling, tomar el té con Bernard Shaw y hacer buenas migas con Strawinski […]”.

“Un escritor francés de renombre había caído ante ella de rodillas gritando que no se levantaría hasta recibir el dinero suficiente para fundar una ‘revue’ literaria: —¿Qué iba hacer con un hombre arrodillado y que no quería levantarse? Tuve que dárselo”

A pesar de que unos pocos miembros de la ‘intelligentsia’ argentina habían reconocido en Gombrowicz un escritor de talento, la única pieza de triunfo que podía exhibir para que reconocieran su importancia era una carta de Manuel Gálvez.

Este ilustre hombre de letras, de una familia tradicional que tenía parentesco con Juan de Garay, fue uno de los representantes más conspicuos de la literatura argentina en la primera mitad del siglo XX.

Cuando Gombrowicz se tomaba vacaciones llevaba consigo la carta de Manuel Gálvez con el propósito de vencer la desconfianza que despertaba en los sitios que visitaba.

“[…] Che, Asno, devuélvame enseguida la carta de Gálvez […] si no me vas a devolver la carta de Gálvez, ya verás […] Te prevengo, Asno, que sí, como parece, en tu escuela perdieron la carta de Gálvez te voy a joder, escribiré al director, exigiré devolución y que no se crean que conmigo se pueden permitir tales bromas, por suerte tengo entrada al Ministerio y, en general, soy hombre que sabe defender sus intereses y sus bienes. Mandame enseguida la dirección de la escuela. No digas nada. No me obligues a que yo mismo la tenga que buscar […]”.

La carta de Manuel Gálvez es una manifestación elocuente de cómo algunos argentinos habían tratado con generosidad a Gombrowicz, muy lejos del desprecio que le había mostrado desde el principio el Asiriobabilónico Metafísico.

“Como no me conformo con tocarme la oreja derecha cuando lo vea, ahí va mi opinión sobre ‘Ferdydurke’. No he leído en mi vida libro más original ni más raro. No se parece en nada a Rabelais, salvo en la invención de palabras. Pero pertenece a una corta familia de libros muy raros, entre los que yo colocaría, además de la obra de Rabelais, el drama ‘Le roi Bombance’ de Marinetti, varios libros futuristas, dadaístas y ultraístas y algo de Ramón Gómez de la Serna […]”.

“Si ‘Ferdydurke’ no es una obra genial, está muy cerca de serlo. Tiene usted una imaginación formidable y un poderoso sentido dramático. Sobre lo segundo, le diré que muchas escenas me han apasionado por su dramaticidad, a pesar de tratarse de asuntos en cierto modo absurdos, como me apasionaron escenas realistas o sentimentales, escritas por verdaderos maestros […]”.

“Acaso lo que más me ha gustado sea el capítulo ‘Filifor forrado de niño’. Lo mismo la pelea en la casa de los Juventones. A pesar de ser, en apariencia, lo opuesto a una novela realista, hay en su libro un fondo realista y humano. Ha dado usted una representación en cierto modo simbólica de la realidad. O mejor que simbólica, algebraica […]”.

“Hay un extraño humorismo en su libro. Y cosas excelentes […] Algunas intenciones que hay en su libro son difíciles de ser comprendidas, y no sé si las habré alcanzado […]. No quiero olvidarme del enorme contenido que hay en su libro: contenido filosófico, poético, idiomático […] La traducción me parece buena, sin conocer el original […]”.

JUEVES 20: CONFERENCIA “I AM CHOLO” POR EL ANIVERSARIO DE LIMA


I AM CHOLO: LA IDENTIDAD EN LIMA


Con ocasión del 476 aniversario, la Dirección de Turismo del Centro Cultural de San Marcos reúne a reconocidos intelectuales para tratar uno de los elementos fundamentales que configuran la realidad limeña.

El cholo y, por ende, la choledad han reconfigurado la identidad y la realidad de la capital del Perú. Para comprender esto, se hace necesario entender las consecuencias del centralismo, los cambios y permanencias producidos, durante los últimos años, por los procesos de migración, modernización, industrialización y urbanización que han llevado a su afianzamiento.

Al mismo tiempo, es vital reconocer el enfrentamiento generado por la presencia de este sujeto contra todo aquel romanticismo que deviene de la pluma del siglo XIX y que dibujó La Ciudad de los Reyes como una arcadia perdida en la imaginación y el exotismo.

En medio de esta añoranza por una Lima que se va y otra que se vive, se abre una serie de interrogantes: ¿Realidad o transición?, ¿cómo entender lo cholo y la choledad?, ¿dentro de qué categorías sociales, políticas, económicas pueden ser colocadas?, ¿quién y qué lo es y cómo se manifiestan?

El 476 aniversario de la fundación de Lima es la ocasión indicada para la reflexión crítica sobre el espacio habitado y habituado. Por ello, la Dirección de Turismo del Centro Cultural de la Universidad de San Marcos, ha organizado la conferencia I am Cholo para discutir y evidenciar al cholo y la choledad, y sus diversas manifestaciones en los diversos campos, acciones y producciones de la sociedad limeña, y lo que implica esto en relación con lo social, lo cultural y lo económico.

Este evento contará con la participación del antropólogo Ramón Pajuelo, el periodista Miguel Ángel Vallejo y el sociólogo José Luis Gargurevich. La conferencia se llevará a cabo en el Salón General del Centro Cultural de San Marcos (Av. Nicolás de Piérola 1222 - Parque Universitario - Centro Histórico de Lima) el jueves 20 de enero a las 6:00 p.m. El ingreso es libre.

18.1.11

¡FELIZ CUMPLEAÑOS JOSÉ MARÍA ARGUEDAS! PEQUEÑO HOMENAJE


Hace 100 años nació este extraordinario escritor en la sierra sur peruana, quién vivió atormentado por los grandes problemas históricos del país (los que personalizó hasta llegar más allá del dolor histórico, patrio; tal como Vallejo que llegó al dolor humano desde el dolor serrano). Siempre estuvo en defensa de la cultura aborigen, de lo mestizo y lo sincretizado, de esa “heterogeneidad” producida entre lo que aquí existió y entró en contacto con lo que aquí llegó. Fue (y lo sigue siendo) un luchador inagotable (hasta su muerte, su última novela) para que no desapareciera la cultura, a pesar del auge occidentalizante: esa supuesta “modernidad” que hasta ahora nos sigue siendo esquiva o que en todo caso pasó desapercibida, o a lo mejor nos es innecesaria (a pesar que un “noble y novel” compatriota nuestro haya dicho en 1996 que eso es arcaico, y que lo mejor es ir de lleno a la modernidad sin el mayor respeto por lo indígena —digamos, una utopía alienígena—). Este conflicto arguediano se puede entender mejor en uno de sus poemas que tituló “Llamado a los doctores”. Es una de las grandes pruebas que atormentó a Arguedas. Por ello, a 41 años de su muerto: ¿en cuánto hemos cambiado?; si bien es cierto que desde que comenzaron las grandes olas de migración del “interior” del país a la capital, el Perú actualmente presenta un nuevo rostro, acaso, ¿hemos mejorado?, ¿seguimos siendo forasteros en nuestra propia tierra?; ¿o, acaso los problemas se han traslado un poquito más allá hasta la frontera selvática… Mi cálido homenaje es compartir con ustedes el poema que cité, con la creencia de que aún Arguedas seguirá motivando más reflexiones sobre el Perú, sin dejar de lado obviamente la reflexión sobre su obra, su literatura, su forma de escribir de ver el mundo a través de su lenguaje:


LLAMADO A ALGUNOS DOCTORES

(Traducción del harawi-haylli)

A Carlos Cueto Fernandini y John V. Murra.


Dicen que ya no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor.

Dicen que nuestro corazón tampoco conviene a los tiempos, que está lleno de temores, de lágrimas, como el de la calandria, como el de un toro grande al que se degüella, que por eso es impertinente;

dicen que algunos doctores afirman eso de nosotros, doctores que se reproducen en nuestra misma tierra, que aquí engordan o que se vuelven amarillos.

Que estén hablando, pues; que estén cotorreando si eso les gusta.

¿De qué están hechos mis sesos? ¿De qué está hecha la carne de mi corazón?

Los ríos corren bramando en la profundidad. El oro y la noche, la plata y la noche temible forman las rocas, las paredes de los abismos en que el río suena; de esta roca están hechos mi mente, mi corazón, mis dedos.

¿Qué hay a la orilla de esos ríos que tú no conoces, doctor?

Saca tu largavista, tus mejores anteojos. Mira, si puedes.

Quinientas flores de papas distintas crecen en los balcones de los abismos que tus ojos no alcanzan, sobre la tierra en que la noche y el oro, la plata y el día se mezclan. Esas quinientas flores son mis sesos, mi carne.

¿Por qué se ha detenido un instante el sol, por qué ha desaparecido la sombra en todas partes, doctor?

Pon en marcha tu helicóptero y sube aquí, si puedes. Las plumas de los cóndores, de los pequeños pájaros se han convertido en arco iris y alumbran.

Las cien flores de la quinua que sembré en las cumbres hierven al sol en colores; en flor se han convertido la negra ala del cóndor y de las aves pequeñas.

Es el mediodía; estoy junto a las montañas sagradas; la gran nieve con lampos amarillos, con manchas rojizas, lanzan su luz a los cielos.

En esta fría tierra siembro quinua de cien colores, de cien clases, de semilla poderosa. Los cien colores son también mi alma, mis infatigables ojos.

Yo, aleteando amor, sacaré de tus sesos las piedras idiotas que te han hundido.

El sonido de los precipicios que nadie alcanza, la luz de la nieve rojiza que, espantando, brilla en las cumbres;

el jugo feliz de millares de yerbas, de millares de raíces que piensan y saben, derramaré en tu sangre, en la niña de tus ojos.

El latido de miradas de gusanos que guardan tierra y luz; el vocerío de los insectos voladores, te los enseñaré, hermano, haré que los entiendas.

Las lagrimas de las aves que cantan, su pecho que acaricia igual que la aurora, haré que las sientas y oigas.

Ninguna maquina difícil hizo lo que sé, lo que sufro, lo que del gozar del mundo gozo.

Sobre la tierra, desde la nieve que rompe los huesos hasta el fuego de las quebradas, delante del cielo, con su voluntad y con mis fuerzas hicimos todo eso.

¡No huyas de mí, doctor, acércate! Mírame bien, reconóceme. ¿Hasta cuándo he de esperarte?

Acércate a mí; levántame hasta la cabina de tu helicóptero. Yo te invitare el licor de mil savias diferentes; la vida de mil plantas que cultivé en siglos, desde el pie de las nieves hasta los bosques donde tienen sus guaridas los osos salvajes.

Curaré tu fatiga que a veces te nubla como bala de plomo, te recrearé con la luz de las cien flores de quinua, con la imagen de su danza al soplo de los vientos; con el pequeño corazón de la calandria en que se retrata el mundo; te refrescare con el agua limpia que canta y que yo arranco de la pared de los abismos que tiemplan con su sombra a nuestras criaturas.

¿Trabajaré siglos de años y meses para que alguien que no me conoce y a quien no conozco me corte la cabeza con una máquina pequeña?

No, hermanito mío. No ayudes a afilar esa maquina contra mí, acércate, deja que te conozca, mira detenidamente mi rostro, mis venas; el viento que va de mi tierra a la tuya es el mismo; el mismo viento respiramos; la tierra en que tus máquinas, tus libros y tus flores cuentas, baja de la mía, mejorada, amansada.

Que afilen cuchillos, que hagan tronar zurriagos; que amasen barro para desfigurar nuestros rostros; que todo eso hagan.

No tememos a la muerte; durante siglos hemos ahogado a la muerte con nuestra sangre, la hemos hecho danzar en caminos conocidos y no conocidos.

Sabemos que pretenden desfigurar nuestros rostros con barro; mostrarnos así, desfigurados, ante nuestros hijos para que ellos nos maten.

No sabemos bien qué ha de suceder. Que camine la muerte hacia nosotros; que vengan esos hombres a quienes no conocemos. Los esperaremos en guardia, somos hijos del padre de todos los ríos, del padre de todas las montañas. ¿Es que ya no vale nada el mundo, hermanito doctor?

No contestes que no vale. Más grande que mi fuerza en miles de años aprendida; que los músculos de mi cuello en miles de meses; en miles de años fortalecidos, es la vida, la eterna vida mía, el mundo que no descansa, que crea sin fatiga; que pare y forma como el tiempo, sin fin y sin principio.

Marzo, 1966


Para completar este homenaje, les dejo este vídeo donde hace lectura de otro de sus grandes poemas: “A nuestro padre creador Túpac Amaru (himno-canción)” leído por él mismo y en su escritura original, el quechua. También pueden oírlo en castellano siguiendo este enlace. Y para terminar, les dejo los links de varios vídeos en Youtube donde se hace una semblanza de su vida. La primera es del historiador Antonio Zapata cuando conducía el excelente programa “Sucedió en el Perú” que transmite el canal del Estado (vídeo 1, vídeo 2, vídeo 3, vídeo 4 y vídeo 5); y el segundo es del periodista Alejandro Guerrero quien hizo varios vídeos biográficos sobre personajes peruanos en una serie que se llamó “Hombres de bronce” (vídeo 1, vídeo 2, vídeo 3, vídeo 4, vídeo 5 y vídeo 6). Disfrútenlo.

PRESENTACIÓN POEMARIO “CUERPO OSCURO” DE SANDRA RODRÍGUEZ


Editorial Arkabas tiene el agrado de anunciar el lanzamiento de su última publicación: CUERPO OSCURO de la poeta Sandra Rodríguez Vargas, el miércoles 19 de enero a las 7:30 p.m. en Dédalo, Arte y Artesanía (Paseo Sáenz Peña 295, Barranco).

La presentación estará acompañada por la exposición “Flora y Fauna apocalíptica”, compuesta por obras de la autora.

De la autora:

Escritora y artista plástica. Sandra Rodríguez Vargas escribe desde los 12 años y nunca ha dejado de hacerlo. Cursó estudios en la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú, ha participado en una serie de exposiciones colectivas y realizó su primera individual bajo el título de “Victoria en proceso”, en la Escuela de Arte de la Universidad de San Marcos. Trabaja entre las letras y la gráfica, considerándolas actividades afines y complementarias.

De la obra:

«El poemario “Cuerpo oscuro”, surge a partir de la necesidad de concretar y darle vida a un diario personal elaborado en los últimos dos años. Su proceso creativo se alimenta del aprendizaje surgido de la plástica, en la cual la creatividad se ve consolidada por la armonía y la composición del color o la palabra. Escribo desde que tengo memoria y es a partir de la palabra que puedo adentrarme en la parte más profunda del ser y de esa realidad que a lo largo de los años he construido.

Los veintinueve poemas que conforman el cuerpo del proyecto mantienen un hilo conductor: un estilo apoyado en una temática que nace del caos y se estructura en cada línea. El proceso creativo se inicia con un cúmulo de voces etéreas que rondan la página en blanco y que toman sentido al convertirse en letras, palabras o versos. El escritor se vuelve entonces una vía que tiene la palabra para hablar por sí sola y mostrar partes del inconsciente más primigenio.

Al final la intención se transforma en un proceso de desnudez ante la mirada del otro, en el que uno se transfigura y cierra el círculo de ese momento. No es un trance simple. Por el contrario, es complicado y doloroso, porque implica soltar, remover, deshacerse de aquello que uno siente que lo define; mirar espacios internos que en la vida cotidiana evadimos constantemente.

El resultado es el alivio de concretar una idea, dejarla ir y dar paso a las demás. Es decir, continuar con este plan de vida en el que la creación asume el papel protagónico». Nos dice la autora respecto a ésta, su primera obra.

19 Y 21 DE ENERO: HOMENAJE A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS EN LA CASONA DE SAN MARCOS


DEL CENTRO DE FOLKLORE DE SAN MARCOS PARA ARGUEDAS


El Centro Universitario de Folklore de la UNMSM y la institución cultural “Kachkaniraqmi” presentarán un completo homenaje a José María Arguedas por el Centenario su nacimiento.

El 19 y el 21 de enero, se llevará a cabo una serie de actividades —de ingreso libre— que incluyen la proyección de un documental, conferencias magistrales y presentaciones artísticas.

Para la jornada del miércoles 19 —a las 3:45 p.m.— se tiene previsto la proyección de un documental sobre nuestro homenajeado y el conversatorio “El pensamiento social de José María Arguedas”, a cargo de Elías Rengifo de la Cruz, Wilfredo Kapsoli y Leo Casas Ballón. Se contará también con la participación artística de Julio Humala, Margot Palomino Violeta Ccance y Canto Kechwa.

El viernes 21, desde las 3:30 p.m., Roberto Reyes Tarazona y Julián Pérez ofrecerán sendas conferencias sobre José María Arguedas y la gestación de la cultura nacional. La cuota artística la pondrán los danzantes de Tijeras “Korontacha”, el trío Huanta, las hermanas Carmen e Inés Ascarza, el Dúo Simpay, Los Cholos, el Conjunto de Zampoñas de San Marcos, los Hermanos. Collazos, el Taller de Danzas de la UNMSM, el Teatro Wayta de Javier Maravi, la poesía de Ricardo Elías y la exposición de un mural por el artista plástico Augusto Capcha.

16.1.11

CARTA A UN POETA JOVEN DEL PERÚ (PARA PAUL GUILLÉN DE VLADIMIR HERRERA)


No te preguntaré por el puente que tejías bajo el cielo azul. Ni siquiera si tienes un amor de mirada alegre o si lo perdiste en una noche canija de esas entre los postes del alumbrado público. Sólo quiero saber si el aliento de la animada conversación que tuvimos hace ya varios años perdura como la entrevista que me hiciste para la revista que tiene el nombre de la mosca de los sueños. Yo no había oído hablar de ti hasta entonces, porque venía recién llegando de mi larguísima estancia europea, cuando te vi y semejabas un joven ansioso a punto de abandonar la música casi marcial que habías heredado de tus padres. La verdad es que evocabas las Tribulaciones Del Estudiante de Törless cuando me dabas a entender que te sentías perseguido por las llamadas de Tulio Mora que te reprochaba el haberme invitado a las jornadas de San Marcos.

Esa y otras persecuciones, pensé que no harían mella en un chico con tu carácter y talento. Pero me equivoqué. A los pocos años estabas a pan y cuchillo con TM y JP. Te habías metido hasta el gorro en sus cantinas y merenderos. Y en las pocas veces que hablamos, noté que tu sensibilidad se había penosamente deformado. Sin embargo he permanecido atento a tu obra y a tus frituras de propagandista, y he mantenido la esperanza de que te dieras cuenta de que no se puede ser el amigo de todos. No ha sido así. Has pasado de buscarme para una entrevista en un hotel de Miraflores a ignorar mi blog Laguna Brechtiana ahora que te sientes alguien en el panorama limeño. Tampoco has reproducido la nota de Helena Usandizaga respecto a la polémica ingenua de esta temporada, pese a que ella fue quien nos presentó. Y sé que has andado por allí hablando mal de un verso mío del que no sabes que es un homenaje al “tigre” Lizalde, a quien me parece, conoces poco.

Claro que son pequeñas cosas las que te enumero que han terminado siendo para mí una afrenta. Para eso mi grado de poeta me basta y sobra. Lo que sí me molesta es que repitas por ahí lo que repite por boca de ganso la frondosa mujer de TM: la especie de que yo engañé a Westphalen en mi condición de editor. La respuesta a todas esas calumnias la iré desgranando en mi blog en homenaje a su centenario. Por favor léelo.

Ahora estoy dudando de si mereces esta carta, o archivarte junto a los vejestorios de HZ. Tú mismo te fotografiaste y te pusiste al frente de esa patraña en la que nadie cree. Sólo eres el más joven de los muchachos del débil mirar. Y te han usado, porque ellos no tienen calichines. Ni sus hijos salen en esa foto. Piensa que Paco Guzmán estaba en Urcos al día siguiente contándomelo todo todo.

TM te ha chupado el cerebro con una cañita con la sed que sólo tienen los ex-alcohólicos. Tenía que decírtelo. Es la influencia más peregrina y siniestra que ha tenido la gente joven como tú. Y a estas alturas no hay nada que hacer. Trata de beber menos. Y aliviánate un viaje por otros continentes que te vendrá bien. Estoy seguro de que podrás olvidar a esa mala sombra que te ha convertido en el enemigo de todos. Encomienda tu dinero a un pasar apacible y búscate una mujer de amplias caderas. Yo mientras tanto seguiré sembrando papas. ¿Quién lo diría?

Vladimir Herrera.
Ranhuailla. Enero de 2011.

12.1.11

PREMIO CASA DE LAS AMERÍCAS - 2011 ES DEDICADO A CENTENARIO DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS


La Habana, 7 ene (PL) La poeta estadounidense Margaret Randall integrará el jurado del 52 Premio Literario Casa de las Américas, dedicado al centenario del narrador peruano José María Arguedas (1911-1969).

Será un homenaje de todo corazón al autor de Los ríos profundos y Yawar fiesta, por quien siento una enorme admiración edición y cuyo legado honraremos, dijo el presidente de esa institución, Roberto Fernández Retamar.

En conferencia de prensa hoy, el director del Centro de Investigaciones Literarias de Casa, Jorge Fornet, anunció que el certamen será inaugurado por el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, y el académico peruano Stefano Varese.

[…]

Fundado en 1959, el certamen literario es uno de los más antiguos del continente.


* Tomado de Prensa Latina.

9.1.11

COMENTARIO PERPLEJO A “UNA ENCUESTA COBARDE”


“Una encuesta cobarde”, de “resultados anticientíficos e interesados”, hecha por la “la Banda de los Cuatro”, utilizando a “auténticos (y supuestos) estudiosos, poetas, profesores, recensionistas en los medios”, que son casi todos “amigos personales de los antologadores”, y más precisamente, “la clase de amigos que tiene la Banda de los Cuatro”, de una clase tal “que conocen nombres pero no libros”, y que, previsiblemente “votaron por los poetas más mencionados en los medios”, de manera que dejaron fuera a poetas valiosos para incluir “con grosera patería, a poetas de absoluta falta de calidad y hasta de continuidad (suman decenas)”.

Si los consultados y los poetas de esta Antología consultada (esa “desvergüenza literaria”) podemos desde ahora mismo hacernos una cruz, qué decir de los responsables de la encuesta, la famosa Banda, uno de los cuales, López Degregori, fue advertido de no incluir a los firmantes en la antología, “a riesgo de ser denunciado judicialmente”. Aun así, la Banda se tomó el trabajo de la consulta y corrió los riesgos judiciales en cuestión con el objetivo de “promocionar” a Carlos López Degregori, el “cabecilla de la Banda”.

Sólo una cosa que aportar a esta crítica de Mora y Pimentel (una sola, porque no opinaré sobre su uso del gerundio): en España somos mucho más prácticos. Esperamos a tener en disputa algún beneficio o hasta prebenda, no sé, una fundación, una plaza de catedrático, un puesto de algo, la representatividad en el panorama literario, la exclusividad en las iniciativas, la venganza, la autopromoción, la fama, la gloria, algo. Sólo entonces accedemos a sacarnos los ojos con la misma saña. Pero en este caso se diría que la saña es por la poesía, por un canon alternativo, por la honradez en las encuestas, por la verdad. Qué admirable.

Y es que seguramente no se han dado cuenta: ¡pero si es una antología! Un punto de vista, una mirada sociológica, un canon más, con la diferencia de que dispersa un poco las consabidas capillitas, las hace menos compactas, menos conchabadas, aunque suma los gustos y disgustos, los desconocimientos y los conocimientos de los consultados. Con los mismos errores y los mismos aciertos que otras. Qué bien si se la discute y se le contraponen otras posibilidades. Pero, ¿a qué viene tanta sangre?

Helena Usandizaga

* Tomado del blog Laguna Brechtiana.

6.1.11

DOS POEMAS DE ROSAKEBIA ESTELA

Joven poeta chiclayana Rosakebia Estela.

Rosakebia Estela (Chiclayo, 1990), es una de las voces novisímas más relevantes de la poesía peruana y que a base de trabajo lo viene mostrando, paso a paso. Lejos de la bulla capitalina ella por el momento persiste en seguir sus estudios de Biología, mantener algún diálogo sin sentido y cuidar a sus periquitos australianos. He aquí un par de textos del poemario La reina en su castillo de naipes:


POEMA 4
Ella solita se pregunta y se responde. Que le enciendan todas las luces del castillo —dice. Que la salven del dominio de la locura. Sálvenme. El castillo de naipes cambia cuando lo llenan de llanto y miedo. Los silencios se apoderan de otras voces y yo repito sus frases. Que le enciendan las luces —dice. Pero ella nunca abrió los ojos. Murió sin ver cómo los atardeceres se apoderaban violentamente de ella y de su castillo de naipes. Sin comprender que la soledad y el tiempo son los niños que tocan las puertas del espíritu. Tocan las puertas y lloran, se alejan corriendo a esconderse.


POEMA 5

Quieres secuestrar a Segismunda para que te viva. Segismunda encerrada en un castillo de naipes, decide escribir un poema de 10 metros para intentar escapar del castillo o de la locura. Le importa nada el número de versos. Quiere escapar, se muere de sed y de poemas. Aunque en realidad sólo le gustaría escribir un poema en el que no se sabiese Seguismunda. En su poema se describe como la escurridiza mensajera de algo. Tiene un poema 10 metros: un puente, una soga. Ahora no sabe si atravesar el horizonte con las manos hinchadas de tanto escribir o pasarse las horas sentada sobre su castillo.

4.1.11

CASCAHUESOS INICIA EL 2011 CON EL LANZAMIENTO DE LA NOVELA “ESPEJOS DE HUMO” DE GREGORIO TORRES SANTILLANA


Iniciando el año 2011 Cascahuesos Editores se complace en anunciar la publicación de la primera novela de su colección de narrativa “Los juegos verdaderos”; nos referimos a Espejos de humo del reconocido escritor arequipeño Gregorio Torres Santillana. El libro, que ya se encuentra en prensa, ha sido finalista del Concurso de Novela Corta organizado por la Cámara Peruana del Libro el año pasado.

Espejos de humo es una historia de misterio, vale decir, en ella hay espionaje, muertes, desaparecidos, a partir de un hallazgo revelador: unos documentos históricos ignotos que acarrean una serie de desgracias, propio de las reliquias malditas. Es la ficcionalización de un pasaje de la historia de Arequipa —la visita de libertador Simón Bolívar a esta tierra—. El cuidado de los detalles narrativos, el uso diestro de diversos recursos técnicos y narradores, la sutil reflexión que plantea sobre la historia y la verdad hacen de ésta una novela solvente. Cualidades que la distancia de ese género truculento que articula este tipo de historias con lo sensacional. Así, esta obra marca en el trayecto narrativo de Goyo Torres, su paso firme a la novela. Nos dice el joven escritor Jorge Monteza respecto a este libro.


Sobre el autor

Greogorio Torres Santillana es Licenciado en Literatura y Linguística por la Universidad Nacional de San Agustín. Ha realizado estudios de maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado, además de varios trabajos de crítica y creación, los libros El amor después del amor (2002), Técnicas narrativas (2004), Cómo motivar la lectura: ensayos de literatura, educación y sociedad (2005), Polifonía del silencio: la literatura en los últimos diez años en Arequipa (2006, coautor). También ha ganado varios concursos nacionales de narrativa y ensayo. Actualmente es profesor de Literatura en la Facultad de Educación y en la Escuela de Literatura de la UNSA.
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