2.5.12

ALGUNAS NOTICIAS DEL DESCONOCIDO POETA PERUANO AMÉRICO YÁBAR


Poeta místico y chamán Américo Yábar, autor del bello poemario Sesofagia humbría.

En un artículo de Sergio Vila-Sanjuán denominado “El trágico final de Pilar Donoso” que apareció en noviembre del año pasado en el diario La Vanguardia de Barcelona, hay una mención especial sobre uno de los poetas peruanos poco conocidos en estos lares. El artículo da cuenta del suicidio de la hija adoptiva de José Donoso y a través de dicha tragedia se reconstruyen varias anécdotas alrededor del gran novelista chileno «una reconstrucción de la estancia de la familia Donoso en Sitges, en los años 70, y del Taller Literario que el escritor creó en esta localidad». Justamente, hablando del taller, Vila-Sanjuán nos cuenta esta anécdota:

«Donoso solía pronunciarse con amabilidad y cautela, casi mayeutico. Pedía a los asistentes que contaran cuántas veces habían introducido en sus textos un “que” o un adverbio en “ente”. El detalle le obsesionaba. A un escritor de paso que leyó un largo fragmento de la novela que preparaba sobre el Chile del siglo XVI, en la que los protagonistas no paraban de subir y bajar las escaleras de una casa, le reprochó que hiciera “ciencia-ficción”, ya que “en el Chile de esa época las construcciones eran de una sola planta”.

En ocasiones señaladas las reuniones se celebraban fuera de casa del maestro, y entonces solían derivar en unas juergas bastante apoteósicas. Si estaba relajado y animado, Donoso gustaba de subirse chaqueta y camisa y mostrar el costurón que le había dejado una de sus operaciones de estómago.

Al Taller acudía devotamente un personaje extraordinario, el poeta peruano Américo Yábar, quien había tenido que dejar su país por misteriosos problemas con las autoridades. Yábar organizaba a veces folklóricos rituales de culto incaico a la luz de la luna en su jardín de Esplugues. Podía hablar durante horas y conmoverse hasta las lágrimas en mitad de una conversación rutinaria. Había publicado un singular poemario bajo el título de Sesofagia humbría.

En cierta ocasión el vate andino conducía en su destartalado Seat cupé 850 al maestro a Barcelona, a través de las curvas del Garraf. Donoso iba en el asiento de atrás y el entusiasmado Yábar se volvía para hablarle con tanta frecuencia que prácticamente dejó de mirar la carretera. Un Donoso lívido tuvo que pedirle que se detuviera para sentarse a su lado. Hace algunos años, cuando Internet empezaba a ser una herramienta fiable, Xavier Prat rastreó su pista, y encontró que Yábar se había reciclado como profesor de chamanismo en una universidad de Nuevo México».

Vladimir Herrera, amigo íntimo de Yábar, dice en su respectivo blog: «Siempre resulta golpeante encontrarnos con la Barcelona de los años setenta, sobre todo si la memoria está escrita por alguien que conocimos hasta el punto de hacerle una broma pesada el día de los inocentes en el Boliche de La Diagonal: Sergio Vila-Sanjuán, quien se refiere en este artículo por un momento a otro amigo de entonces, el poeta peruano Américo Yábar, hoy convertido en uno de los brujos mayores de esta parte de los Andes. Vila-Sanjuán también hace mención en este artículo a los peruanos Elsa Arana Freire, ya desaparecida, y Juan del Solar, el gran traductor de Canetti y según los entendidos el mejor traductor literario del alemán al castellano, que ahora vive en Lima sin ver a nadie. Debo reconocer que por aquel entonces yo le tenía manía a Donoso por haber hecho un seminario en París sobre su obra Coronación del que salí escaldado. Pero recuerdo el coche blanco de Yábar que se encendía en clave con un disco de teléfono, y en el que llevaba a Donoso sin mirar la carretera y al perro que Donoso temió más en su vida: se llamaba Maluquer. También recuerdo la noche del día de los inocentes apretándole el cuello a Sergio, a quien pido mil disculpas desde entonces».

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