8.3.12

BIEN JUGADO / “POEMAS EN HUCHA” DE PEDRO GRANADOS


Por Juan Yufra

La mirada suele ser una gran esperanza para nuestras palabras; también, lo es la palabra misma y lo son a la vez, ambas, como contenedores de la realidad que queremos dominar o
huchear, abuchear…, al fin y al cabo toda lucha es humana y toda poesía siempre el cuerpo del delito.

Poemas en hucha, de Pedro Granados (Lima, 1955), no solo contiene la voz iconoclasta que recorre las páginas de la mejor poesía y el quebrantamiento de las fórmulas para rehacerla sino la libertad de la naturaleza creadora del texto (en un espejo). Hay que entenderlo como un guiño dentro de los espacios y discursos posmodernos. ¿Qué es el papel, un poema, un libro sin la entraña o las contemplaciones de una ideología, de una postura frente a las cosas nombradas por el Otro (Sociedad, conocimiento)? El libro como pieza de orfebrería sostiene otros elementos, y aquí el lenguaje es materia prima, instancia y horizonte del demiurgo, contrariedad y salvación. Esa conciencia sinuosa para muchos es peligrosa, pero ¿quién no aborda los riesgos en poesía? y pretensiosa en otros casos pues convierte al poeta en un cuadriculado más de la hoja inventada. Prefiero destacar la máscara, el objeto nuevo y consciente que nos regala la cadencia y la brevedad de las imágenes. Una denuncia de las sensaciones y un recuerdo cotidiano de la modernidad en su elucubración como texto. En otros casos la poesía es.

“Sobre el cemento fresco” (p.13), “Yo también he recibido” (p. 45) “Tocar todas las cuerdas” (p. 89) arriesgan en contener la beligerancia de una emoción confrontada con la realidad y los estereotipos de la convención occidental (amor, muerte, soledad, fraternidad), pues alteran el discurso y el destino de la vida como un recipiente en qué reflejarnos todos. Esa voz infidente de la poesía que proyecta el lado oscuro de su existencia están intactas y desoladoras en muchas páginas; Granados sabe y defiende, apuesta y escribe desde la forma más lograda de la poesía.

Granados, Pedro: Poemas en hucha
Paracaídas editores, 2012. Lima, Perú.

* Tomado del blog La boca del sapo.

7.3.12

ESCALERA HACIA CÉSAR VALLEJO


Sobre héroes y hazañas

En algún lugar de su obra Francisco de Quevedo afirmó que la poesía en todas partes tiene numerosos feligreses y en ninguna altar público. La poesía, en efecto, es el reino de la excepción. Y la poesía de César Vallejo es la excepción de la excepción: insólita, señera. El carácter de raridad (y aquí, contra el parecer graciano, la raridad no encarece la moderada perfección, porque la perfección no es moderada) de la poesía de Vallejo, con énfasis en Trilce, y con más énfasis aún en los poemas del ciclo familiar, comentados con pulso experto por Julio Ortega, es por lo menos triple: sintáctico, lexical y semántico.

Nadie puede imitar a Vallejo porque Vallejo inventó una sintaxis y unas palabras para poder expresar, con autenticidad de raíz, su concepción del mundo, del hombre, de la vida. La distancia entre la concepción y la expresión es, en este poeta, computable en cero.

Para salvar esa distancia Vallejo trastocó la gramática del español y, en un acto de opulenta humildad, mostró el espíritu en su desnudez primera: las palabras como recipientes precisos de su emocionado decir: “estoy cribando mis cariños más puros./Estoy ejeando ¿no oyes jadear la sonda?/¿No oyes tascar dianas?/Estoy plasmando tu fórmula de amor/para todos los huecos de este suelo” (poema LXV, Trilce).

Quizá por esto, porque su estética no tiene nada de previsible, Vallejo no fue comprendido en su dimensión en ese tiempo suyo, el de la primera mitad del siglo XX. Y acaso la mejor herencia de su poesía consista en haber ensanchado un horizonte que todos podemos atisbar, pero cuyos frutos prometidos nadie puede conquistar por ese mismo camino.

Porque su camino no puede ser andado por otros. La diferencia entre la creación de palabras del ingenio lúdico y la poesía de Vallejo es radical: no hay invención verbal posterior a la concepción del acto poético en el autor de Trilce, sino simultánea y concomitante.No se pone a pensar en argucias inventivas extraordinarias: las nuevas palabras son reflejo de pasiones recientes. Desde la perspectiva semántica la poesía de Vallejo pudiera ser ilustrada como tentativa holográfica: una réplica completa de su concepción general está representada dentro del aspecto menor de sí misma.

Dicho de otro modo: escójase un puñado de versos de Trilce y podrá entenderse la matriz a la que pertenece. Escójase un retazo del infinito y podrá recrearse el infinito al que pertenece. El culto de este poeta, entendido como una llamada de atención hacia la fidelidad de la voz creadora sin mediaciones ni obstáculos asfixiantes, ha encontrado en su país y en Hispanoamérica un fervor creciente: desde Blanca Varela, Jorge Eduardo Eielson y Javier Sologuren hasta José Lezama Lima y Eliseo Diego.

5.3.12

MARTES 6: PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LA TIERRA DEL QUETZAL” DE LUIS ALBERTO SÁNCHEZ‏


Presentación del libro (reedición)
“LA TIERRA DEL QUETZAL”
de Luis Alberto Sánchez


El martes 6 de marzo a las 7 pm será presentada la reedición del libro "La tierra del Quetzal" de Luis Alberto Sánchez, en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería (Jr. Ucayali 391, Lima). El ingreso es libre.

La publicación será comentada por Gabriel Aguilera, Embajador de Guatemala, Edgar Montiel, Director de la Unesco en Guatemala, Marlene Polo, representante del Instituto Luis Alberto Sánchez, y Percy Murillo, ex Embajador del Perú en Guatemala.

Publicado por primera vez en 1952, el libro “La tierra del Quetzal” es una revisión de la historia de la literatura de Guatemala desde la mirada de Luis Alberto Sánchez. En diez capítulos cortos, el maestro hace comentarios sobre el Popol-Vuh y la crónica de Bernal Díaz del Castillo. Asimismo, escribe acerca de la vida y la obra del vate Rafael Landívar y del reconocido poeta modernista Enrique Gómez Carrillo.

Luis Alberto Sánchez (1900-1993) periodista, crítico literario, historiador, político y maestro. Su relación con Guatemala se realiza entre los años de 1944 y 1949, cuando visita ese país como rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego como profesor invitado de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Más información:
www.ccincagarcilaso.gob.pe
Telf: 204-2656

4.3.12

ESTE 6 DE MARZO GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ CUMPLE 85 AÑOS


Hijo de un telegrafista y la hija de un coronel que participó en la Guerra de los Mil Días (1899-1903), Gabriel García Márquez (Aracataca, 1928), por causa de la pobreza fue criado por una tía de su madre, Francisca Simodosea, asediado por los recuerdos de sus parientes. Al morir su abuelo le llevaron a Barranquilla a concluir la primaria y gracias a una bolsa de estudios en Zipaquirá, un remoto pueblo de los Andes, se graduó de bachiller mientras se intoxicaba con la más horrenda poesía que declamaban los colombianos de entreguerras y “Javier Garcés” escribía sonetos piedracielistas:

Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en tu talle de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aun crees en el dolor y en la poesía.

Si aun la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
(Si alguien llama a tu puerta)

Luego asistiría a ciertas clases de derecho en la Universidad Nacional, pero el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y las persecuciones desatadas el 9 de Abril de 1948 le llevaron a Cartagena de Indias, los veinte meses que trabajó a las órdenes de Clemente Manuel Zabala (San Jacinto, 1921-1963), un radical que había sido secretario del general Benjamín Herrera y delegado a congresos obreros, y quien parece le enseñó los rudimentos del periodismo moderno. En esa Bogotá de hielo y desolación, sólo la poesía le había acompañado:

“Cuando terminé el bachillerato y me fui Bogotá, confesó a J. G. Cobo Borda en 1981, mi diversión más salaz era meterme en los tranvías de vidrios azules que por cinco centavos giraban sin cesar desde la Plaza de Bolívar hasta la Avenida de Chile, y pasar en ellos esas tardes de desolación que parecían arrastrar una cola interminable de muchos otros domingos vacíos. Lo único que hacía durante los viajes de círculos viciosos era leer libros de versos y versos y versos, a razón quizá de una cuadra de versos por cada cuadra de la ciudad, hasta que se encendían las primeras luces en la lluvia eterna, y entonces recorría los cafés taciturnos de la ciudad vieja en busca de alguien que tuviera la caridad de conversar conmigo sobre los versos y versos y versos que acababa de leer. A veces encontraba alguien, que era casi siempre un hombre, y nos quedábamos hasta pasada la medianoche tomando café y fumando las colillas de los cigarrillos que nosotros mismos habíamos consumido, y hablando de versos y versos y versos, mientras en el resto del mundo la humanidad entera hacía el amor”.

En Barranquilla, donde vivió cuatro años, conoció a Cecilia Porras, la pintora y compañera de Jorge Child que pagaría, y diseñaría, la edición de La hojarasca, su primera novela. De vuelta a Bogotá, en 1955 El Espectador le envía como corresponsal a Europa pero prefiere matricularse en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. A finales del año va a París y escribe, en una buhardilla de la Rue de Cujas en el Barrio Latino, El coronel no tiene quien le escriba (1958). Después de hacer un viaje por los países comunistas, con el triunfo de la Revolución Cubana es nombrado corresponsal de la agencia de prensa del nuevo gobierno en Bogotá y en 1961 va a New York como corresponsal de la misma. Renuncia al cargo y viaja a México donde redacta Cien años de soledad, que aparece en Buenos Aires (1967) y recibe el premio Rómulo Gallegos (1972). Un año antes había sido investido con un Doctorado de la Universidad de Columbia. Se traslada a Barcelona donde vivió entre 1967 y 1975. En 1982 recibe la Legión de Honor del gobierno francés y el Premio Nobel de Literatura.

Amigo de notables políticos de su tiempo [Alfonso López Michelsen, Alberto Lleras Camargo, Omar Torrijos, José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari, Adolfo Suarez, Daniel Ortega, Ricardo Lagos], [“el poder absoluto es la realización más alta y más completa del ser humano, y por eso resume a la vez toda su grandeza y toda su miseria”] al cumplir 80 años y luchando contra un cáncer linfático, Belisario Betancur, —presidente de Colombia durante el holocausto del Palacio de Justicia, el terremoto de Popayán, el comienzo del exterminio de la Unión Patriótica y la desaparición de Armero con cientos y millares de muertos, quien, junto a Olaf Palme, Felipe González, Fidel Castro y Pablo Neruda le postularon al Nobel—, las Academias de la Lengua y el gobierno de Colombia ofrecieron en Cartagena de Indias una fiesta en su honor, a la que asistieron entre otros cientos de adeptos, los Reyes de España, Bill Clinton, Carlos Fuentes, Álvaro Uribe Vélez, Tomás Eloy Martínez, Víctor García de la Concha, César Antonio Molina, Fito Páez y Carlos Vives.

El asunto central de Cien años de soledad (1967), su más conocido poema, es la incomunicación. En Macondo, tierra de lo posible, no existe la solidaridad y trato entre los hombres. Macondo es una Arcadia donde triunfan la muerte y la violencia. Un pueblo habitado por sabios aislados y vidas anacrónicas cuyos símbolos vivos son José Arcadio Buendía, el vidente atiborrado de proyectos que termina junto a su difunto enemigo Prudencio Aguilar; Úrsula Iguarán, que confunde el presente y el pasado y es una muñeca que divierte a sus tataranietos, abandonada por la realidad de la que había sido su único médium; Aureliano Segundo que despilfarra su vida y la de su concubina mientras cubre con billetes de banco las paredes de las habitaciones, bebe ríos de brandy y baila, hasta la misma vejez, una eterna cumbiamba que apenas apacigua el diluvio universal; Remedios, la bella, que vaga por el desierto de la soledad hasta cuando asciende en cuerpo y alma al cielo; Meme, muda desde el día que su madre la llevó a un convento de tierra fría para que diera a luz el hijo de Mauricio Babilonia, y Aureliano Babilonia, un adolescente que ignora el presente pero sabe todo sobre el hombre del Medioevo. El amor, al final de la novela, derrota la soledad cerrando el círculo maléfico del incesto, maldición y destino de la familia.

Pero quien ha narrado la historia es el coronel Aureliano Buendía, que entre los avatares de las guerras compone en versos rimados sus encuentros con la vida y la muerte [“Los escribía en los ásperos pergaminos que le regalaba Melquiades, en las paredes del baño, en la piel de sus brazos, y en todos aparecía Remedios en el aire soporífero de las dos de la tarde, Remedios en la callada respiración de las rosas, Remedios en la clepsidra secreta de las polillas, Remedios en el vapor del pan al amanecer”] y ya cerca del final, quema, con el baúl de los poemas “la historia misma de la familia, escrita por Melquiades, hasta en sus detalles más triviales, con cien años de anticipación. La había redactado en sánscrito, que era su lengua materna, y había cifrado los versos pares con la clave privada del emperador Augusto, y los impares con claves militares lacedemonias”, porque gracias al misterio de la poesía “no había ordenado los hechos en el tiempo convencional de los hombres sino que concentró un siglo de episodios cotidianos, de modo que todos coexistieran en un instante”.

Otro de sus grandes poemas es El general en su laberinto (1989), un sentimental viaje de horror hacia la muerte. Aquí el agonista es un virtuoso abatido por el destino contra quien no solo conspiran los hombres sino la enfermedad de su siglo: la tuberculosis. El cuerpo, las lluvias, el calor, la ropa, el sol implacable hacen más feroces los efectos del que recorre el orbe. Quien lee, sabe qué va a suceder y sólo continúa por placer. Un placer que termina en llanto y dolor. La utopía vuelve a ser el eje central de ésta como en ese Macondo donde las cosas hubo que fundarlas porque carecían de nombre y José Arcadio Buendía persigue el progreso y los secretos de una alquimia, que conducen, ineludibles, al fracaso. Los esfuerzos del General Bolívar, el Coronel Buendía y José Arcadio terminan mal. Como en la gran poesía del mundo, todo está condenado al fracaso, a una ruina de los ideales.

El general en su laberinto fue la culminación de una saga sobre los estragos de la soledad del poder, el amor y el absurdo de la gloria que había comenzado con El coronel no tiene quien le escriba, la historia del viejo militar que sin tener con que comer libra su última batalla por la vida de un gallo, prolongada en Aureliano Buendía y sus treinta y dos batallas perdidas en Cien años de soledad, y el viaje hacia los tenebrosos dispositivos del totalitarismo en El otoño del Patriarca, porque como había consignado en su gran novela: “todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.
Harold Alvarado Tenorio

* Tomado de Ajuste de cuentas, una antología crítica de la poesía colombiana del siglo XX. En la imagen: Evelio José Rosero, GGM y Harold Alvarado Tenorio en México

2.3.12

“DABAI, CHELO, DABAI” DE GIOVANNI BARLETTI POR DARWIN BEDOYA


Escribe Darwin Bedoya

Dabai, Chelo, dabai, (Cascahuesos editores, 2011, 112 pp.) de Giovanni Barletti, (Moquegua, 1988) es un conjunto de relatos que propone un recorrido por los territorios que delimitan la realidad y la imaginación del autor, que no sólo vierte aquí sus recuerdos, sino que indaga y se adentra en la memoria colectiva donde residen las verdades ocultas y notorias que posee el ser humano del siglo XXI, aquellos seres que son los referentes-protagonistas directos de estas historias. Aquí se desplazan los personajes que están sacados de una realidad contemplada; pero sus actos y palabras, como en toda la arquitectura de esta prosa, son fruto de la más descarada, descarnada, divertida e irreverente ficción. Palpando en los recuerdos —provenientes de la realidad—, el autor ha construido una colectividad para hablar del desgarro que supone vivir en un mundo sórdido donde no hay lugar para la ingenuidad. Estos sitios son los mismos que ahora invitan al lector a pasear por un espacio, aparte de realista, dolorido, cruel y contradictorio a partes iguales.

Estos textos, a veces, inquietantes, a veces conducentes a la reflexión sobre las distintas aristas de la condición humana, a veces intuitivos de un destino que no es el correspondido, poco a poco nos va mostrando en cada espacio narrativo una revisión y actualización de temas que incluyen humor, sexo, amor, pobreza, muerte, etc. En Dabai, Chelo, dabai ocurre un acercamiento a la materia oscura del paso del tiempo, del enigma que atraviesan en la actualidad las sociedades, especialmente las urbanas. Barletti ha sabido darle intensidad a sus argumentos, con las visiones de un cuidadoso espectador que a veces abandona su lugar de contemplación para confundirse o mimetizarse con las escenas y personajes que va vislumbrando. Cada relato de este libro es una esquirla que, como un puzzle, se va incrustando en las otras para recomponer el azogue donde se refleja la vida en un espacio que tiene que ver con el sur peruano, tomado como ámbito real o territorio ficcional.

Los relatos que componen este libro: “Como quien no quiere la cosa”, “Dabai Chelo, dabai”, “Rojizo” y “El detective salvaje”, se expanden como sugestivos universos donde apetece quedarse, tal vez el lenguaje coloquial tenga algo de culpa en esto. Pero estas historias también vienen a ser espacios en los que no será fácil mantenerse al margen de los sucesos-historias que entreabren despacio —pero asertivamente— el deseo por la indagación, la imaginación y la sapiencia que giran en torno a algunos asuntos recurrentes en nuestras vidas: los vacíos, las pérdidas, las desesperanzas y las ausencias, en este caso relacionadas, otra vez, con el desgaste del tiempo. Según veo, no todas las veces se puede escribir sólo desde y sobre la propia ficción. También la otra opción real es literatura que interesa y sirve para desalojar, despojar y vaciar ciertas habitaciones imaginarias llenas de trastos útiles-inútiles.

En “Como quien no quiere la cosa”, el amor se escribe con los silencios, la música y las huellas en la superficie de las cosas. Lo esencial, presente y oculto día tras día, enreda la vida de Meche, Mario, Tavo y Analú, todos ellos deben enfrentarse a sí mismos, a la madurez, a los miedos viejos y a los nuevos, a los caminos que aún no saben que transitarán. ¿Son, fueron, los días más felices?; mientras que en “Dabai Chelo, dabai”, el sexo, el enamoramiento, las aspiraciones, el desamor, la frustración, los viajes y las exploraciones nos muestran cómo va transcurriendo la vida y las formas en que el autor va ahondando en la realidad para desatar una experiencia sensorial, propia e intensa, marcada por el ritmo de un estilo contenido y los planos cortos que corresponden al cine. Seguramente que hasta aquí, los personajes de estos dos primeros relatos, son seres que se ven ante la posibilidad de iniciar una vida nueva y diferente, de poder deshacerse del pasado y cumplir esos sueños que nunca tuvieron oportunidad de realizar. Un lugar paradisiaco en el horizonte alimenta aún más, si cabe, estas ansias de cambiar de vida de los personajes. Sin embargo, en el discurrir, pronto advertirán que no es tan fácil desligarse de uno mismo, cambiar de rumbo, dejar a un lado los viejos-cotidianos problemas que ocurren en cada lugar del mundo donde es posible hacer escala hacia un sueño y empezar todo de nuevo, por última vez.

Narrado en un estilo fresco y ágil, no exento de agudeza humorística, en un escenario actual y con abundancia de sucesos, “Rojizo”, el tercer relato del libro, es una huida hacia adelante a la vez que un retroceso hacia el interior de uno mismo, hacia el lugar donde tienen sus raíces esos problemas que tanto tiempo llevamos eludiendo. Rojizo se entrevera en las situaciones políticas, intelectuales, estudiantiles y todas aquellas que la vida de la época universitaria pueda implicar.

En “El detective salvaje”, el relato que cierra el libro y además el más extenso y logrado de todo el conjunto, Giovanni Barletti realiza un considerable ejercicio narrativo a lo largo de esta desconcertante e irónica narración. Aquí el autor, mediante una técnica bastante conocida, implica al lector en el propio texto. Exige su participación para acabar de tejer la urdimbre de identidades ambivalentes que se desarrolla en la historia: una trama que no hace más que reflejar las angustias y emociones de unos personajes que luchan por sobresalir y vencer realidades nada gratas. Toda historia es una incitación que puede derivar en ideas, viajes, recuerdos, alusiones, ambiciones, fracasos, las mismas que envuelven a Ismael Salas, El detective salvaje, un hombre de negocios, de mediana edad, solitario, aventurero, vividor que entre jarana y chamba fantasea con la posibilidad de ser otro, de tener una estabilidad económica que le asegure dinero en el bolsillo. ¿Pero él no sabe cuál es su verdadera vida y qué es lo que le espera al final?

El hilo conductor de estos relatos es revelar el entramado de una realidad extremadamente tensa y contrastante, en la que predominan los sucesos de la vida colectiva e individual no sólo en espacios como en Perú, sino en todo el mundo. Por todo ello, las gentes que nos miran desde estas páginas unas veces naufragan en la tormenta y otras hacen equilibrios imposibles agarrados a un delgado hilo, viven en un infierno aguardando el último asalto, caminan hacia la luz desde el anonimato. Son triángulos escalenos que crujen a la salida de un callejón. La imperfección y el desorden. Personajes de carne y hueso, tan parecidos a nosotros en sus virtudes y defectos, los desheredados de la Tierra, olvidados, oprimidos que esperan un mundo mejor. Sobre ellos el autor deposita una mirada crítica, ácida en ocasiones, en ocasiones cariñosa y a veces memorable.

Más que un libro de cuentos, Dabai Chelo, dabai, es una narración coral que trasluce el desasosiego, el sufrimiento y la dolorosa belleza de una época que hoy nos refleja, nos irrita, nos conmueve y nos cambia y nos acaba.

Dabai, Chelo, dabai
Giovanni Barletti
Arequipa, Cascahuesos Editores, 2011


* Tomado del blog de Darwin Bedoya.

1.3.12

CONVOCATORIA PARA PARTICIPAR EN LA REVISTA LITERARIA “DELIRIUM TREMENS” NÚMERO 6


Delirium Tremens (ISSN 2219-391X), revista literaria de alcance internacional, lo invita a ser parte de la misma con sus colaboraciones tanto en poesía, narrativa, artículos, ensayos y reseña de libros en la edición número 6, la cual saldrá a mediados del mes de Mayo de 2012. Si está interesado en colaborar con nuestra publicación, agradeceríamos que lea los siguientes pasos para publicar:

PASOS PARA PUBLICAR:

1. La revista acepta todo tipo de colaboración que esté relacionada al campo literario y cultural de cualquier país del mundo, siempre y cuando se encuentre en idioma español.

2. Para la extensión de los trabajos se tendrá en cuenta las siguientes especificaciones:

Estudios literarios: El tema es absolutamente libre. La extensión relativa para el envío de ensayos es la siguiente
Para ensayos: 10 páginas como máximo
Para artículos o notas: 3 páginas como máximo
Para reseñas de libros: una página como máximo

Creación Literaria: Tema libre.
Poesía: 3 a 5 poemas
Narrativa: un texto de 5 páginas como máximo

3. Los colaboradores deberán adjuntar también un pequeño resumen biográfico de no más de 8 líneas, conteniendo lo más importante de sus datos.

4. Los trabajos deben ser enviados a nuestro correo: artesinlucro@gmail.com como datos adjuntos en Word. Se ruega poner en el asunto: “Colaboración Revista Delirium Tremens” ye el género que participa (poesía, narrativa, ensayo, reseña, nota, artículo)

5. Se enviará un correo electrónico a los colaboradores que sean elegidos para la presente edición.

6. La revista se editará en formato físico y en una edición virtual que se difundirá a través del blog de la revista: http://revistadeliriumtremens.blogspot.com

7. El plazo para el envío de trabajos vence el día 31 de Marzo de 2012.

Nota: Para envío de libros, revistas u otras publicaciones para ser reseñadas por la revista, envíe un ejemplar de su publicación a la siguiente dirección postal:

Sr. Paolo Astorga
Av. Malecón Checa 557
San Juan de Lurigancho
Lima 036, Lima-Perú

Agradecemos de antemano su distinguida colaboración en nuestra revista. Saludos y Éxitos:

Paolo Astorga, Editor de la revista Literaria Delirium Tremens.

29.2.12

LOS ALQUIMISTAS DE AREQUIPA (SEGUNDA PARTE)



Puede leer la primera parte aquí.


Un regalo de la vida

—Así como hay días con muchos compradores, también habrá otros en que no viene nadie —le comento a Tommy Ramírez.

—Sí, pero eso es lo normal —lo reconoce sin hacerse problemas—. No preocupa tanto. Además, aprovechamos para leer todo el material que tenemos acá y lo nuevo que conseguimos, pues el lector, salvo excepciones, viene con ideas muy vagas, por eso un librero tiene que estar muy enterado sobre las novedades, porque de lo contrario no vende. Alguien viene y me dice: «quiero un libro de tal autor o alguien que se parezca a tal autor». Uno tiene que saber cómo escribe ese autor, sobre qué escribe, qué temas aborda, etcétera, para poder hacer sugerencias idóneas. En ese sentido éste no es un negocio, es, más bien, un placer. Un lector enterado o uno no tanto pero inquieto, es como un regalo que nos da la vida. Aunque te confieso que los auténticos libreros están en extinción. En el Perú, el último que yo conocí fue Juan Mejía Baca que ya murió hace muchos años.

—¿Lee todos los días?

—Sí, poesía, narrativa y filosofía. Y mi hermano Beto lee mucho sobre ciencia y esoterismo. Entre mis favoritos están William Blake, Baudelaire, Rimbaud, poesía hispanoamericana: la mexicana con Octavio Paz y José Emilio Pacheco, la peruana con la generación del cincuenta, la chilena con los clásicos como Huidobro y Neruda. En narrativa, Borges, Cortázar, Kafka, Thomas Mann, me gusta mucho Roberto Bolaño, también Osvaldo Soriano.

—¿Alrededor de cuántas publicaciones hay en Aquelarre?

—Unos cinco mil libros.

—¿A un lector novísimo qué ficción le recomendaría?

—El cuento siempre es el primer paso, desde los peruanos como Valdelomar, López Albújar, Ventura García Calderón hasta los latinoamericanos como Borges, Cortázar, Rulfo, Onetti, para no hablar de cuentistas europeos que también son magníficos. Sin embargo, yo prefiero que lean primero literatura hispanoamericana porque creo que es una forma de conocernos mejor a nosotros mismos, de valorarnos y de dejar de estar mirando tanto a Europa, sin desestimar, desde luego, el gran aporte cultural de los europeos.

—¿Qué le ha dado la lectura de tantos libros?

—Me ha enriquecido, tengo una visión del mundo mucho más amplia, pero es difícil poder expresarlo en palabras. Es como viajar por muchos países y por distintas épocas.

—También la posibilidad de interactuar con lectores y autores un tanto excéntricos.

—Esos son los que me interesan realmente —confiesa el librero—, y no aquellos que están adocenados. Porque hay lectores muy parametrados, fosilizados, que leen siempre lo mismo, que no se sienten capaces de experimentar. Yo creo que en literatura hay que estar experimentando en forma constante.

Aquelarre es también un espacio para la fabulación oral, como se da en el caso de Álvaro, asiduo concurrente a la librería, que afirma saber por fuentes fidedignas la historia de un zambo que sodomizó al premio Nobel arequipeño y que gracias a esa experiencia, éste pudo narrar los encuentros homoeróticos de Paul Gauguin en El paraíso en la otra esquina, ésa es la clase de lector que a pesar de muchas lecturas no entiende la distancia entre la realidad y la ficción, o simplemente no las puede separar: «Mi amigo Álvaro es un hombre con una imaginación desbordante y que no cree en nadie. Es un heterodoxo total, no cree en las vacas sagradas ni en los autores consagrados. Y eso, en el fondo, es bueno. A mí, particularmente, me preocupa cuando veo a un joven entre los quince y los treinta años con ideas fijas, prejuicios, o con endiosamientos ciegos… cuando recién han comenzado a leer se fijan parámetros muy rígidos… si la literatura va a servir para eso, yo creo que están leyendo mal».

—¿Aquelarre en una palabra?

—Libertad. Este es un lugar libre. Acá los libros están a disposición del público, para que el lector los revise, les dé un vistazo, y no con bolsas de plástico como en otros lados.

—¿Por qué se leen tan pocos libros?

—Creo que la televisión ha ganado al lector joven.

—¿Internet?

—Me parece muy bien que también se lea gracias a las computadoras y al fenómeno de internet. Antes, para informarse de un autor había que buscar catálogos, revistas, en Lima me regalaban los suplementos dominicales de Argentina o Chile para poder saber qué se publicaba en esos países. Recuerdo que cuando Heinrich Böll ganó el Premio Nobel de literatura en 1972 nadie sabía en Arequipa quién era él y era complicadísimo tener información sobre el autor. Ahora es más difícil pretender ser el gurú de la cultura, o el zar de la literatura, el que dictamina qué es lo que se debe leer.

Arequipa no ha sido fundada literariamente

«Arequipa es un ámbito novelístico sin explorar, territorio virgen, salvos algunas cosas muy fragmentarias hechas en el siglo XX», asevera convencido. Le recuerdo que el escritor chileno Alberto Fuguet escribió que Mario Vargas Llosa fundó literariamente a Lima. Así que es probable que todavía no se haya fundado a Arequipa en el terreno de la ficción: «Definitivamente no ha sido fundada, hay novelas de María Nieves y Bustamante, Edmundo de los Ríos. Sin embargo es muy poco lo escrito sobre Arequipa y espero que los nuevos novelistas hagan algo al respecto».

—¿Acaso son ustedes alquimistas como dice el señor? —le pregunto a Tommy Ramírez, que acaba de pagarle al desavisado vendedor de libros de segunda mano apenas siete soles con cincuenta céntimos por una de las mejores novelas de Vladimir Nabokov: Ada o el ardor. Y el dueño de Aquelarre muestra una sonrisa cómplice. Entonces yo entiendo que no se trata de alquimia sino, precisamente, de algo tan elemental como leer para saber —aquilatar, apreciar, atesorar— lo que uno tiene en las manos. La diferencia entre alguien que lee y alguien que se exonera de esta placentera actividad, se hace patente una vez más y, sin duda, resulta aleccionadora. Aquella novela de Nabokov siempre valdrá oro, pero recién ahora —¿otra vez?— está en buenas manos. Tommy Ramírez luego de rescatarla, acude a su caja chica pero, en esta ocasión, en vez de dinero saca una vieja fotografía, en blanco y negro:

—¡Mírame! —exclama y lo reconozco vistiendo una de aquellas guayaberas predilectas de Gabriel García Márquez y al lado de nada menos que Julio Cortázar—. Acá estoy con un auténtico alquimista, ¿no crees?

* Arequipa, miércoles 04 de enero de 2012. Publicado en el diario El Pueblo el domingo 15 de enero de 2012. En la imagen: a la izquierda, Tommy Ramírez. A su lado aparece Álvaro (el de la anécdota sobre MVLL) y otros compradores.

24.2.12

SÁBADO 25: LECTURA COMPARTIDA DE POEMAS CON EL POETA PERUANO ALBERTO ALARCÓN EN AREQUIPA


Este sábado 25, a las 8:00 p.m. en PUCARÁ BULLS ubicada en la Casa Cultural El Tercer Ojo (Campo Redondo 102-A, Barrio de San Lázaro), el poeta piurano Alberto Alarcón (miembro del movimiento 1º de Mayo de la generación del 70) compartirá con nosotros parte de su producción literaria. Los están obligados a llevar sus poemas para corresponder la lectura, y nuestro buen amigo Raúl Chuquimia preparará el café para la velada. Los invitados son:

• Luzgardo Medina
• José Gabriel Valdivia
• Luz Vilca
• Luis Ormachea
• Juan Yufra
• Filonilo Catalina
• Gloria Mendoza Borda
• Robert Baca
• Martín Zúñiga
• María Miranda
• Kreit Vargas
• Maru Delgado
• Augusto Carrasco

Los esperamos. Luego del café, habrá bebidas espirituosas.

23.2.12

TRUJILLO TENDRÁ SU PRIMERA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO


Trujillo será la sede de la primera Feria Internacional del Libro. Esta vez, la Cámara Peruana del Libro, conjuntamente con la Municipalidad Provincial de Trujillo, en una alianza estratégica a favor del libro y la lectura, organizarán tan importante evento que busca convertir a la Ciudad de la Eterna Primavera en el eje de la cultura y las letras de la zona norte del país.

Es así que del 1 al 12 de marzo, Trujillo acogerá a más de 40 expositores entre editoriales, librerías, distribuidoras e instituciones culturales y educativas que presentarán las últimas novedades y los títulos más buscados en libros, enciclopedias, revistas y toda la producción literaria nacional e internacional.

A lo largo de 12 días el público asistente trujillano podrá pasear por 2,500 metros cuadrados de la Plazuela El Recreo, donde alrededor de 40 stands ofrecerán más de 50 mil títulos de libros originales de variados géneros y lo mejor de la producción editorial nacional e internacional a precios sumamente accesibles.

La programación cultural, preparada especialmente para estos días de feria, cuenta con más de 152 actividades culturales y artísticas, entre presentaciones de libros, recitales de poesía, homenajes, conferencias, espectáculos y actividades infantiles de fomento de lectura, además exposiciones y de ciclos de cine internacional, que tendrán como escenario el Auditorio José Watanabe Varas —en homenaje al fallecido poeta oriundo de Laredo—, la Sala Infantil y de Talleres, la Sala de Cine y el Área de Exposiciones.


Invitados

Como es tradicional en nuestras ferias, la actividad principal gira en torno a un escritor homenajeado, que en esta oportunidad será el poeta, narrador y dramaturgo Jorge Díaz Herrera, uno de los escritores más prolíficos del Perú por sus innumerables crónicas, poesías, obras teatrales y colecciones de cuentos.

Asimismo, para promover el intercambio cultural y comercial en la región latinoamericana, se contará con la presencia de prestigiosos escritores internacionales como los colombianos: la poeta Lucía Estrada, Premio de Poesía Ciudad de Medellín 2005 y el editor, escritor y periodista, Juan David Correa; así como el ecuatoriano Eduardo Varas, seleccionado como uno de los “25 secretos mejor guardados de América Latina” para la FIL Guadalajara 2011; las escritoras argentinas Mariana Enríquez y Natalia Moret, grandes talentos que mostrarán la nueva literatura latinoamericana a través de las presentaciones de sus más recientes producciones editoriales.

Por otro lado, se harán presentes las personalidades más importantes del país en el ámbito literario como el reconocido poeta Antonio Cisneros, los destacados novelistas Alonso Cueto, Oswaldo Reynoso, Ivan Thays, Jorge Eslava y Pedro Canelo. Además de Irma del Águila, III Premio de Novela Breve Cámara Peruana del Libro; Gustavo Rodríguez, quien presentará su novela mejor lograda Cocinero en su tinta; el periodista y escritor Beto Ortiz, que presentará su último libro Mario Vargas Llosa, el Inconquistable; y Alfredo Pita, que viene desde París, ciudad donde radica, exclusivamente para presentar su reciente creación literaria Días de sol y silencio.

La feria prestará un especial énfasis a difundir las creaciones de escritores y talentos de origen norteño, como es el caso de Arturo Corcuera, Óscar Colchado, Luis Eduardo García, José Zapata, Tania Guerrero, Denisse Vega, Stan Vega, John Kelvin López, Mauricio Málaga y Alfieri Díaz, entre otros.


Atractivos de la feria

Entre algunos de los atractivos principales de este evento, habrá una exposición de arte gráfico para la que se convocó a los más destacados humoristas gráficos nacionales: Juan Acevedo y Miguel Det, además de Águeda Noriega, reconocida dibujante de fanzines, quienes tendrán un encuentro con historietistas de Trujillo.

Por otro lado, pensando en divertir e incentivar el hábito por la lectura en los más pequeños de la casa, la Feria Internacional del Libro de Trujillo contará con una Sala Infantil y Talleres para profesores donde se realizarán actividades lúdicas como cuenta cuentos, funciones musicales y diversos talleres a cargo de la Biblioteca Municipal de Trujillo.

Para los amantes del séptimo arte se contará con una Sala de Cine, donde se presentarán los más destacados filmes de países como Ecuador, Venezuela, Argentina, Brasil, Taiwán, Alemania, Uruguay y Perú.

Finalmente, habrá espectáculos artísticos musicales variados, destaca entre ellos la participación de la Asociación Cultural de Floklore “Takaynamo”, reconocida institución trujillana dedicada a la difusión de las danzas peruanas, entre otros artistas de la zona.


Empresas editoriales y librerías participantes

La Primera Feria Internacional del Libro de Trujillo agrupará cerca de 40 expositores como la Asociación Hijas de San Pablo, Biblioteca Digital, Casa de la Biblia, Disbook Junior Importaciones y Exportaciones, Distribuciones Mediterráneo, Distribuidora Gutiérrez, Editorial Océano Peruana, Editorial Planeta Perú, Editorial San Marcos, Escritores de Trujillo, Empresa Periodística Nacional Epensa, Editorial Estruendomudo, FIP Cielo Abierto, Fondo de Cultura Económica, Importadores y Distribuidores Peruanos, Lenguaje y Comercio, Librerías Crisol, Librería Contracultura, entre otros.

También participarán Los libros más pequeños del mundo, Lumbrera Editores, Ordecupe - Lexus Editores, la Pontifica Universidad Católica del Perú, Sociedad de San Pablo, Soluciones Prácticas, Tarea (Asociación de Publicaciones Educativas), Técnicas Americanas de Estudio, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Universidad Nacional de Trujillo, Universidad Ricardo Palma, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas - Fondo Editorial y Zeta Bookstore.

La Cámara Peruana del Libro expresa su agradecimiento a la Municipalidad Provincial de Trujillo, en especial a su alcalde, César Acuña Peralta, por confiar en nuestra institución para la organización de un evento cultural tan importante para la región, y por ayudarnos a cumplir con nuestro principal objetivo de fomentar la lectura, fortalecer la industria editorial y promover el consumo del libro original en las y los peruanos. De igual manera, agradecer el auspicio del diario Correo y la colaboración de la Escuela de Gastronomía y Arte Culinario Peruano.

Ingreso libre.
Horario: De 10:00 a.m. a 9:00 p.m.

Lima, 20 de febrero del 2012.

22.2.12

CARTA DE ROSINA VALCÁRCEL A MANUEL JESÚS BAQUERIZO


Carta a Manuel Jesús Baquerizo


En Junín más allá de la tarde que centellea
Naciste wanca entre valles y vientos milenarios
Tu voz cálida la sentí bajo la lluvia color zafiro
Me diste sopa verde a las 7 de la mañana
Y tu existencia se abrió al tiempo rebelde
Te escuché hablar de la historia antepasada
Del anhelo de otra tierra para todos los nuestros
Giró el verano entre molinos y quimeras
La primavera entre calles y colinas Casas y plazuelas
Aquí estás, Maestro, porque eres los versos
Que llevan al Perú andino en las espaldas
Más allá de esta elegía que te resucita etéreo
Están tu ojo café, tu estatura de acero, tu energía de toro
Más allá del temor y la esperanza
Están tus pasos ilusos entre la noche y tu secreto varado
El río nombras, las fiestas, las flores, la memoria indígena
Maestro cabalgas Ayacucho, Huancayo tierra adentro
Piedra firme No es el azar quien justifica tu tiempo
Son los libros, las clases, los discípulos, las lecciones
Las revistas Proceso, Ciudad Letrada, Caballo de fuego
Has levantado los brazos exaltados
Has levantado la voz por los campesinos
Tu noble vida, tu hermandad son nuestro canto
Quijote florecido, al alba tu risa dominical tintinea
Nos tienes entre manos
Y nos lees fragmentos de un nuevo ensayo
Eres el ejemplo reinante que silba entre los pájaros
Órbita de optimismo Tú eres mi padre
Ah, tu vida sin sombras, esencia y ser
Nos señala el arco iris y el horizonte
Pródigo albor calado bendices la tierra y el fuego
Todo está cubierto de astros
Espigas, puquiales, paqcha y remanso
Trueno y relámpago, nuestros anhelos.

Llueve y yo te miro


2012, Rosina Valcárcel

20.2.12

VACIADO DE TIEMPO: “DEL VERANO INCULTO” O LA HERMETICIDAD POÉTICA


Por Darwin Bedoya

Luego de la primera aparición de Mate de cedrón (1974, Cascahuesos editores y Grupo Editorial Hijos de la lluvia reeditan esta obra en 2009). Ahora aparece una nueva reedición de un libro que si su difusión hubiera sido la necesaria, estaríamos hablando de un clásico de la poesía peruana, me refiero a Del verano inculto (2011, 2da. edición realizada por Cascahuesos editores y Laguna brechtiana; la primera data de 1980), estamos ante un poemario infrecuente, en el que el sujeto lírico ha encontrado toda certeza poética y en el que la palabra afronta un doble desafío: de un lado, desbrozar el reverso de una realidad objetual, en pos de la vida oculta que en las cosas se dedica a alentar la escritura; de otro, enlazar la experiencia de la vida con los espacios del sueño y, más allá, con un inconsciente no siempre accesible o razonable desde la lógica convencional debido a ese lenguaje casi lezamiano con una carga de significación que tal vez tenga su origen en una tradición de cultura, en una tradición hispánica, manuelina, borrominesca, berniniana y gongorina, como decía Sarduy. Pero volviendo a esa doble apuesta que conduce a Vladimir Herrera a intentar establecer un equilibrio entre ambos territorios, el de desbrozar el reverso de una realidad objetual y el de enlazar la experiencia de la vida con los espacios del sueño como si fuera imprescindible la noticia de lo real, notamos la constatación de una existencia comprobable, para rasgar la piel de la incertidumbre, la fragmentaria realidad otra que lo aparente oculta y que sólo vive en el poema. Aunque pareciera que la metáfora en Del verano inculto no es un mero ornamento del lenguaje, ni siquiera una modalidad expresiva, un desvío de la norma lingüística o una sustitución, sino un instrumento de conocimiento que conduce a la poesía.

Entonces, lo interesante de estos poemas es la brecha que generan con su idea de la imagen y de su grado considerable de hermtismo, pues intentan estructurar fragmentos de la historia como segmento discursivo poetizable, descartando así la lógica de sucesión a favor de lo que se podría denominar el incondicionado poético, tal como se puede leer en estos dos poemas que integran la primera parte del libro:


RITMO HESICÁSTICO:

Ojos de la galana sola en una frase común con olivos
Son mar espeso con alejandrinos y espuma litoral irisado
Con naranjos enanos transportados en oda y rosas
Son mar que hace las veces de mar en trote de olas albergando
El animal de la quimera y su testuz de finísima práctica

Luz de isla o Cola de Juno
Caracterizan lejanía en el entendimiento, cobran de sí
Devotas voluptuosas gobernándose
Y lunarios influidos
Fijos en la lectura errante

Y género epiceno el de dos astros cuando queda entre ambos
Dos un indicio aspa o sospecha de agua soleada y servil con
Aura de viajes señalada en mucho brazo desnudo y vertida
En ensueño menor de hermana respirando siempre en lo herboso
Mi tema
Eternizando el mar espeso con sosegar de velas y resaca.
(p. 17)


DEL VERANO INCULTO

Mañana extremada muerte demora ala de sombra
En ojos de Rubén huido
Sangre estrepitosa en retórico rosal oscuro
Demora acicalado bardo con gato de carbón y radio
Vacía madre en el labio de luz de la glorieta
Abuela del tiempo reposa su Imposibilísima Forma
Montaña medieval también erótica y sofisticada
Ajena de instruido mar en alazanes de mirada sola
La pericia es la del ser que a la del ser amado teme
Rubén huele irisada playa de tinturas en el lecho
Mientras fuga de la trenza por agujas
A delicias concubinas de la guerra
De la jocosa estrella que ha girado y se retoca
En lo que vuela derruido hacia el aroma
De corazón en feble corazón ignorado
De sombrero en sombrero azul para saeta
Melena de viejísimas horas
A la vanidad de lo sensible devueltas
Máximas horas de Rubén en celo Sombrero y Viento
Bajo sol del Verano Inculto
Nieve de Europa interpreta el Paquidermo
Aucells porque Europa es el mundo
Rimero de finísimas letras escamadas
Mozart como la muerte de los bañistas al pie de la ventana
Ojos de revocados mares y laminadas lágrimas de risa

Ya entonces Poesía era oscura como nada
(p. 20-21)


Así, el libro está escrito en un verso que goza en la convivencia con la oscuridad y pareciera que lleva, en determinados versos, al sujeto poemático, a desarrollar un lenguaje próximo al surrealismo. Y es que precisamente su condición hermética y la de sus puntos gramático/pictórico hacen que estos artefactos poéticos/pictóricos se tornen en individualidades indivisibles dentro del libro.

Todo esto se conjuga con las polivalencias del sentido que el verso puede dar. Vladimir Herrera ha escrito un libro de enorme interés no desprovisto de riesgos. Sin embargo, los ha afrontado con solvencia y equilibrio. Quizá porque sabe que transitar el camino de la poesía no solo implica atravesar el territorio de complejidad existencial y verbal, pero, sobre todo, sabe del riesgo principal que esta opción que ha elegido se llama hermetismo. Sin embargo, Herrera ha sabido sortear las huellas recorridas por Darío, por Lezama, por Kamenszain y, a veces, por ciertos pasos de Lamborghini, con la sutil diferencia de que todo lo ha hecho con inteligencia y acierto.

* Tomado del blog de Darwin Bedoya.

18.2.12

II CONGRESO NACIONAL DE ESCRITORES DE LITERATURA FANTÁSTICA Y CIENCIA FICCIÓN PERUANA


Por espacio de tres días escritores y estudiosos de esta temática se reunirán en la Casa de de la Literatura Peruana. El ingreso es libre.

Los días 23, 24 y 25 de febrero se desarrollará en Lima el II CONGRESO NACIONAL DE ESCRITORES DE LITERATURA FANTÁSTICA Y CIENCIA FICCIÓN PERUANA, que contará más de 30 participantes entre escritores y estudiosos de este género, tanto en la literatura como en la historieta. El programa incluye: conferencias magistrales, mesas de autores, ponencias, presentaciones, firmas y venta de libros.

El congreso se realizará en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Antigua estación de Desamparados), de 3:00 p.m. a 8 p.m. El programa completo puede encontrarse en: www.casadelaliteratura.gob.pe. El ingreso es libre.

Harry Bélevan, Enrique Prochazka, José Donayre, José Güich, Isabel Sabogal, Amador Caballero, Evelyn García, Katya Adaui, Santiago López Maguiña, Raschid Rabí, Julia Wong, Camilo Fernández Cozman y Lucho Zúñiga, son algunos de los participantes.

En el programa destacan las conferencias magistrales: “La narrativa fantástica peruana en el siglo XXI” (jueves 23 de febrero, a las 5:45 p.m.), a cargo del crítico literario Elton Honores, profesor de la Universidad San Ignacio de Loyola; y “La imaginación liberada” (el sábado 25 de febrero, a las 7:00 p.m.), a cargo del escritor y dramaturgo Juan Rivera Saavedra.

Se presentarán durante el evento los libros: Lo fantástico en Hispanoamérica (2011) de Elton Honores (viernes 24, 5:55 p.m.) y el libro de microrrelatos Cuaderno de almanaquero (2011) de William Guillén Padilla (sábado 25, 6:20 p.m.).

Sobre los estudios sobre lo fantástico destacan los trabajos de los profesores universitarios: Raschid Rabí (UARM) sobre la historieta de Miguel Det y Santiago López Maguiña (UNMSM) sobre José María Arguedas, además de la presencia de jóvenes investigadores como Francisco Najarro, César Espinoza, Juan Cuya y Jhonny Pacheco, que abordarán a autores como Augusto Higa, Bertrand Russell, María Tellería Solari o al grupo de autores de la editorial Estruendomudo, respectivamente.

Dentro de las actividades paralelas, los días viernes 24 y sábado 25 de febrero, de 3:00 a 8:00 p.m. habrá una exhibición y venta de revistas de literatura peruana y libros de autores nacionales como los de Cuerpo de la Metáfora Editores; Tinta Expresa. Revista de literatura; Ínsula Barataria. Revista de literatura y cultura; Plesiosaurio, entre otras publicaciones del género.

16.2.12

SEIS POEMAS DEL POETA CUBANO RODOLFO HÄSSLER


La infancia acaba devorada por los lobos,
la infancia final con la piel hermosísima
y sin pausa hasta el agotamiento.

La pasión arranca hacia la muerte como las
semillas íntimas de una encina sacudida.

La muerte acaba devorada por los lobos
como roja sangre, como roja lumbre sin
extinción.

(del libro Tratado de licantropía, Editorial Endymión, Madrid, 1988)


ORFISMO

De las tinieblas de la casa inferior,
una figura llena de majestad ascenderá por un momento,
en cuerpo de diosa, acaso una heroína.
No es seguro cuál sea su destino,
presa de amor, bajo el peso de sus faltas,
en el fuego de la lira, Eurídice,
la amada de Orfeo que vive en el infierno.

Descansa la doncella elegida con los pies descalzos
y el vestido holgado cae en numerosos pliegues.
El movimiento apresurado de la cabeza
puede quizás indicar que acaba de llegarle la noticia,
en la oscuridad más completa,
de mi requerimiento.

(del libro Elleife, Editorial El Bardo, Barcelona, 1993)


Como una actinia oscura, rojo púrpura,
ni hablo mi lengua ni habito en mi país,
soy, eso sí, el heredero de una inteligente familia fenicia.
Heme aquí el fenicio del célebre poema de Eliot
para seguir siendo el ahogado para siempre.
Como se sabe, los poetas no tienen vida propia,
mueren lacerados por el agua, ciervos sin dominio,
oteando los retirados predios que les sirven de morada,
esquivos como piezas de un viejo juego de ajedrez,
sin sangre para manchar el suelo de la alcoba.
El invierno es la estación idónea
para que las mujeres me cierren definitivamente los párpados,
y la intensidad con que un día descifré largos poemas griegos
convertida ya en nieve prodigiosa,
pierde, entre tanto, todo su calor.

(del libro Elleife, Editorial El Bardo, Barcelona, 1993)


EVOCACIÓN

Coloco en la estancia un ramo de anémonas
y observo con detenimiento su lenta evolución,
uno tras otro hasta fumar mi cajetilla de cigarrillos Abdula,
hierático en la pureza de los ojos.
No sé cuánto va a durar el proceso,
dependerá del clima, del grado de humedad, prefiero creer.
El discurrir de los días como recuerdo de las anémonas
en espera de eclosión, seguidas de muerte,
atento entre sus pétalos rojos, azules y violados
mientras insisto, por delicadeza, en perder la vida,
como quería Rimbaud,
pendiente de la metamorfosis,
impasible ante el inminente cambio
no puedo imaginar otra situación en estos momentos,
si el negro espacio me sostiene
como parte del reflejo de un diamante, de la luna,
y me devuelve a mi raro receptáculo vegetal,
transitorio exilio
entre hojas verdes y ramas en flor.

(del libro Elleife, Editorial El Bardo, Barcelona, 1993)


OLOKUN

Anterior a la felicidad, antes incluso de la creación,
luchaban una contra otra el agua y la tierra
por la posesión de la ira de tu cabeza.
Cuando la blanca paz interviene para salvarte,
una cuerda de dieciséis cauris te detiene
para que no me desbordes, para que no me asaltes.
Amarrado has de vivir, dominado por tu cólera,
en el fondo del mar la luna nueva te alimenta,
de no ser así pobre de mí, pobre si de ti me olvido.
Las conchas y las piedras guardo en la húmeda oscuridad
para salvar tu condición de sirena, mitad hombre mitad pez,
para acercarte a mis ojos, para afirmar, con toda certeza,
que el peso de tus sentimientos te abruma, no te deja hablar.
Tu color es el azul ultramar, lapislázuli, el misterio,
y para poder continuar beso los dedos que te han tocado,
tres veces me inclino, y pido la bendición, para encontrarte.

(del libro De la belleza del puro pensamiento, Editorial El Bardo, Barcelona, 1997)


(Ciclo del agua y del fuego)

El infinito contiene todas las posibilidades,
todas las promesas,
y si en el agua te sumerges no saldrás sin disolverte en parte
en una muerte simbólica.
El movimiento nunca se detiene y cada ola te colma
de energía,
incansablemente, en su eterno fallecer. Ese es mi bautismo.
El espíritu del génesis se eleva a partir de lo tangible
y no concibes la vida sin alabanza ni regeneración.

El fuego se justifica en el ardor y en la entrega
más altruista,
lengua que me agota y en su arrogancia me vuelve a mentar.
Disuelve la envoltura para unir el alma con el cuerpo
que es salamandra incombustible en su trance espiritual.
El fuego se asienta en el lugar de la definición,
el estado más sutil. Su origen es terrestre y su destino
es celestial,
y en la cúspide te nutre de sorprendente naturaleza.

(del libro Poemas de la rue de Zurich, Miguel Gómez Ediciones, Málaga, 2000).


Rodolfo Häsler nació en 1958 en Santiago de Cuba y desde los diez años reside en Barcelona. Tiene editados los siguientes libros: Poemas de arena (Barcelona, 1982), Tratado de licantropía (Madrid, 1988), Elleife (Barcelona, 1993), De la belleza del puro pensamiento (Barcelona, 1997), Poemas de la rue de Zurich (Málaga, 2000), Paisaje, tiempo azul (México D.F., 2001) y la plaquette Mariposa y caballo (Cuenca, 2002). Ha sido incluido en Anthologie de la poésie cubaine du XXè. siècle (París, 1997), Nueva poesía latinoamericana (México D.F., 1999), Antología de la poesía cubana (Madrid, 2002), Poemas cubanos del siglo XX (Madrid, 2002), Los poemas de la poesía (México D.F., 2003) y en Por vivir aquí. Poetas catalanes en castellano. 1980 - 2003 (Madrid, 2003). Es traductor asimismo de la poesía completa de Novalis y codirector de la revista Poesía 080 de Barcelona.

* Tomado de aquí.

7.2.12

PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE REVISTAS LITERARIAS EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA‏


Editores de las diferentes revistas literarias del país se darán cita en el mes de mayo para discutir temas relaciones con las publicaciones.

Participa en el Encuentro Nacional de Revistas de la Casa de la Literatura Peruana.

La Casa de la Literatura Peruana convoca al Primer Encuentro Nacional de Revistas Literarias para los días 23, 24 y 25 de mayo del presente. Esta actividad busca ser un espacio de diálogo entre las diferentes publicaciones locales y regionales (y los lectores), dedicadas a la difusión de la literatura peruana y de otras latitudes. Asimismo busca fortalecer las revistas como espacios de difusión de las reflexiones, investigaciones y creaciones literarias de los escritores nóveles y consagrados.

En este encuentro podrán participar editores de revistas literarias (impresas o virtuales) e investigadores que tienen como ámbito la investigación en publicaciones periódicas. Los interesados pueden inscribirse hasta el 15 de abril en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima) de 10:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:30 p.m. a 6:00 p.m. o escribiendo al mail: riedro@gmail.com, enviando sus datos personales y su propuesta de actividad. Aquí pueden verse las Bases del Encuentro Nacional de Revistas. Para mayor información comunicarse con el Equipo de investigación de la CASLIT, al teléfono: 4262537 anexo 104.

Los días del Encuentro se realizarán presentaciones de revistas, conversatorios en torno a la importancia de las revistas en la tradición literaria, recitales de poesía, discusiones sobre los nuevos soportes de las revistas, mesas de testimonio, entre otras actividades relacionadas al quehacer de los editores de las revistas literarias. También se contará con la venta de revistas literarias. Además la Casa de la Literatura Peruana presentará una exposición de revistas literarias como Amauta, Las Moradas, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Colónida, entre otras, que han hecho un significativo aporte a la tradición literaria peruana.

5.2.12

CUANDO ME FUI, NO ME ALEJÉ: ALADINO VIVE EN AREQUIPA


Por Orlando Mazeyra Guillén

El narrador Oswaldo Reynoso Díaz (Arequipa, 1931) es, sin ápice de duda, uno de los clásicos peruanos contemporáneos. Si bien es cierto que, siendo muy joven, emigró a Lima y posteriormente a países como Venezuela y China; el grueso de su obra está ambientado en la capital del Perú, desde aquel notable debut literario con Los Inocentes (1961). Es por este destierro libremente elegido que, en el ámbito local, muchos críticos se muestran reticentes a incluirlo dentro del conjunto de los imprescindibles narradores arequipeños a secas; es decir, de aquellos que, habiendo o no nacido en Arequipa, han encuadrado su obra en la Ciudad Blanca (o, en todo caso, en la región Arequipa).

Veremos que, en el caso del autor de En octubre no hay milagros, nos encontramos ante un artista cuya segunda parte de su fecunda obra —a partir de su retorno al Perú en los inicios de los años noventa— está impregnada de rutilantes evocaciones que refieren a su infancia en Arequipa (vivió en el tradicional barrio de San Lázaro y participó en la revolución de 1950) y, cómo no, a sus fáusticos veranos en el puerto bravo de Mollendo (punto de quiebre en su vida). Haremos especial énfasis en su novela breve En busca de Aladino (1993), hermoso trabajo en donde, con su extraordinario halo poético, intenta volver, en sus propias palabras, a lo que debió de ser la maravilla de su adolescencia en Arequipa, que no es (no fue) otra cosa que la limpia moral de la piel, a contrapelo de una ciudad conservadora que atentaba contra su espíritu tan sensible como libérrimo.


EL ESCAPE DE LA REPRESIÓN EN BUSCA DE UNA FELICIDAD LLAMADA ALADINO

Reynoso confesó en una entrevista que, cuando era adolescente, le urgía escapar de una sociedad tan pacata como la arequipeña. No obstante, y parafraseando a Fito Páez, luego de leer sus tres últimas entregas literarias: Los eunucos inmortales (1995), El goce de la piel (2005) o Las tres estaciones (2006), podría decirse que, cuando se fue, no se alejó: «Realmente, yo de todas maneras quería salir de Arequipa, porque era un lugar demasiado tradicional, machista, represor. Al homosexual se le miraba como a una lacra, como a una persona enferma y, al mismo tiempo, significaba una vergüenza y una carga para la familia. Había algunos homosexuales muy conocidos, que en cierta forma se habían impuesto, porque trabajaban en la Corte y algunos eran profesores universitarios. Pero tenían una vida muy dolorosa. Eran la mofa de la ciudad. El Colegio de La Independencia Americana, cuando celebraba un aniversario, organizaba un desfile de carros alegóricos y representaban a la Corte de Justicia como un nido de maricones. Por otro lado, había una gran represión religiosa. Lima, en ese entonces, se presentaba como una ciudad un poco más abierta, sin tanta opresión, lo que no quiere decir que no la hubiera»[1].


DESIERTO, MAR Y SEXO: ALADINO RONDABA POR AREQUIPA

Luego de una larga estadía en la China pos-maoísta, vuelve al Perú y escribe una nouvelle titulada En busca de Aladino, donde el autor narra su tentativa quimérica de encontrar al mítico personaje de Sheherezada (¿o encontrarse a sí mismo, reinventarse, valiéndose de un personaje ficticio?).

Y, a través de las páginas del libro que traemos a colación, descubrimos que nada educa mejor que la frontera y la distancia. Así, el narrador sucumbe ante la añoranza y se pone cara a cara con sus mejores años —la educación sentimental— en su patria chica: «Ahora, cuando en Beijing escribo este relato después de diez años del viaje a Xinjiang, encuentro en mi libreta de apuntes lo siguiente: “Siempre tuve miedo al desierto y al mar. Desierto, mar y sexo: iguales”. Y es posible que al llegar a Turfán haya sentido el estremecimiento de mi infancia en la campiña de Arequipa: calor seco, verdes campos de cultivo reptando por laderas pedregosas hasta la falda de los volcanes cubiertos de nieve»[2]. La irresistible presencia de Malte, en medio de la arena y el mar mollendino, en las páginas posteriores, pone en relieve ese homo-erotismo tan frecuente en la obra reynosiana: «Das la vuelta y me miras: en tu rostro descubro la inmovilidad completa del tao y el pecado no existe: sólo la límpida moral de la piel y en las playas de Mollendo donde por primera vez vi el mar yo tenía catorce años y era casto por miedo al infierno inculcado en oscuras y abovedadas iglesias de sillar donde ardían grandes cirios como avisos luminosos anunciando los tormentos de Satanás y con el brazo extendido la renuncia a los pecados de la carne y antes la muerte que el sexo como mártires cristianos y ahí en la playa con Malte y otros amigos en la noche marina jugando a tumbarse unos a otros sobre la arena y luego conturbados Malte grita: Ahora, a corrérsela»[3].


EL ATEO SEXUAL COMO PERTURBADOR SOCIAL

El mérito de Reynoso va más allá del mero recuerdo de ambientes (el mar, iglesias, playas, campiña mistiana, plazas, etcétera) o momentos trascendentales en la historia arequipeña, pues cumple la atingencia de Mario Vargas Llosa: ser el eterno aguafiestas. No se trata, desde luego, de una mera especulación el estimar que, de haberse afincado en Arequipa, sería, incluso hoy en día, un réprobo.

Luego de su merecida consagración (en los años sesenta llegaron a acusar a su novela En octubre no hay milagros de hediondez pornográfica; hoy es un libro que se considera imprescindible dentro del Plan Lector Nacional), nos conviene acogerlo, comprenderlo en su real dimensión —una estética que funde la calle, la taberna, quizá hasta el hampa, con la poesía— y abrazarlo a través de una lectura ávida y libre de prejuicios: «Las mismas sociedades que exiliaron y rechazaron al escritor, pueden pensar ahora que conviene asimilarlo, integrarlo, conferirle una especie de estatuto oficial. Es preciso, por eso, recordar a nuestras sociedades lo que les espera. Advertirles que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón del ser del escritor es la protesta, la contradicción y la crítica. Explicarles que no hay término medio: que la sociedad suprime para siempre esa facultad humana que es la creación artística y elimina de una vez por todas a ese perturbador social que es el escritor o admite la literatura en su seno y en ese caso no tiene más remedio que aceptar un perpetuo torrente de agresiones, de ironías, de sátiras, que irán de lo adjetivo a lo esencial, de lo pasajero a lo permanente, del vértice a la base de la pirámide social. Las cosas son así y no hay escapatoria: el escritor ha sido, es y seguirá siendo un descontento»[4]. Oswaldo Reynoso es un escéptico de la fe cristiana, pero un firme prosélito de la moral corporal. Dejó de creer en Dios a partir de su descubrimiento del sexo. Ese momento, diáfano y esplendente, lo hizo un deicida más; un artista comprometido que, en palabras del crítico Gustavo Faverón, es «un autor que parece haber asumido la responsabilidad de recibir él los golpes, estrellarse con las vallas y experimentar los deslices para que otros vengan detrás y encuentren el camino más o menos desbrozado»[5]. Estamos, en conclusión, ante un estilista de la palabra que no sólo nació y vivió dos décadas en Arequipa, sino que asume su misión de perturbador social, de contestatario por antonomasia: un narrador arequipeño cabal cuya obra es el resultado de una Arequipa que lo atribuló, pero, a su vez —extraña paradoja—, azuzó su desencuentro con el mundo, para regalarnos novelas memorables: «Siempre me he considerado un ateo sexual, porque dejé de creer en Dios después de mi primera masturbación frente al mar. Esta experiencia de inicios de mi adolescencia la he narrado en varias formas en los relatos que he escrito en los últimos años. Mi primaria la hice en un colegio de Hermanos Cristianos de La Salle (…) Recuerdo que había un Hermano que nos hablaba mañana y tarde de los horrores del infierno. Nos hacía poner la mano sobre la llama de una vela y cuando la retirábamos para no quemarnos nos decía: el infierno son millones de millones de velas que arden eternamente y en su puerta hay un gran letrero que dice: por siempre jamás, es decir para toda la eternidad. Luego nos hablaba de los pecados y ponía un especial regusto en describir con detalle los diferentes pecados de la carne que podían acosarnos. Para terminar la función nos hacía levantar la mano derecha al estilo fascista frente al altar mayor para hacer la renuncia a Satanás y a la carne y la entrega de nuestra propia vida si alguna vez pecábamos sobre todo contra la carne. Antes la muerte que el pecado, resonaba nuestra promesa en la oscura y abovedada iglesia de sillar»[6] . En los años cincuenta, Reynoso decidió irse de Arequipa —a la que sólo ha vuelto de visita o para recibir merecidos homenajes—, no obstante, jamás se alejó de la tierra que lo vio nacer. Concluimos que no debió buscar a Aladino en la lejana China, sino empezar por casa, aquélla que siempre sabrá acogerlos, a Aladino y a él: que son uno solo, una portentosa ficción.


REFERENCIAS

[1] Entrevista a Oswaldo Reynoso, Revista Casa de Citas Nº 4, 2007.
[2] Reynoso, Oswaldo, En busca de Aladino, 1993, pp. 13-17.
[3] Reynoso, Oswaldo, En busca de Aladino, 1993, p. 30.
[4] Vargas Llosa, Mario, La literatura es fuego, 1967.
[5] Faverón, Gustavo, El amor es un dios materialista. Revista Hueso Húmero Nº 47, 2005.
[6] Entrevista a Oswaldo Reynoso, diario Página 12, Argentina, 2009.
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