27.12.09

LIBROS 2009 Y ALGUNAS COSAS MÁS, POR GABRIEL RUIZ ORTEGA


Libros 2009 y algunas cosas más

Hasta hace unos meses tenía seguridad de que la producción literaria del 2009 estaba condenada a ser la más pobre de la década. Sin embargo, la mente abierta, el amor por la literatura, la mirada fría y la libertad de opinión, me permiten catalogar este año de aceptable, gracias principalmente a publicaciones que en algunos casos llegan a ser históricas, que indefectiblemente sobrevivirán.

Los libros que consignaré en los siguientes párrafos obedecen a una elección de lo mucho que he leído, a lo mejor se me escapen algunos títulos, y dejo en claro que este recuento no es un catastro. Confieso que llega un punto en que cuesta mucho elegir, pero me deja tranquilo saber que ante todo soy un lector de libros, no de personas.

Posiblemente se me acuse de ejercer preferencia en mi elección al libro del año, ya que durante más de dos años fui el editor adjunto de Revuelta Editores, pero el éxito merecidamente descomunal, y en buena lid sobre todo, de Demoler “Un viaje por la primera escena del rock en el Perú 1957-1975” de Carlos Torres Rotondo, me permite calificarlo como tal. Demoler es un libro que no solo ha venido siendo devorado por los amantes de la buena literatura, sino también por un público que poco o nada tenía que ver con ella. No extraña entonces que su edición de mil ejemplares se encuentre a poco de agotarse, cosa que no hay soslayar ya que este es uno de los pocos casos en el que la calidad calza con su irrefutable logro comercial. Además, Demoler abre las puertas, como todo referente fundacional, a que en un futuro se hagan más trabajos sobre los años maravillosos del rock nacional —considerado como uno de los mejores en el imaginario rockero hispanoamericano—, conformado por una alucinante generación de rockeros que hasta antes de esta publicación había permanecido en el más injusto de los olvidos. Por cierto: Torres Rotondo y José Carlos Yrigoyen anuncian para los próximos meses la salida de La guitarra y el fusil, del que puedo decir, por ahora, que es un libro bomba que seguramente generará más de una encendida polémica.

En cuanto a las novelas, no tengo la más mínima duda de que todas las palmas son para Confesiones de Tamara Fiol (Alfaguara) de Miguel Gutiérrez. Acepto que la leí con no pocos meses de retraso. Semanas antes de sumergirme en la novela había escuchado muchos comentarios que la descalificaban por el poco nervio político de sus páginas. Pues bien, esas opiniones eran formuladas por aberrantes izquierdistas que no podían aceptar que el erotismo puede ser también un factor medular a la hora de forjar discursos ideológicos de mácula roja. Gutiérrez dejó de lado el hálito político recurrente en sus otras novelas y nos entregó una historia que se lee de un tirón, que tiene como base a un personaje femenino de antología, llena de carácter y dueña de un torrente sexual sin parangón. Al autor se le intentado denostar —apelando a criterios aneuronados— por firmar con la gente de Santillana, cuando lo cierto es que esta poderosa casa editorial es la que se beneficia en prestigio con un escritor de su talla, y más aún con la edición definitiva de La violencia del tiempo en Punto de Lectura, proyectada para el 2010.

No puedo dejar pasar los logros de dos novelas que por oscuras razones no tuvieron la difusión que debían: No olvides nuestros nombres (San Marcos) de Karina Pacheco y Adiós al barrio (Alfaguara-Serie Roja) de José Antonio Galloso. Aunque en el caso de Galloso acotemos que sí tuvo buena prensa, pero pocas reseñas, las que parecían ser textos volteados de la contratapa, debido, pienso, al prejuicio que todavía se tiene con los libros de corte juvenil.

Sobre la edición de novelas cortas. No me decido por nombrar a una como la mejor, lo que veo bien porque me lleva a destacar principalmente dos títulos que han gozado del favor de la prensa, la crítica y la buena onda de los lectores: Migraciones (Altazor) de Víctor Coral y Otra vida para Doris Kaplan (Borrador Editores) de Alina Gadea. Mencionemos también a El viaje que nunca termina (A) de Carlos Calderón Fajardo, Lima Norte (Lustra) de Giovanni Anticona y El loco y el cojo (Alfaguara) de Jaime Bayly.

En cuanto a la producción poética, no es ninguna sorpresa que el extraordinario poeta Enrique Verástegui se lleve todas las loas, eso sí: a ritmo de pichanga, con Teoría de los cambios (Cascahuesos Editores-Sol Negro). No es lo mejor de su producción, claro está, pero vaya que más de uno disfrutó con este poemario irregular. Otros poemarios a tener en cuenta: Amanecidas violentas de mundos (SN) de José Pancorvo, Mate de cedrón (Cascahuesos Editores) de Vladimir Herrera, Nocturama (Álbum del Universo Bakterial) de Diego Otero, Postpop (Lustra) de Luisa Fernanda Lindo y Ángeles detrás de la lluvia (Colección Húnikos) de Tulio Mora.

Días atrás algunos jóvenes poetas me preguntaron cuál consideraba el debut entre los nuevos poetas. Mi respuesta fue contundente (aunque suene injusta): “prefiero no contestar”. Lo que me permite dedicarle algunas líneas a un autor que es un verdadero tapadito y al que hay que seguirle la pista, de paso sirve de ejemplo de lo cerrado que puede ser Poetilandia a la hora de cobijar a sus miembros. Me refiero a Luis León y su Absolutamente nada (Edición del Autor, 2008). No interesa si haya publicado el año pasado, me sorprende y fastidia el ninguneo atroz que ha experimentado un poemario de alta calidad —con las caídas naturales en todo debut— que nos revela a un poeta con buenas lecturas e innato talento. Los interesados pueden conseguir AN en las librerías Comentarios y El Virrey, en el centro de Lima.

Y lo más destacado en el género breve, pues han sido las nuevas las que han marcado la pauta; tres autores jóvenes confirman el interesante momento de la nueva camada de narradores peruanos: Juan Carlos Bondy, Martín Roldán Ruiz y Rossana Díaz Costa. Hago énfasis en este trío por tratarse de nombres que deben figurar sí o sí en toda muestra o antología de nueva narrativa peruana, tanto Ayuda por teléfono (Tierra Nueva) de Bondy, Este amor no es para cobardes (Norma) de Roldán Ruiz y la edición definitiva (por lo tanto, nuevo libro) de Los olvidados (No los de Buñuel, los míos) (Estruendomudo) de Díaz Costa, reflejan los alcances del Asunto como piedra angular al momento de pergeñar ficciones que sacudan al lector.

Empecemos a seguir la producción de Orlando Mazeyra Guillén, narrador arequipeño que con su segundo título La prosperidad reclusa (Cascahuesos Editores) ha superado con creces los defectos de su atendible primer libro. Que sea entonces un buen motivo para mirar, sin demagogia de por medio, lo que se está escribiendo más allá del cerrado circuito limeño. Mazeyra Guillén es un irrefutable ejemplo de que hay nuevos narradores de fuste y raza.

Tengamos también en cuenta los interesantes debuts de Yeniva Fernández con Trampas para incautos (Revuelta Editores) y Jesús Jara Godoy con Amor a quemarropa (Casatomada).

Con justa razón se dice que una de las labores más peligrosas en los menesteres de la literatura es el armado de antologías. Como “algo” de experiencia tengo en el asunto, pues puedo decir que hay que ser un pésimo lector como para no elaborar una selección fuerte y coherente. A lo largo de la historia de la literatura peruana hemos tenido antologías sumamente importantes, como también de aquellas que se autosocavan por el amiguismo y el chocherismo. Felizmente en estos doce meses hemos tenido antologías interesantes, pero me quedo con dos de las que estoy seguro sobrevivirán al olvido: Hora Zero. Los broches mayores del sonido (Fondo Editorial Cultura Peruana) de Tulio Mora y Antología íntima (C) de Carlos Calderón Fajardo. Ahora, si me preguntan con cuál me quedo, la tengo clara: con la de Calderón Fajardo. Ocurre que su selección personal nos permite tener un paneo de los distintos tópicos que ha abordado en más de treinta años de oficio, destacando en prácticamente todos. Como bien se anotó en su momento en una reseña de la revista Somos: CCF es uno de los mayores escritores latinoamericanos de la actualidad.

Espero no equivocarme, pero este 2009 ha sido muy generoso en ensayos, compilaciones periodísticas e híbridos. Las dos recomendables entregas de José Carlos Yrigoyen: La hegemonía de lo conversacional (L) y Breve historia del fútbol de Indonesia (Colección Underwood); Rostros de memoria (Fondo Editorial de la Universidad de Ciencias y Humanidades) de Pedro Escribano; El soñador en la penumbra (Fondo de Cultura Económica) de Alonso Cueto; Claves para leer a César Vallejo (San Marcos) de Ricardo González Vigil; La bestia tricefálica (Hipocampo Editores) de Rodolfo Ybarra, Rafael Inocente y Arturo Delgado Galimberti y Sabatorio (Bisagra Editores) de Sandro Bossio Suárez.

Por su carácter polémico pero en especial honesto sobre el quehacer poético de estos últimos lustros, el ensayo La hegemonía de lo conversacional se yergue como el más representativo. La razón es la siguiente: podemos estar o no acuerdo con los puntos de vista de Yrigoyen sobre el devenir de la nueva poesía peruana, pero un gran punto determinante a su favor es que se trata del primer intento por brindarnos una radiografía cruda y necesaria de los alcances y taras de los nuevos poetas peruanos de la llamada Generación del 2000. Creo que es hora de desterrar el lustrabotismo, las lecturas interesadas, el maldito amiguismo y los tratos bajo la mesa que muchísimo daño le vienen haciendo a nuestra poesía desde los ochenta.

Editoriales

A diferencias de años anteriores, las transnacionales se pusieron las pilas, de alguna u otra manera han entregado publicaciones a tomar en cuenta; de estas destaca pues la edición de Planeta-Perú de los dos tomos de La palabra del mudo de Julio Ramón Ribeyro. Sin embargo, siguen siendo las editoriales independientes, las que siguen mostrando catálogos por demás atrayentes. Tanto transnacionales como independientes deberían aprender una de otra. Las primeras son serias en su logística y en su respeto por la persona del autor (aspecto importante que sirve para erradicar de una buena vez esa leyenda negra de los problemas entre editores y escritores, que simplemente no deben pasar ni mucho “justificarse” con la recurrente taradez de “eso pasa en las editoriales jóvenes”); las segundas en su buen ojo —no siempre— para elegir lo que publican.

Me gustaría expresar mi buena onda con la labor de las nuevas editoriales provenientes de provincias, como Tierra Nueva de Iquitos, Bisagra Editores de Huancayo y Cascahuesos de Arequipa. Basta ver el catálogo de estos tres sellos como para darme cuenta de que tienen buenos lectores en la dirección; por ejemplo: los libros de poesía de Cascahuesos y la línea narrativa de Bisagra, de la que recomiendo vivamente la reedición de Poderes secretos de Miguel Gutiérrez.

De las editoriales de Lima la gris, pues algunas se han estancado, como Estruendomudo y Matalamanga (no se puede vivir del recuerdo), que desde hace buen rato no sacan obras de real interés, aunque seamos justos con la primera, que a mitad de año publicó el excelente libro de cuentos Pájaros en la boca, de la argentina Samanta Schweblin. Y saludemos la pujanza de Borrador Editores (todo un golazo la edición de La orden secreta de los ornitorrincos de la brasileña María Alzira Brum), de Casatomada por su apuesta por la colección Clásicos Peruanos Contemporáneos y de Altazor por su renacimiento con ediciones pulcras y un mercado ganado en muchas ciudades del interior. Sobre Altazor debo decir, y no lo hago en joda profética, que tiene toda la logística para convertirse en la mejor editorial del medio, lograrlo es ya cosa de su consejo editorial.

Ante la pregunta “¿Cuál ha sido la editorial del 2009?”, la respuesta la tengo desde hace meses. Se trata de Lustra Editores del poeta Víctor Ruiz Velazco. Si el mero hecho de apostar por la edición de libros es de por sí visto como una locura, el que se haga con una decisión visceral con libros de poesía es una actitud kamikase, actitud que nos permite reconciliarnos con la vida. Pues esa sana tendencia tanática se vio en el mes de marzo cuando esta editorial, en un acto sin precedente, lanzó al mercado la colección Piedra Sangre, compuesta por quince poemarios que nos permite tener un panorama de lo que es la nueva poesía peruana. Veo muy difícil que se supere un proyecto editorial como este, y si eso ocurre, pues será en veinte años.

Lo que sí me gustaría sugerirle a Ruiz Velazco es que para la próxima se rodee de lectores competentes. Todos reconocen la importancia de PS, pero de la selección de quince poetas solo nos quedan Diego Lazarte y Paul Guillén. Claro, puedo estar tremendamente errado, pero cumplo con mi conciencia decirlo, no hacerlo sería traicionarme y no valorar lo conseguido con justicia por el joven poeta y editor.

Blogs

De los blogs literarios tenemos varios de suma importancia, como la bitácora El Hablador y Notas Moleskine, pero no puedo dejar de reconocer la verdadera apuesta y amor por la literatura de Marea Cultural de Chimbote. Aplaudo la constancia de su director Augusto Rubio Acosta que, junto con el camarógrafo Milton Rojas, recorre muchas ciudades del Perú, en las que entrevista a los protagonistas de las movidas literarias y culturales. Estamos ante un axiomático ejemplo de apertura que muchos en la capital debemos seguir. (Nunca está demás, pero en vista de que hay mucho mal pensado, no faltará el que crea que esta designación obedece a que busco que Rubio Acosta me entreviste, pues bien, esa entrevista se dio en el mes de julio y le pedí que no la publicara.)

Bueno, eso es todo, qué el 2010 sea un año provechoso.


*Tomado del blog La fortaleza de la soledad.

20.12.09

“TEORÍA DE LOS CAMBIOS” DE ENRIQUE VERÁSTEGUI OBTIENE EL PREMIO LUCES - 2009 DEL DIARIO EL COMERCIO COMO EL MEJOR POEMARIO DEL 2009


Nota de prensa de Cascahuesos Editores:


“TEORÍA DE LOS CAMBIOS” de Enrique Verástegui obtiene el “PREMIO LUCES 2009” del diario El Comercio como el mejor poemario del 2009

Es una gran sorpresa para nosotros que los lectores del diario El Comercio hayan elegido a Teoría de los cambios de Enrique Verástegui como el mejor poemario del año. Sin duda esto nos incentiva a seguir trabajando para poder brindarle al público literatura de gran solvencia, y de autores de gran talla y alto calibre, tal como muestra nuestro catálogo de este año (además de Enrique Verástegui): José Kozer, Vladimir Herrera, Juan W. Yufra, Hugo Yuen, José Pancorvo, Orlando Mazeyra Guillén, entre otros. No nos pierdan de vista que para este 2010, se viene muchas sorpresas.

Pueden ver en la imagen a un encorbatado Verástegui feliz con el premio entre sus manos. ¡Felicidades Enrique!, seguimos con las próximas ediciones!

PEDRO ESCRIBANO Y SUS HISTORIAS DE ESCRITORES EN “ROSTROS DE MEMORIA”


EL COLECCIONISTA DE ANÉCDOTAS

Desde Ricardo Palma hasta Mario Vargas Llosa, nuestros héroes literarios muestran sus más humanas historias en riguroso y divertido anecdotario escrito por el periodista Pedro Escribano.

Por: Enrique Planas

Las buenas historias sobre escritores flotan en el aire. Muchos pueden recordarlas, varios las recitan, pero pocos han sabido escribirlas sin que ellas pierdan su gracia y frescura. Como si de piedras preciosas se tratara, el poeta y periodista cultural Pedro Escribano ha venido atesorando, una a una, anécdotas surgidas en tantas tertulias en bares y cafés, largas temporadas en bibliotecas, o conversaciones “off the record” con sus entrevistados. Ahora reúne todas las que sabe en “Rostros de memoria”, libro tan divertido como poético, que rinde homenaje y a la vez desacraliza a nuestro santoral literario.

“A mí me gusta leer biografías, incluso las leía por necesidad laboral”, comenta el destacado periodista y autor de “Manuscrito del viento”, uno de los poemarios más recordados de la década del ochenta. Escribano recuerda sus días como profesor escolar, cuando descubrió que relatando a sus alumnos las vidas azarosas de los autores conseguía despertar en ellos la curiosidad lectora.

Hay anécdotas que se agotan en diez líneas, otras que bien podrían componer un cuento: cómo Silvia Román logró llevar al altar al siempre escurridizo don Ricardo Palma, las irónicas cortesías de Abraham Valdelomar, la pobreza casi mendicante de José María Eguren, las réplicas de Alejandro Romualdo o la vez en que Raúl Porras y su joven asistente Mario Vargas Llosa fueron a comer pollo a la brasa con sus parejas a las puertas del Cinco y Medio. Y con ellos, Mariátegui, Chocano, Vallejo, Varela, Sologuren, Reynoso, Ribeyro, Bryce… todos ellos caricaturizados además por el travieso lápiz del dibujante cusqueño César Aguilar “Chillico”.

¿Podríamos decir que “Rostros de memoria” es un libro de chismografía literaria?

No, porque mucho de lo que se narra allí está documentado y, en algunos casos, confirmado por sus protagonistas o por gente muy cercana a ellos. Aunque, en verdad, pude haber hecho una cosa más morbosa: al investigar la vida de los poetas y narradores he dado con vidas secretas, amores e infidelidades, pero decidí prescindir de eso.

Es curioso: mientras los críticos literarios menosprecian lo extraliterario, a la mayoría de lectores les fascina conocer detalles de la vida de sus autores favoritos…

Pienso que detrás de una obra hay un ser humano. Yo, por lo menos, no me quedo con solo el producto estético. Seduce mucho también conocer la historia del autor. No por chismografía, sino por encontrar la dimensión humana del personaje. Detrás de los grandes libros hay historias, a veces más intensas y dramáticas.

En gran parte de las anécdotas, destaca un comportamiento típico de ciertos poetas. Son insidiosos, provocadores, carboneros. ¿Crees que estos rasgos definen a la mayoría de poetas?

Creo que no. Lo que hay en los poetas es egolatría. También hay celos que causan rencillas. Las grandes polémicas de los poetas no tienen que ver con discusiones estéticas, sino por un choque de egos. El gesto parricida no viene a ser más que el culto a sí mismos.

¿Los poetas, en el parnaso literario, son los seres más intrigantes?

¡Claro! “No hay que chocar con el alma irritable de los poetas” le escuché alguna vez decir a Marco Martos comentando alguna historia de ese tipo.

*Extraído del diario El Comercio del 19-12-2009.

19.12.09

MARTES 22: PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL QUE NO CORRE, VUELA” DE GIOVANNI BARLETTI.


Este martes 22 de diciembre, a partir de las 7:00 p.m. están todos cordialmente invitados a la presentación del primer libro del joven narrador moqueguano Giovanni Barletti. La cita es en la Alianza Francesa de Arequipa.

Los esperamos.
Grupo Editorial Dragostea.

18.12.09

CONVOCATORIA PARA EL II PREMIO DE NOVELA BREVE CÁMARA PERUANA DEL LIBRO


BASES

PARTICIPANTES

Podrán participar todas las personas de nacionalidad peruana, residentes en el Perú o en el extranjero, mayores de edad.

REQUISITOS

1 Cada participante presentará una sola obra de tema libre, original e inédita, escrita en lengua castellana, no premiadas o pendientes de fallo en otros certámenes, ni esté publicada parcial o totalmente en formato impreso o electrónico.

2 La obra deberá tener una extensión mínima de 70 páginas y máxima de 150 páginas, las cuales se presentarán en formato Word, fuente Times New Roman de 12 puntos, a doble espacio, por una sola cara y debidamente numeradas. El trabajo debe tener título y será firmado con un seudónimo.

ENTREGA DE TRABAJOS

3 En un sobre cerrado tamaño A4 se enviará cuatro copias impresas de la obra y una copia en formato CD. En la parte externa de este sobre se indicará “II Premio Cámara Peruana del Libro Novela Breve 2010”, el título de la obra y el seudónimo, y en su interior, además, se adjuntará un sobre tamaño A5 que contendrá los nombres y apellidos, edad, documentos de identidad, domicilio, teléfonos y correo electrónico de autor o la autora. Este último sobre sólo será abierto por el Jurado Calificador una vez emitido su fallo. Los trabajos serán enviados a la Cámara peruana del Libro, en la siguiente dirección: Avenida Cuba Nº 427, Lima 11, Perú, en días laborables y horario de oficina.

FECHA LÍMITE

4 La fecha límite de entrega es el 30 de abril de 2010. Las obras enviadas por correo serán recibidas siempre y cuando se registre en el matasellos una fecha que no supere el límite establecido.

JURADO CALIFICADOR

5 El Jurado calificador está conformado por Marco Martos, poeta y presidente de la Academia Peruana de la Lengua; Alonso Cueto, escritor y miembro de la Academia Peruana de la lengua; Carmen Ollé, poeta y narradora; así como una persona representante de la Cámara Peruana del Libro.

PREMIO

6 El jurado elegirá un único trabajo ganador, que se hará acreedor a un premio de S/. 10,000.00 (diez mil nuevos soles) y la publicación de la obra. La Cámara Peruana del Libro se reservará los derechos de edición durante un año.

7 El fallo del Jurado Calificador es inapelable. La obra ganadora puede declararse desierta. El premio no se distribuirá entre dos o más concursantes. Y si el Jurado considera pertinente, se efectuarán las menciones honrosas de otros dos trabajos finalistas.

8 El Jurado Calificador resolverá cualquier incidente que se presente en el transcurso del concurso así como interpretar las dudas que surjan de la aplicación de las bases.

PREMIACIÓN Y PUBLICACIÓN

9 El acto de premiación se realizará en la 15ª Feria Internacional del Libro de Lima. La presentación de la publicación del libro ganador se realizará durante la 31ª Feria del Libro Ricardo Palma.

CONFORMIDAD CON LAS BASES Y DEVOLUCIÓN DE TRABAJOS NO PREMIADOS

10 El hecho de participar supone la aceptación de las presentes condiciones y la conformidad con las decisiones del Jurado Calificador. Los trabajos no ganadores podrán ser retirados en la sede de la Cámara Peruana del Libro hasta el 30 de agosto del 2010, después de esa fecha los trabajos no reclamados serán incinerados sin responsabilidad para la institución organizadora, no habiendo lugar a reclamo alguno. La Cámara Peruana del Libro no se hace responsable de pérdida de originales y/o copias.

CÁMARA PERUANA DEL LIBRO

Mayor información: www.cpl.org.pe
Consultas: a.cultural@cpl.org.pe

17.12.09

YUKIO MISHIMA (1925-1970). UNA SEMBLANZA Y UN POEMA SOBRE UNO DE LOS MÁS RAROS ESCRITORES DEL SIGLO PASADO.


Escribe: Harold Alvarado Tenorio

A las diez y cincuenta minutos de la mañana del veinticinco de Noviembre de mil novecientos setenta, Yukio Mishima, acompañado por cuatro cadetes de su Sociedad del Escudo, uno de ellos aparentemente su último amante, Masakaatsu Morita, fueron a visitar al Comandante de la Fuerza de Defensa de Japón. A una señal suya los cadetes tomaron como rehén al jefe, mientras Mishima exigía que el regimiento No. 32 se reuniera en el patio para escuchar una arenga. Antes de las doce salió al balcón e invitó a los soldados a unirse a su causa y levantarse contra un sistema, la democracia japonesa, que había privado a la nación de su ejército y su alma en la figura simbólica del emperador-dios. Los silbidos y las burlas de los ochocientos soldados sólo le permitieron hablar por siete minutos. De regreso a la oficina del Comando prisionero se hizo el seppuku, introduciéndose una pequeña espada en el costado izquierdo que luego bajó por el abdomen. A una señal de Mishima, Morita alcanzó a darle dos golpes en el cuello pero la cabeza no cayó, entonces otro de los cadetes, Furu-Koga le quitó la espada de las manos y decapitó a Mishima. Morita se arrodilló, se clavó la espada en el vientre, mientras Furu-Koga de un solo golpe maestro le quitó la cabeza. Terminado el incidente, los dos estudiantes cadetes sobrevivientes pusieron las cabezas sobre sus cuellos y se inclinaron ante ellas con las manos juntas. Quitaron luego la mordaza al Comandante y le permitieron inclinarse también. Luego rompieron a llorar.

Así narra John Nathan (Mishima/A Biography, 1974), los últimos minutos de la vida de uno de los más singulares escritores japoneses contemporáneos, y quizás, el más conocido hoy en occidente. Un prestigio que es resultado sin duda de la extraordinaria calidad de sus novelas, ensayos y piezas del teatro, el cual dio el toque definitivo al personaje que hizo de sí mismo, un samurai del siglo XX, luego de haber vendido su imagen como el más occidentalizado de los escritores de la postguerra.

Hijo de una familia de seudoaristócratas arruinados, Yukio Mishima fue educado de la manera japonesa más tradicional. A poco de haber nacido, su abuela, una mujer que había sufrido de histeria durante toda su vida, se encargó de la crianza del niño hasta que éste entró en la escuela superior, época desde la cual todo su destino fue planeado por su padre, un hombre en extremo autoritario, que siempre se opuso a que su hijo se hiciera un escritor. Para un caballero japonés, la literatura es una ocupación deshonrosa, y sus productos, mentiras que conducen a la degeneración moral.

Mishima, que antes de ser famoso se llamó apenas Kimitake Hiraoka, hizo todo lo que estuvo a su alcance para satisfacer los deseos de su padre, desde estudiar en la Escuela de Nobles, donde se graduó en 1944, cursar derecho alemán en la Escuela Imperial donde se recibió en 1947 y por último, presentar los exámenes superiores para ingresar al Ministerio de Economía, donde trabajó los únicos nueve meses de su vida como burócrata. No obstante haber cumplido con estas tares para satisfacer a su familia, Mishima había escrito ya al menos ocho novelas cortas, tres largos ensayos sobre literatura clásica y un pequeño volumen de poemas.

La primera novela que Kimitake Hiraoka escribió después de renunciar a su carrera burócrata en 1948, fue la autobiografía Confesiones de una máscara, donde se retrata como un homosexual latente y como un hombre incapaz de sentir pasión o sentirse siquiera vivo, como no fuera mediante fantasías de corte sadomasoquistas hediondas a sangre y muerte. A partir de esta novela, el resto de su obra tanto narrativa como dramática tendrá el mismo leiv-motiv: pensar en la propia muerte, segundo a segundo, para poder sentirse vivo.

En 1956, al cumplir los treintaiún años Mishima alcanzó la cúspide de la fama y la gloria. Sus novelas se vendían por miles y eran traducidas a otros idiomas, su vida se había hecho un asunto cotidiano para los periodistas y todo lo que hiciera o dejara de hacer iba a ser desde entonces objeto de la más difundida atención. Fue esta la época cuando decidió viajar por el mundo, casarse, tener hijos y llevar una vida excéntrica, que contaba entre sus rarezas la construcción de una casa absolutamente occidental y la dedicación al físico culturismo. Mishima visitó New York, París, Atenas y Río de Janeiro donde pudo al fin dar rienda suelta a su homosexualidad, que como se sabe, para los japoneses no significa lo mismo que en occidente. Uno de los memorables momentos de esa cultura fue la sociedad Edo, cuyos más admirados personajes fueron siempre famosos bisexuales.

Si bien puede ser cierto que luego de su aparente occidentalización y la no obtención del Premio Nobel, Mishima, por causa, quizás, de una lenta pero continua pérdida de su contacto con el público y una disminución evidente en las ventas de sus nuevos libros, decidiera volver los ojos a sus latentes angustias de vida fijándose en la historia de la Liga del Viento Divino, un grupo de samurais que se hizo el seppuku como respuesta a la occidentalización de las instituciones sagradas emprendida por el gobierno de 1888 luego de la restauración Meiji, tras la lectura de la biografía de Nathan, uno tiende a concluir que Mishima, con su dramática muerte, selló para siempre su historia con un incidente que difícilmente puede ser olvidado, al menos por las gentes del siglo XX.

Así, entonces, garantizaba, al menos para la inmediata posteridad, una continuidad para la máscara que creó de sí mismo, producto sin duda de la convicción de que el arte no imita la vida sino que la crea. Porque aunque tardía, esa idea, inventada por los renacentistas europeos, no había llegado sino con Mishima y sus maravillosos libros a un oriente que vive, en el arte, de una imitación casi que servil de los modelos. El éxito del Japón y de China, en estas postrimerías del siglo, proviene del perfeccionamiento de esa gran habilidad de los orientales para imitar tanto el modelo hasta convertirlo en cosa viva, suplantación idéntica, y no un golem, del original.

Mientras en occidente todo está resultando un remedo de las enormes realidades creadas desde los años de la Reforma y las Revoluciones, en oriente, sus sociedades están superando los arquetipos e ideologías borrando para siempre, de copiarlas y ampliarlas y distribuirlas masivamente, las supersticiones de originalidad que pretendían aquellas otras de occidente. Hoy, gracias a los orientales, nada se parece a nada y todo a todo.

Mishima lo supo desde su juventud y niñez. Hay que obedecer hasta la humillación todo mandato, porque luego de cruzado ese mar de la abyección, a todos nos llegará la hora de quitarnos la máscara. Y ya, para entonces, habremos alcanzado la inmortalidad, la vida que nunca tuvimos.


CAFE BLANCHE

Creyendo que la mejor cura contra la melancolía
eran esas superficies radiantes y abiertas
fuiste hasta las memorables ruinas
y viste la estatua de basalto
que del cuerpo de Antonio hicieron.
Grecia era el testimonio, bajo esa copiosa
y virulenta luz, de cómo solo lo externo
tiene propia existencia.
Ética y belleza
eran una y lo mismo.
Tallar el cuerpo era
tallar también el alma.
Curar el odio a si mismo
era curar la soledad.

De vuelta a casa, liberado ya del pasado,
con aquellas camisas de colores chillones,
tus negros pantalones de tres prenses,
tus zapatos puntiagudos y habaneros,
el desnudo pecho mostrando la cadena
de oro macizo y los cinco medallones
entrabas al Blanche y pasabas las noches
bebiendo cubatas y quemando porros.

Todas y todos eran tuyos.
Te enamorabas, sin duda.
Amabas tanto los ritos de la carne,
su lenguaje y sus palabras
que incluso ahora, cuando escribes,
no sientes, tampoco, interés alguno
por el “acto final”.

WITOLD GOMBROWICZ Y SØREN KIERKEGAARD


Por Juan Carlos Gómez

Gombrowicz apreciaba la sabiduría de la iglesia que, a los tumbos y después de muchos siglos, había aprendido a conocer las miserias del hombre, el existencialismo y el comunismo tenían, en cambio, morales construidas recientemente. El deseo de un mundo más elástico, de perspectivas más profundas, lo empujaba a buscar una nueva alianza con la iglesia.

El progresismo había desembocado en un hombre que se estaba volviendo un lobo para el hombre. Gombrowicz desconfiaba de esta criatura peligrosa que amenazaba con torturarlo, una alianza con la iglesia no le hubiera venido nada mal, la iglesia conocía el infierno contenido en nuestra naturaleza e, igual que él, le tenía temor a la excesiva movilidad del hombre.

La simpleza y la virtud elemental hacen posible el encuentro entre el filósofo y el analfabeto, entre lo superior y lo inferior, un encuentro que Gombrowicz buscaba y que el cristianismo, con una sabiduría calculada para todas las mentes, le podía procurar.

Entre Gombrowicz y la iglesia no existía sin embargo un lenguaje común, pero el desmoronamiento de la fe le abría una posibilidad a las transacciones entre el mundo revelado, ya terminado, y el mundo que se está creando.

“Me lo digo a mí mismo: debo tener en cuenta este hecho, no perderlo nunca de vista, buscar un punto donde lo divino confluya con lo humano, ya que de ello depende todo el futuro de mi pensamiento”.

Pero el Dios elaborado por la razón desde Aristóteles hasta Kant era indigerible para Kierkegaard.

Nuestra relación con la abstracción se fue malogrando con el transcurso del tiempo y desembocó en una desconfianza propia de campesinos. La fe ya no era entonces una fe en Dios, era tan sólo un estado del alma que nos podía acercar al otro, luego ese estado nos debía ser accesible aunque Dios no exista.

Este salto hacia la fe lo pone a Gombrowicz en el camino de Kierkegaard. Cuando Kierkegaard le declara la guerra a Hegel se produce uno de los momentos más dramáticos de la cultura del pensamiento contemporáneo pues se empieza a perfilar en forma clara la oposición entre la abstracción y la existencia. Sin embargo, esta dirección hacia lo concreto que toma el pensamiento tropieza con la dificultad de que la filosofía sólo puede hacerse con razonamientos.

Este destino trágico con el que nace el existencialismo perdurará hasta el día de hoy a pesar del auxilio que le dio Husserl con la clasificación y depuración de los fenómenos de la conciencia.

Kierkegaard rechaza el gran postulado de Hegel de que todo lo real es racional y de que todo lo racional es real, una afirmación mediante la cual Hegel podía deducir la racionalidad del universo a partir de una miniatura.

No cree en la verdad de Hegel porque está concebida de antemano, su sistema no es una consecuencia del razonamiento sino de una elección previa. Este mundo premeditado pone a la razón en el camino de la bancarrota y le cierra el paso a las condiciones que hacen posible su existencia. Heidegger y Sartre se daban la cabeza contra la pared para resolver este problema hasta que aparece Husserl en forma providencial.

Puesto que el razonamiento es impotente para acercarse a las cosas tal cual son pongámoslas entre paréntesis y tratemos de verlas tan sólo como se nos aparecen. La fenomenología pone entre paréntesis al mundo y a las certezas derivadas de todas las ciencias que conciernen al mundo, el centro de las cosas pasa a ser la conciencia. Es una conciencia que está obligada a ser conciencia de algo, y esta intencionalidad de su actividad que le impide estar separada del objeto nos lleva de la mano a las concepciones de Sartre.

La existencia está pues a la mitad de camino de esas cosas que Husserl puso entre paréntesis, pero la fenomenología nos permite organizar esa soledad en la que nos deja la conciencia, eso es lo único que nos queda, la intuición de un saber directo sin la mediación de la razón, una descripción última de los fenómenos referidos a la existencia.

El pensamiento abstracto tiene sin embargo un valor inmenso, gracias a él podemos formular las leyes de la ciencia con las que dominamos una naturaleza que ejerce enorme influencia en nuestras vidas. Pero si el hombre quiere saber algo de su propia existencia, las fórmulas científicas no le sirven para nada.

Una cuestión impensable es la de cómo Kierkegaard pudo crear una filosofía existencialista si despreciaba los conceptos. El atajo de Kierkegaard es que no creó un sistema filosófico, sino una actitud para buscar su verdad interior recurriendo a una forma de confesión.

Cada uno tiene que vivir a solas consigo mismo, no existe ninguna comunicación esencial entre un hombre y otro y, por lo demás, el hombre no es sino que deviene. Kierkegaard deja al hombre completamente desnudo, la vida es una continua creación de uno mismo y sólo en el umbral de la muerte el hombre queda definido.

Una vez que Kierkegaard deja al hombre sin un trapo que ponerse, le aparece la angustia, la categoría más esencial de su pensamiento, una angustia que el hombre intenta combatir con la frivolidad.

La angustia es el miedo a la nada, y la negación de esa nada es la vida, el ser, en la angustia encontramos las revelaciones más abismales sobre nuestra existencia. De esta confesión y de este pensamiento no sistemático, que rechaza la verdad objetiva, abstracta y racional, pasamos a las concepciones de Heidegger y de Sartre, sistemáticas y metódicas, que tienen muchos puntos de contacto con las construcciones clásicas.

La inspiración de Kierkegaard se desata con la parábola de Abraham. Cuando Dios advirtió que los hombres estaban descarriados se propuso corregirlos para salvarlos, entonces le mandó la tabla de los diez mandamientos a Moisés.

Este viejo hebreo que vivió ciento veinte años dudó de la palabra de Dios, no pudo entrar a la Tierra Prometida, y murió angustiado. La misma angustia tuvo Abraham cuando un ángel le ordenó sacrificar a su hijo, y aunque parezca mentira el dilema que tuvo que enfrentar este otro hebreo ilustre es el origen de todo el existencialismo.

Kierkegaard caracteriza a este episodio como la angustia de Abraham, y se convierte por esta razón en el padre de todo el existencialismo moderno que culmina en Heidegger y Sartre.

Hasta Kierkegaard el pensamiento se había alimentado casi exclusivamente con los frutos de la razón, pero a partir de él la angustia se convierte en el centro de las meditaciones filosóficas.

La idea de Dios se entendía más o menos bien hasta que bajó ese ángel del cielo que habló con Abraham: —Tú eres Abraham, sacrificarás a tu hijo. La razón no podía probarle a Abraham que en verdad era un ángel enviado por Dios quien se le había aparecido, y tampoco que le hablaba únicamente y justamente a él, el dilema le producía angustia. Abraham y Kierkegaard resolvieron el problema con la fe, pero los ateos empezaron a tener dificultades. La angustia, el desamparo y la desesperación se convirtieron en los tres sentimientos que acompañaban a la categoría de la libertad y a sus otras dos socias: la elección y la responsabilidad.

Los existencialistas suelen declarar que el hombre es angustia. Esto significa que se compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige libremente su ser, sino que es también un legislador que elige al mismo tiempo que ha sí mismo a la humanidad entera, no puede escapar al sentimiento de su total y profunda responsabilidad.

Es la misma angustia que le aparece claramente a todos los hombres con responsabilidades graves, como la de un jefe militar que envía a un número indeterminado de hombres a la muerte. La angustia no es una cortina que nos separa de la acción sino que forma parte de la acción misma. Pero la experiencia de la angustia es difusa, no está conectada a un objeto definido, sino vagamente vinculada a nuestro sentimiento de abandono y aislamiento como individuos enfrentados con la nada de la muerte.

En una especie de síntesis de las doctrinas de Kierkegaard y Heidegger, Sartre declara que es por la angustia que el hombre llega a ser consciente de su libertad. La angustia es mucho más que un fenómeno psicológico, compromete al hombre en su totalidad.

Heidegger sigue los mismos pasos de Kierkegaard, pues la angustia es para él la experiencia por la que el hombre se abre por primera vez a su propio ser, se singulariza y hace patente su libertad. Kierkegaard, en su famoso “¡O esto o aquello!”, crucifica a la razón para aceptar la paradoja absoluta que él ve en Cristo.

Como su tiempo no quiso aceptar su “o esto o aquello”, se rebeló contra la sociedad, contra su propia iglesia, y contra el mismísimo matrimonio, porque, conforme a su exigencia de una pureza absoluta, la procreación le parecía pecaminosa.

Kierkegaard, de la misma manera que Gombrowicz, era enemigo del disimulo y las mentiras, quería llevar una vida auténtica en el reino de la fe cristiana y luchar contra la mala fe de los que fingían tenerla sin vivir al nivel de los severos y austeros principios del cristianismo verdadero.

Quiso ponerse a prueba él mismo y eligió romper su compromiso con la hermosa Regina Olsen que lo adoraba, una conducta que utilizó desvergonzadamente en sus libros describiendo a la mujer como el eterno enemigo del espíritu, como el diablo que arrastra a los jóvenes a sus trampas. Pero todas estas actitudes con las justificaciones respectivas eran mentiras, mentiras al mundo y a sí mismo. La auténtica razón de su ruptura con la joven Regina Olsen fue su impotencia sexual, contra la cual buscó ayuda médica sin resultado.

Los analistas de la psique postularon después que un conflicto mental de toda la vida puede ser localizado como proveniente de alguna inferioridad orgánica. Gombrowicz le entreabría las puertas a la fe de Kierkegaard pero se las cerraba a su angustia.

“Pero estoy harto de los gimoteos actuales. Hay que renovar nuestros problemas […] La muerte, por ejemplo. Para cambiar un poco de óptica, nos basta con pensar: No, no es ningún drama, estamos adaptados a la muerte desde que nacemos; y aunque nos vaya devorando poco a poco cada día, nunca nos enfrentamos con ella cara a cara […] ¿Enajenación? No, no es tan terrible […] esas enajenaciones le reportan al obrero a lo largo del año, casi tantos días libres y maravillosos como días de trabajo. ¿El vacío? ¿El absurdo de la existencia? ¿La nada? […] No se necesita un Dios o unos ideales para descubrir el valor supremo. Basta con permanecer tres días sin comer para que un mendrugo de pan adquiera ese valor; nuestras necesidades son la base de nuestros valores, del sentido y del orden de nuestra vida […]”.

“Hace algunos siglos, la gente moría antes de los treinta años. La epidemias, la miseria, el diablo, las brujas, el infierno, el purgatorio, las torturas… ¿Acaso los triunfos se nos han subido demasiado a la cabeza? ¿Acaso hemos olvidado lo que éramos ayer? […] No es que me rebele contra una visión trágica de la existencia, no soy de los que pintan el mundo de color de rosa. Pero no se puede estar siempre repitiendo lo mismo […] El rasgo más trágico de las grandes tragedias es que suscitan pequeñas tragedias; en nuestro caso, el aburrimiento, la monotonía y una especie de explotación superficial y reiterada de las profundidades”.

9.12.09

LOLO PALZA Y JORGE MONTEZA, GANADORES DE LA “I BIENAL DE ARTE VÍCTOR HUMAREDA GALLEGOS, 2009”

Lolo Palza, ganador en poesía de esta I Bienal de Arte Víctor Humareda Gallegos.

En esta primera versión de la “I Bienal de Arte Víctor Humareda Gallegos, 2009”, en sus categorías: Pintura, Cuento y Poesía, hay una grata sorpresa para los escritores arequipeños. Este es el resultado:

Categoría Cuento:
Primer lugar: La luna va a salir, de Jorge Monteza
Segundo lugar: Un hombre sin pasado sin rostro de Erasmia Delgado (pseudónimo)
Tercer lugar: Yo no soy cualquier cosa de Fidencio primero (pseudónimo)

El jurado estuvo integrado por los escritores Carlos Calderón Fajardo, Willard Díaz Cobarrubias y José Luis Ramos Salinas.

Categoría Poesía:

Primer lugar: Entre el espanto y la ternura de Lolo Palza Valdivia
Segundo Lugar: Colofones de Alberto Jesús Salas Oblitas
Tercer lugar: Estigmas de Filonilo Catalina

El jurado estuvo integrado por los poetas Vladimir Herrera y José Gabriel Valdivia.

Categoría Pintura
Primer lugar: Cuatro caminos para ser feliz (óleo sobre lienzo, 150 x 100 cm.) de Galindes (pseudónimo)
Segundo lugar: La Huaylaka de Oqe Michi (pseudónimo)
Tercer lugar: Mural portátil. Pintura popular, la Chonguinada (200 x 200 cm.) de Roberto de Marco Chaupín.

Los curadores fueron Percy Herrera Arancibia, Giovanni Cruz Huacasi y Christian Flores Saavedra.

3.12.09

GANADORES DEL PREMIO NACIONAL PUCP 2009 DE POESÍA, NOVELA Y ENSAYO


El Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Presidente de la Fundación Carlos Rodríguez-Pastor Mendoza y el Director del diario El Comercio tienen el agrado de informar los resultados del Premio Nacional PUCP 2009:

• Poesía:

Ganador: Miguel Dante Ildefonso Huanca por Libro del exilio.
Menciones especiales: Rubén Venturo Silva Prelet por El mar es olvido y Fernando Pomareda Céspedes por Lurigancho.

• Novela:

Ganador: Javier Pizarro Romero por La vereda más larga del mundo.
Menciones especiales: Marco García Falcón por Nuestros padres y Zoila Elena Vega Salvatierra por Acuarelas.

• Ensayo:

Ganador: Eduardo Luciano Torres Arancivia por El acorde perdido. Ensayos sobre la experiencia musical desde el Perú.
Mención especial: Carlos Meléndez Guerrero por La soledad en la política.
Mención especial empatada: Gerardo Alberto Arce Arce por Fuerza Armada, estado y sociedad en el Perú contemporáneo y Carlos Alberto Morales Falcón por Un escarabajo enconado en la sombra. El resentimiento poético peruano (1964-1981).


La ceremonia de premiación se realizará este jueves 10 de diciembre a las 6:30 p.m. en el Auditorio de Derecho del Campus universitario de la PUCP.

2.12.09

JUEVES 03 Y VIERNES 04: COLOQUIO INTERNACIONAL “JULIO RAMÓN RIBEYRO: LA PALABRA DEL MUDO”


Este jueves 3 y viernes 4 de diciembre Julio Ramón Ribeyro revivirá, nuevamente, al conmemorarse los 80 años de su nacimiento y 15 de su sentida partida, con este importante evento ha realizarse en la ciudad de Lima, Peru. El lugar del evento será la sala de conferencias del centro de estudios literarios antonio cornejo Polar (Av. Benavides 3074 / Ovalo de Higuereta. Miraflores).


PROGRAMA:

Jueves 3 de diciembre

Inscripciones. 9:30-10:30 a.m.

Inauguración. 10:30-10:40 a.m.

Mg. Antonio González Montes, asesor académico

Conferencia Magistral. 10:40-11:30 a.m.

• Ribeyro y la “secuencia viva” de la literatura peruana.
Eva Valero, Universidad de Alicante-España.

Mesa 1: Primeros asedios a Julio Ramón Ribeyro. 11:40 a.m.-12:30 p.m.

Las manías y entusiasmos de los protagonistas ribeyranos en etapas ya avanzadas de sus vidas.
Melvin Ledgard, Pontifica Universidad Católica del Perú.

• Trampa, fuga e ilusión.
Ana Cristina Jutgla, Universidade de São Paulo-USP/Brasil.

Modera: Elton Honores

Receso

Mesa 2: Elementos transgresivos y subalternidad en Ribeyro. 3:00-4:00 p.m.

Filogenia del mal y contiendas fraticidas como señales del fin del mundo en dos cuentos peruanos “Scorpio” de Julio Ramón Ribeyro y “El príncipe alacrán de Clemente Palma.
Gonzalo Portals Zubiate, Universidad Científica del Sur.

• Consenso criollo, cuerpo y subalternidad en la narrativa corta de Julio Ramón Ribeyro.
Lucía Aliaga Wong, Pontificia Universidad Católica del Perú.

• Julio Ramón Ribeyro y sus personajes
Carlos Meneses.

Modera: Eduardo Huaytán

Mesa 3: Espacios marginales I. 4:10-5:10 p.m.

La pugna de lo hegemónico y lo marginal frente a la descripción de la realidad en “Al pie del acantilado” de Julio Ramón Ribeyro.
Jesús Franco Salazar Paiva, Pontificia Universidad Católica del Perú.

• Lazos parentales como metáfora de nación escindida en algunos cuentos de Ribeyro.
Eduardo Huaytán, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• Humor, ironía, y sátira en la cuentística riberiana.
María Natalia Rebaza Wu, Universidad Privada Antenor Orrego-Trujillo.

Modera: Jesús Zavala

Mesa 4: Miradas europeas. 5:20-6:30 p.m.

Lo fantástico en los cuentos de Julio Ramón Ribeyro.
Ewald Weitzdorfe, Universidad de Kempten-Alemania.

• Hacia una caracterización de la novela criminal.
José Valles Calatrava, Universidad de Almería-España.

• De las “borgate” de Pier Paolo Pasolini a las barriadas de Julio Ramón Ribeyro.
María Antonietta Tamburello, Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.

Modera: Elton Honores

Mesa 5: El artista y la memoria. 6:40-7:40 p.m.

La condición del artista en “Ausente por tiempo indefinido” de Julio R. Ribeyro y “El demonio del alcohol” de Felipe Buendía.
Elton Honores, Universidad Nacional Mayor de San Marcos-Universidad San Ignacio de Loyola

• Lo biográfico en las obras de ficción de Ribeyro.
Jorge Coaguila, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• Mayo 1940: el espacio de la memoria.
José Güich Rodríguez, Universidad de Lima.

Modera: Juan Cuya

Viernes 4 de diciembre

Mesa 6: Espacios marginales II. 9:00-10:10 a.m.

• Lo fantástico, la fatalidad y el artista: propuestas de lectura en torno al minicuento y microrrelato riberyanos.
Christian Alexander Elguera Olórtegui, Universidad Nacional Mayor de San Marcos-Centro Peruano de Estudios Culturales

• Derecho y Literatura: conflicto vocacional en Los geniecillos dominicales.
Jorge Ramos Cabezas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• “El polvo del saber”: la maldición de cumplir lo anhelado en un cuento de Julio Ramón Ribeyro.
Germán Atoche Intili, Universidad Ricardo Palma.

• “La insignia” desde la lupa del Realismo Mágico.
Richard Solano Mollehuara, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Modera: Juan Carlos Gaspar

Mesa 7: Naciones ribeyrianas. 10:20 a.m.-11:30 a.m.

• Perversión y represión: dos caras de la dictadura en Cambio de guardia.
Hernando Motato C., Universidad Industrial de Santander (Bucaramanga)-Colombia.

• Hermenéutica del diario. Julio Ramón Ribeyro en el canon literario.
Sandra Granados, Universidad Nacional Federico Villarreal.

• Retrato del burgués adolescente en Relatos santacrucinos.
Agustín Prado Alvarado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• Julio Ramón Ribeyro y sus innovaciones en la técnica narrativa de los '50.
Eduardo Huarag, Pontifica Universidad Católica del Perú.

Modera: Gonzalo Cornejo

Conferencia Magistral. 11:40 a.m.-12:30 p.m.

• La memoria de las palabras. Escritura autobiográfica en Julio Ramón Ribeyro.
Crisanto Pérez, Universidad de Piura.

Proyección de vídeo. 12:30-12:45 p.m.

Julio Ramón Ribeyro: la palabra elocuente. Dir.: Katherine Durán, Arianna Castañeda y Ángela Luna.

Receso

Mesa 8: Espacios marginales III. 3:00-4:00 p.m.

• La recepción Lima la horrible de Sebastián Salazar Bondy y el concepto de la Arcadia Colonial como crítica a la idea de modernidad.
Mario Granda Rangel, Universidad Antonio Ruiz de Montoya-Universidad San Ignacio de Loyola.

• Hacia una clasificación de los cuentos fantásticos de J. R. Ribeyro.
Nehemías Vega, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• Para leer a Julio Ramón Ribeyro.
Néstor Tenorio Requejo, Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo-Lambayeque.

Modera: César Espinoza

• La narrativa peruana en los años 50. 4:10- 5:00 p.m.

Participan: Manuel Velázquez Rojas y Oswaldo Reynoso

Modera: Elton Honores

Mesa 9: Representaciones y reminiscencias en Ribeyro. 5:10-6.20 p.m.

• Reminiscencias de Ricardo Palma en Julio Ramón Ribeyro.
Irene Cabrejos, Instituto Riva Agüero-Pontifica Universidad Católica del Perú.

• La representación del afroperuano en la narrativa de Ribeyro.
Milagros Carazas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

• Sujeto, individualidad y poética narrativa en tres cuentos de Julio Ramón Ribeyro.
Sonia Luz Carrillo Mauriz, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Modera: Nehemías Vega

Conferencia Magistral. 6:30- 7:10 p.m.

• Julio Ramón Ribeyro, artista literario
Carlos Eduardo Zavaleta, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Clausura:

7:10-7:20 p.m.
Brindis de honor.

Instituciones representadas

Universidad Nacional Mayor de San Marcos · Pontificia Universidad Católica del Perú · Universidad San Ignacio de Loyola · Universidad de Lima · Universidad Nacional Federico Villarreal · Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo-Lambayeque · Universidad de Piura · Universidad Antonio Ruiz de Montoya · Universidad Privada Antenor Orrego-Trujillo · Universidad Ricardo Palma · Universidad Científica del Sur · Instituto Riva Agüero · Centro Peruano de Estudios Culturales · Universidade de São Paulo-USP/Brasil · Universidad Industrial de Santander (Bucaramanga)-Colombia · Universidad de Alicante-España · Universidad de Almería-España · Universidad de Kempten-Alemania


El comité organizador:

Gonzalo Cornejo (Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar).
Jorge Coaguila (Universidad Nacional Mayor de San Marcos).
Elton Honores (Universidad Nacional Mayor de San Marcos-Universidad San Ignacio de Loyola).

Asesor Académico:
Antonio González Montes (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)

Auspician:

UNiversIdad Nacional Mayor de San Marcos, E. A. P. de Literatura.


Organiza:

Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar: Av. Benavides 3074, Óvalo de Higuereta, Miraflores. Teléfonos: 449-0331 / 216-1029. E-mail: celacp@wayna.rcp.net.pe, Web: http://celacp.perucultural.org.pe
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