Porque a veces el silencio abre heridas más profundas que las hechas por las balas y porque el hombre nunca será un hombre hasta que sepa que es todos los hombres.
1.
(Porque la memoria no es una flor)
Hasta acá el olvido y la palabra
desde acá el cuchillo
¡dónde está
la boca para este pan!
A quién preguntar
por el nombre de los sueños que hacen la noche más pesada
a quién
¿por los niños que aún duermen sin más alimento
que la tierra entre sus bocas y de ojos abiertos?
hasta acá la golondrina
y la voluntad de las hormigas
¿Dónde está
y desde qué cuerpo se alzará la verdad?
Quién responderá
por los sueños a medio comenzar
por los pasos que no encuentran por donde regresar
quién por las voces ¡tantas voces!
quién por los himnos ¡tantos himnos!
quién por los vivas ¡tantos vivas!
Hasta acá la herida
Y desde acá la cicatriz.
2.
(Para todas las comunidades que luchan por su espacio)
Llora el viento
Más allá del metal
Atraviesa el desierto
Sin más compañía que el recuerdo de su madre
Hermosa y alta
Más alta que la voz del águila
Si hasta el más humilde brote de hierba
Opone resistencia cuando lo van ha sacar de su tierra
¿Por qué no el hombre?
Un hombre
Traza un círculo más grande que el planeta
Y comprueba que no hay número mayor que el UNO
Ahora el fuego
Atizado por tu tibio silencio
Ahora la tierra
Herida por tantas cosas que se avientan contra su seno.
3.
(Con el mayor respeto y cariño para Vladi y Yoyo)
Si ves llorar a un geranio que atraviesa tu solapa
Cuando no un cantu
Y si es un geranio rojo
No bastará la artritis de la lluvia
Ni la voz aguardentosa del chihuanco
Y si se alza
Como un puño endurecido por los callos
La flor de papa sobre el lomo agreste de los campos
No podrán nada los discursos
De los presidentes ni el de los papas
Digo es un decir
—Como diría el cholo Vallejo—
Si la coca
Un día te sabe amarga
Pues levanta la mirada
Conversa con tu estrella más alta
Aliméntate del cosmos
Dale un sorbo a la mañana
Y ven
A mano y corazón armado
Que siempre te estaremos esperando.
4.
(Para mis amigos en la ciudad)
Que no te importe
Si la “crisis mundial” se agranda
Tú aprende a encender una fogata
Una fogata te dará calor y hervirá las papas
Que no te importe si los bancos se hunden como barcos
Tú aprende a descifrar el lenguaje de los pájaros
El lenguaje de los pájaros te dirá el tiempo exacto
Para que —con ternura—
Hundas
Tus manos sobre el campo
Que no importe si se incendian los palacios
Tú todavía tienes:
El amarillo canto del canario
La timidez de los geranios
La humildad
De los caminos que extrañan tus pasos
Que no te importe
Hasta dónde caiga la tristeza de las bolsas que sólo tiene plata
Aprende:
A encender una fogata
A escuchar la voz de los chihuancos
Abrir surcos en la tierra con tus manos
Aprende que los males nacen fuera de los campos.
5.
(Para José María por sus últimas palabras)
El amarillo canto del canario
Sobre un paisaje verde
Tendría que bastarnos
Debería el hombre
Morirse de amor
Para tener
—al menos—
La certeza de lo que está muriendo
Y no morir como muchos en estos tiempos
(Es decir sin saber de qué ni cuándo)
(Con admiración desde siempre para todos los hombres que ofrecen su tiempo y sus vidas por la causa justa)
1.
(Porque la memoria no es una flor)
Hasta acá el olvido y la palabra
desde acá el cuchillo
¡dónde está
la boca para este pan!
A quién preguntar
por el nombre de los sueños que hacen la noche más pesada
a quién
¿por los niños que aún duermen sin más alimento
que la tierra entre sus bocas y de ojos abiertos?
hasta acá la golondrina
y la voluntad de las hormigas
¿Dónde está
y desde qué cuerpo se alzará la verdad?
Quién responderá
por los sueños a medio comenzar
por los pasos que no encuentran por donde regresar
quién por las voces ¡tantas voces!
quién por los himnos ¡tantos himnos!
quién por los vivas ¡tantos vivas!
Hasta acá la herida
Y desde acá la cicatriz.
2.
(Para todas las comunidades que luchan por su espacio)
Llora el viento
Más allá del metal
Atraviesa el desierto
Sin más compañía que el recuerdo de su madre
Hermosa y alta
Más alta que la voz del águila
Si hasta el más humilde brote de hierba
Opone resistencia cuando lo van ha sacar de su tierra
¿Por qué no el hombre?
Un hombre
Traza un círculo más grande que el planeta
Y comprueba que no hay número mayor que el UNO
Ahora el fuego
Atizado por tu tibio silencio
Ahora la tierra
Herida por tantas cosas que se avientan contra su seno.
3.
(Con el mayor respeto y cariño para Vladi y Yoyo)
Si ves llorar a un geranio que atraviesa tu solapa
Cuando no un cantu
Y si es un geranio rojo
No bastará la artritis de la lluvia
Ni la voz aguardentosa del chihuanco
Y si se alza
Como un puño endurecido por los callos
La flor de papa sobre el lomo agreste de los campos
No podrán nada los discursos
De los presidentes ni el de los papas
Digo es un decir
—Como diría el cholo Vallejo—
Si la coca
Un día te sabe amarga
Pues levanta la mirada
Conversa con tu estrella más alta
Aliméntate del cosmos
Dale un sorbo a la mañana
Y ven
A mano y corazón armado
Que siempre te estaremos esperando.
4.
(Para mis amigos en la ciudad)
Que no te importe
Si la “crisis mundial” se agranda
Tú aprende a encender una fogata
Una fogata te dará calor y hervirá las papas
Que no te importe si los bancos se hunden como barcos
Tú aprende a descifrar el lenguaje de los pájaros
El lenguaje de los pájaros te dirá el tiempo exacto
Para que —con ternura—
Hundas
Tus manos sobre el campo
Que no importe si se incendian los palacios
Tú todavía tienes:
El amarillo canto del canario
La timidez de los geranios
La humildad
De los caminos que extrañan tus pasos
Que no te importe
Hasta dónde caiga la tristeza de las bolsas que sólo tiene plata
Aprende:
A encender una fogata
A escuchar la voz de los chihuancos
Abrir surcos en la tierra con tus manos
Aprende que los males nacen fuera de los campos.
5.
(Para José María por sus últimas palabras)
El amarillo canto del canario
Sobre un paisaje verde
Tendría que bastarnos
Debería el hombre
Morirse de amor
Para tener
—al menos—
La certeza de lo que está muriendo
Y no morir como muchos en estos tiempos
(Es decir sin saber de qué ni cuándo)
(Con admiración desde siempre para todos los hombres que ofrecen su tiempo y sus vidas por la causa justa)
FILONILO CATALINA
*En la imagen: Juan Yufra, Rubén Soto, José Córdova, Vladimir Herrera, Filonilo Catalina y el sobrino de VH. Tomada en la plaza de Lampa en el I Encuentro Sur Peruano de Escritores “Lampa: el lugar de mis sueños”. Puedes leer más poemas de Filonilo Catalina aquí.
1 comentario:
Buenos poemas. Me gustaría poder saber más de este poeta.
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