Hace algunos días recibí un e-mail de la poeta Gloria Mendoza Borda, donde me contaba algunas anécdotas sobre el accidente que sufrió cuando estuvo, junto a sus alumnos de la Escuela de Artes Carlos Baca Flor, dando un paseo por el pueblo tradicional de Quequeña. Sin embargo, gracias a su buena voluntad "llena de moretones, bultos, un poco mareada" me contó que se "dio tiempo para escribir y leer". Y prueba de ello es este poema (que publico a continuación) que me envió en archivos adjuntos, como respuesta a esa "mala pasada" y escrito después de salir del hospital. Pronta recuperación estimada Gloria. (José Córdova).
CARTA A LAS CATARATAS DE QUEQUEÑA
Para Jennifer Carpio Espinel
A los estudiantes del II Semestre-Docencia de la ESACBF
No lo esté tentando al Señor, señora
(Traumatólogo-Hospital de Yanahuara-Emergencia)
La mañana discurría plácida / como un río / girasol abierto / durazno fragancioso / te encontré muerte / con tu lenguaje /de pájaro acuático salvaje / juro que no te busqué / Señora nuestra
en un vericueto de segundo / me jugaste una pasada / como si fuese una imberbe / me tentaste a subir a la cima / bajo un límpido cielo / detrás de la alegría de los muchachos / auscultando el movimiento / de las palomas en sus nidos / encima de la / catarata / y en los árboles
escalé la montaña / me hiciste trepar / a una inmensa roca /no supe decir no / rocasca de muerte / me arrojaste a la poza / extraviada / entre chorros de agua de la catarata / caí como a quince metros de altura
debajo del agua / la muerte me tomó / en sus brazos / me paseó por pequeñas parcelas / hermosas piedrecillas de colores / me prodigaron su calor / comprendí que el poema jamás morirá / el poeta sí / el agua era limpia fría limpia / me convertiste en pez sin saber nadar / en ese naufragio inalterable de transparencia / creíste haber ganado la batalla / atrevida muerte respetada muerte / pensé en mis hijos en mis nietos / en la familia toda / en el padre de mis hijos / en mi inocencia más allá de lo absurdo / en mi anciana madre / en mis libros inéditos aún sin organizar/ dormí el sueño de los sueños / dentro de tu desnudez de garza desorbitada / conocí que la memoria de los muertos / es más fuerte que la de los vivos
me dije ¿qué pasó? / no pensé morir como Alfonsina Storni
pensé en mi entierro / la corriente traía notas / de campesinos tocando sicuris / ¿igual que a mi padre? pensé / en este éxtasis profundo / con la muerte / de pronto un ángel salvador / se había tirado a las aguas / me sacudió / estaba inconciente / me cogió de los hombros / me sentó en una roca / no podía mantenerme de pie /
¿estoy vida? pregunté / un silencio nostálgico / cruzó nuestras miradas / Jennifer Carpio con una criatura / en el vientre / arriesgó su vida / mi salvadora / Jennifer cálido abrazo de los míos / sé que Ananí quedó petrificada / gritaba junto al ruido estruendoso de la catarata / ¿del agua salimos y al agua regresamos? / bajó de las altas rocas / Elvis el joven motivador del paseo campestre / dio su negra casaca para cubrirme / usted no manda profesora ahora / hemos decidido regresar al pueblo
más de media hora taquicardia / no teníamos alcohol ni nada / no tengo fracturas / sino golpes fuertes en los brazos / las rodillas y todo el cuerpo / los médicos estupefactos en emergencia / dicen que es un milagro / unos días inmovilizada / para que los cauces internos / tomen su lugar / los colibríes picotean en mis dedos / para escribir esta memoria / mi travesía en Quequeña
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tengo sustísimo / Elpidia llamó mi ánimo/ respeto la tierra el agua las piedras / estos días leí narrativa de Doris Lessing / Silvina Bullrich y Walter Lingán
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Adalberto fabricó un bastón para el regreso / a Quequeña / Denis cargó mi bolso y perdió mi pañoleta
sé que perdurará el ruido de las cataratas / sí / el agua es dulce el agua es también vida / tomaré el bastón / para correrte muerte por la hojarasca verde / de la florecida campiña
ya puedo decir / Gracias a la vida como Violeta Parra
Arequipa, 02 de octubre del 2008
Primavera
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