El gran Oswaldo Reynoso. |
Cabe recordar que Reynoso, en sus primeros años en Arequipa, y antes de mudarse definitivamente a Lima donde se adhirió al grupo “Narración”, perteneció a “Avanzada sur”, un colectivo de muchachos irreverentes, casi rebeldes, que comenzaron a hacer de las suyas, y en una de sus visitas a Lima (Reynoso, junto a los poetas Efraín Miranda, Jorge Bacacorzo y Aníbal Portocarrero), a donde partieron con un programa cultural lleno de exposiciones y recitales, fueron llamados —irónicamente— “bestias e inmorales”. (José Córdova).
Disfruten el poema (y al primer Reynoso):
Responso para un pequeño combatiente
Un sabor de durazno amanecido
recién maduraba en tu rostro
y te mataron cuando mirabas la tarde!
Te gustaba morder dulcemente un clavel
a orillas de la noche mientras cogías
del cielo un pájaro estrella
pero te mataron cuando mirabas la tarde!
Tus manos hacían veleros de papel
y la nieve escribía con fuego
en tus ojos la biografía de una niña
y te mataron cuando mirabas la tarde!
Y esa tarde alzaste tu cuaderno manchado con sangre
y esa tarde cuando
sembraron el dolor en todos los surcos
tocaste la campana de junio
y esa tarde una bala rubricó en tu frente
la muerte clara del trigo
y te mataron cuando mirabas la tarde
Las estrellas lloraron en tu tumba
y el maíz mostró sus puños de sangre
Las niñas que te amaban bajaron
de la escuela con las trenzas deshechas
rompieron sus mandiles
besaron tus heridas y con agua de la luna
lavaron tu cuerpo joven.
¡Y te mataron cuando mirabas la tarde!
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