22.11.08

JIMMY MARROQUÍN LAZO Y LA POÉTICA DEL ALBATROS


Por: Carlos Eduardo Quenaya

Hay poetas que hacen de la contención verbal y de la concisión estilística la cincelada cifra de su materia creativa; escritura que sometida al rigor del aliento artístico corre el riesgo de la extenuación y el silencio. Asimismo, otros poetas construyen su obra a partir de la opulencia imaginativa y de la ruptura del recipiente poético, ensayando versos que actúan como una corriente abrasadora cuyo principal peligro se halla en el despilfarro y el aderezo. A esta segunda especie de poetas pertenece Jimmy Marroquín Lazo. Ya en su primer libro, Dinámica del Fuego, Marroquín demostraba talento para el encabalgamiento lujoso y la exuberancia simbólica. No obstante, es en su segundo libro —Teoría angélica— donde Marroquín desarrolla mejor las posibilidades de su dicción, decantando su discurso a través de ciertas presencias poéticas modeladoras.

La edición de Teoría angélica ha tenido un proceso singular. Libro ganador del Copé de Plata en el 2002, esta edición reúne dos conjuntos poéticos que son susceptibles de una lectura en paralelo a la versión publicada por el autor en el 2006, edición que además de suprimir toda la segunda sección del poemario del 2002, añade una significativa cantidad de poemas que nos informan mejor de la voluntad de composición de Marroquín.

Nuestra lectura, entonces, deberá ceñirse a la referida segunda edición. El primer poema del libro “Balada para un ángel” pone de manifiesto la precariedad de la expresión poética. La permanente semiosis del discurso literario impide al yo poético asumir una actitud ingenua frente a lo que enuncia, haciendo problemática la emisión del discurso: El tiempo alterará el sentido de lo que digo/ y de lo que no digo también, con fingida benevolencia,/ trastocará palabra por otra, búsqueda por carencia,/ allí donde todo es visible impondrá levedad…

Animados por cierto hálito épico, en adelante los poemas tornarán una y otra vez sobre el tema de la creación y la compleja condición del artista. Así, serán numerosos los textos titulados “Teoría angélica” y “Balada para un ángel”, reforzando de este modo la imagen unitaria del poemario. El sujeto de enunciación se representará constantemente como un ser alado incapaz de volar, cuya identidad poética se advierte en continua descomposición, como en el poema “Autorretrato con siete dedos”: Aquí/ inerte/ me miro/ ajeno/ y me desdoblo/ en pos/ de ese otro/ que asume cómodo/ —ah espía intruso,/ ah vigía insaciable que no miro—/ la dudosa identidad/ que me condena/ a ser/ Otro/ Nadie/ Máscara de aire/ y muchos/ muchos dedos. En este mismo sentido, pensamos que es particularmente significativa la tercera “Teoría angélica” del conjunto: Estas alas que aquí veis crecen en mi cuerpo/ y no en el vuestro/ como rugosos alegatos de voces que amo, ignoro y no entiendo;/ estas alas calcinadas/ remedo de mis entrañas de madera, baten el aire inútilmente,/ ensayan levantar el vuelo, revolver la niebla con taimado yerro/ pero tan tiesas chamuscadas sin embargo…

Estos versos nos remiten casi inmediatamente al poema más famoso de Baudelaire: El albatros. El poeta no ostenta sus alas, pues constituyen —por el contrario— motivo de irrisión y zozobra. Leamos un fragmento del poeta francés: Apenas los arrojan allí sobre cubierta, /príncipes del azul, torpes y avergonzados,/ el ala grande y blanca aflojan como muerta/ y la dejan, cual remos, caer a sus costados./ ¡Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado!/ Él, antes tan hermoso, ¡qué grotesco en el suelo!...

Marroquín se instala en la moderna tradición poética baudelaireana retomando y potenciando simbólicamente la imagen del poeta-ángel-albatros. Así podemos comprender mejor esta propuesta que se nutre del barroco hispanoamericano a través de Lezama Lima y de poéticas cuestionadoras de la propia actividad literaria como la de Enrique Lihn o la de José Emilio Pacheco.

Si bien creemos que Teoría angélica supone un paso adelante en la obtención de un lenguaje propio y de una concepción poética personal, es necesario señalar que no alcanza, como esperábamos, una regularidad expresiva a lo largo del libro. Una carga adjetival excesiva en los poemas menos logrados nos sugiere más la realización de ejercicios de estilo que de aciertos creativos. A su vez, la recurrencia de los mismos tópicos, sumada a la repetición de los títulos que referimos líneas arriba —aun cuando configuran la unidad del poemario— le confiere también un carácter redundante y monotemático.

Es misión de cada poeta luchar contra sus dones y buscar en los límites de sus posibilidades nuevas versiones de sí mismo. Creemos que la pugna de Marroquín consistirá en demostrarnos que los años pueden volvernos más severos con el arte y más atentos a las concesiones literarias, con el objetivo de marchar siempre a favor por el pedregoso camino de la poesía.

Teoría Angélica, 63 pp.
Jimmy Marroquín Lazo
Lago Sagrado Editores, Lima, 2006

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...