16.12.08

CÉSAR SÁNCHEZ MARTÍNEZ Y EL CUENTO DE LAS 1000 PALABRAS


La revista Caretas en su última edición nº 2057 del 11 de diciembre de 2008, publicó los resultados de su concurso El Cuento de las 1000 palabras que anualmente organiza. Y grata fue la sorpresa de encontrar entre uno de los premiados a un amigo nuestro: César Sánchez Martínez, quien obtuvo el segundo lugar en dicho concurso. La nota dice lo siguiente:

«Luego de dilatada deliberación, el jurado de El Cuento de las 1000 Palabras, organizado por CARETAS, escogió a los tres ganadores de entre una avalancha de más de mil cuentos. En esta oportunidad, la muerte decidió rondar las plumas de los concursantes y las tres historias ganadoras abordan el tema, algunos con más ironía que otros. Abiertos los sobres, los ganadores resultaron ser: Juan Enrique Vásquez Valladares, obteniendo el primer puesto con el cuento Desde la terraza; César Félix Sánchez Martínez, segundo puesto con la historia titulada Chaqwa; y Fernando Edgar Salinas Velarde, tercer puesto con el cuento Vermouth».

En cuanto a César, líneas más abajo, Caretas nos da cuenta un poco acerca de las inquietudes y los intereses de este “novísimo” escritor:

Acierto Mistiano

«Con una historia que reafirma el interés en los círculos literarios nacionales en explorar cada vez más el tema de la violencia interna en el Perú, César Sánchez Martínez se hizo acreedor al segundo puesto del Concurso con apenas 23 años de edad y una historia enviada desde suelo arequipeño.

Con el Misti como apu inspirador, Sánchez recrea en su cuento “Chaqwa” la historia de unos campesinos asediados indistintamente por el Ejército y los subversivos. Precisamente, recuerda el autor, el concepto de chaqwa (término quechua que denota un estado de desorden intenso), lo tomó de una entrevista al antropólogo Juan Ossio que hace algún tiempo apareciera en CARETAS. En su historia, la que inicialmente debía centrarse alrededor del tema del ciclo agrario, la violencia desquiciada, las desapariciones forzadas y los ajusticiamientos populares tienen lugar no sin un toque de ironía hacia nuestra propia historia. “Siempre me fascinó la manera como las fiestas del año cristiano se imbricaban con las distintas etapas de muerte y renacimiento en el campo”, explica, “y además de eso siempre me llamó la atención la naturaleza absurdamente cruel de ciertos episodios de la violencia política en la sierra del Perú, donde los comuneros acababan siendo atacados por todos los bandos”.

Recientemente licenciado en Literatura en la Universidad de San Agustín con una tesis sobre Ventura Travada (“el oscuro clérigo colonial que escribió la primera manifestación del hiperbólico arequipeñismo de los arequipeños: El Suelo de Arequipa convertido en Cielo”) y con la creencia de que la “sutileza es la madre del humor”, Sánchez es ya caserito de El Cuento de las Mil Palabras. Antes, ya había participado del Concurso con cuentos de temática diametralmente opuesta, aunque quizá no tanto: uno sobre la explosiva intolerancia a la lactosa y otro inspirado en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino. Ahora, con “Chaqwa”, el joven autor siente que remite “a ciertas temáticas comunes a la literatura fantástica: aquellas invasiones misteriosas que uno encuentra en Kafka o Buzzati, donde Alguien quiere destruirnos, no sabemos quién es ni por qué nos odia ni cómo nos destruirá. No sabemos nada. Sólo estamos por ahí. Sin cóleras ni sorpresas. Sólo ahí. Cosa curiosa: lo que en otros sitios no era más que una alegoría fantástica, se convirtió en el Perú en casi una situación de la realidad cotidiana durante los años de la violencia”.

Adepto de Kafka, Quevedo y El Lunarejo (“la pluma más feliz que ha visto la luz en el Perú”), y lector incondicional de El Quijote, que le sigue pareciendo la novela más chistosa y triste del universo, Sánchez además vuelve siempre a las páginas de Chesterton, que le enseñó a no tenerle miedo al sentido común, a la sencillez y a las paradojas; a las de Rulfo, cuya obra considera un ejercicio de maestría “pues El Llano en Llamas es el mejor curso de escritura creativa que existe”, y al inglés Evelyn Waugh, “maestro del humor negro y de la sátira contra las farsas de la modernidad”».

Finalmente hay que resaltar también que aquí en Arequipa, hace apenas un par de meses César obtuvo en el “II Concurso Literario de Cuento, Poesía y Ensayo Breve 2008” que organiza el semanario El Búho, una mención honrosa por su ensayo: Símiles, estética y funcionalidad literaria en Ventura Travada. Felicitaciones César.

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