Carlos Eduardo Quenaya. |
29.3.09
ENTREVISTA A CARLOS EDUARDO QUENAYA
26.3.09
WITOLD GOMBROWICZ Y ENRIQUE VILA-MATAS
“Pasé toda una larga época obsesionado con saber qué había sucedido realmente en la famosa cena de Borges y Gombrowicz. Un día, el azar quiso que José Bianco aterrizara en Barcelona, le llevaron a la tertulia literaria que yo tenía en el bar Astoria. Me pasé toda la noche planeando el momento en que le preguntaría a Bianco qué había ocurrido en la famosa cena. Cuando por fin me atreví a preguntar, Bianco me dijo: —Usted quiere saber qué pasó aquel día, pero yo quiero saber qué ha pasado hoy, pues a mí me habían dicho que esto era una tertulia literaria y lo que yo he visto hasta ahora es una reunión de cocainómanos, no han parado ustedes de ir todo el rato al lavabo. Ya no me atreví a decirle nada más a Bianco en toda la noche”.
Mis historias con los escritores y los editores en la mayoría de los casos no tienen un final feliz. Las últimas cartas que recibí del Orate Blaguer eran tan breves como amargas. Este destino triste que me persigue desde hace mucho tiempo tiene algo que ver con los contenidos de los gombrowiczidas que en algunas ocasiones no llegan a ser bien interpretados.
Los nombres de muchos gombrowiczidas han sido coronados con apodos a lo largo del tiempo. A mí me parece que el origen y la naturaleza de los motes debe quedar un poco en el misterio, sin demasiadas aclaraciones por parte del autor que, como todos los gombrowiczidas saben, vengo a ser yo. Debo aclarar sin embargo que algunos de esos motes carecen de ese misterio, verbi gracia el del Orate Blaguer, pues describe cumplidamente la naturaleza de este hombre de letras. El primer apodo que puse fue el de Pterodáctilo, en una época en la que todavía no existían los gombrowiczidas.
El origen del mote siempre tiene un contenido negativo, se refiere a historias verdaderas que me unieron a los motejados en distintos momentos de esas cápsulas de Gombrowicz que son los gombrowiczidas, pero con el paso del tiempo pierden el sabor acre que traen por el nacimiento y llegan a tener, por lo menos para mí, un carácter familiar y afectuoso.
Debo reconocer sin embargo que así como Gombrowicz provocaba a los profesores en la pensión de las “manoseadas” de Zakopane con sus burlas, a mí se me ocurre aveces provocar a los hombres de letras y a los Protoseres.
Los españoles, como sabemos, han elegido al Orate Blaguer entre sus hombres de letras más conspicuos para reflexionar sobre Gombrowicz.
Siendo Gombrowicz un escritor cuya obra no admite una interpretación única se puede entrar a su mundo por muchas puertas distintas, más diría, se puede entrar también por las ventanas.
La puerta que eligió este escritor ilustre fue la precaución pues desde muy joven se puso bajo el paraguas de la idea gombrowiczida de que el arte consiste en escribir sobre algo imprevisto y no sobre lo que se tiene que decir. Es evidente que el Orate Blaguer escribe sobre Gombrowicz sin tener nada que decir pero, a pesar de esto, no alcanza el imprevisto del que habla Gombrowicz.
Su fascinación por Gombrowicz comienza cuando ve una foto de Tandil en la que está posando con gorra en actitud altiva y arrogante. Se le despiertan entonces las ganas de ser como él, de ser un escritor extranjero, raro y con un rostro tan orgulloso como el suyo.
Repite hasta el cansancio su inveterada tontería de que durante mucho tiempo se imaginó que su escritura se parecía mucho a la de Gombrowicz, pero que después de haberlo leído se dio cuenta de que eso no era para nada cierto.
De idiotez en idiotez, con esa arrogancia irresponsable que tiene el Orate Blaguer, nos informa sobre cuáles son las dos obras maestras de Gombrowicz: los diarios y la inscripción que dejó en el baño de un café de la calle Callao: —A señoras y señores/ para nuestro beneficio/ no lo hagan en la tabla/ háganlo en el orificio.
Y sobre el pasaje del diario en el que Gombrowicz habla de su encuentro con una vaca se pronuncia en forma apodíctica: “Estamos tal vez ante un texto fundamental de Gombrowicz”.
El Orate Blaguer es un llorón crónico, un llorón que intenta llorar desde el más allá. A este tipo de llorones profesionales Gombrowicz les da una buena paliza.
“Pero estoy harto de los gimoteos actuales. Hay que renovar nuestros problemas […] La muerte, por ejemplo. Para cambiar un poco de óptica, nos basta con pensar: No, no es ningún drama, estamos adaptados a la muerte desde que nacemos; y aunque nos vaya devorando poco a poco cada día, nunca nos enfrentamos con ella a cara […]”.
“¿Enajenación? No, no es tan terrible […] esas enajenaciones le reportan al obrero a lo largo del año, casi tantos días libres y maravillosos días de fiesta como días de trabajo. ¿El vacío? ¿El absurdo de la existencia? ¿La nada? […] No se necesita un Dios o unos ideales para descubrir el valor supremo. Basta con permanecer tres días sin comer para que un mendrugo de pan adquiera ese valor; nuestras necesidades son la base de nuestros valores, del sentido y del orden de nuestra vida […]”.
“Hace algunos siglos, la gente moría antes de los treinta años. La epidemias, la miseria, el diablo, las brujas, el infierno, el purgatorio, las torturas... ¿Acaso los triunfos se nos han subido demasiado a la cabeza? ¿Acaso hemos olvidado lo que éramos ayer? […]”.
“No es que me rebele contra una visión trágica de la existencia, no soy de los que pintan el mundo de color de rosa. Pero no se puede estar siempre repitiendo lo mismo […]”.
“El rasgo más trágico de las grandes tragedias es que suscitan pequeñas tragedias; en nuestro caso, el aburrimiento, la monotonía, y una especie de explotación superficial y monótona de las profundidades”.
Finalmente el Orate Blaguer se cansó de los gombrowiczidas, más especialmente del autor de los gombrowiczidas, y desde Nueva York se refiere a mí aunque sin nombrarme de una manera insolente.
“Se ha dicho que le he dado mantenimiento a los clásicos de Borges (a Melville y su Bartleby), pero también es cierto que he acompañado los éxitos de librería de Robert Walser (a quien saqué modestamente del invernadero de las solapas y lo convertí, gracias a Doctor Pasavento, en un santo laico), de Georges Perec (uno de los autores que he decidido doblar, duplicar), de Fernando Pessoa (propongo que se multipliquen, como los peces, los heterónimos) y de Witold Gombrowicz, el noble polaco al que algún imbécil debería dejar de manosear”.
Los rostros tienen un gran significado, suelen también ser equivalentes cuando expresan los mismos contenidos. La réplica nacional de rostro español del Orate Blaguer es el rostro argentino del Hombre Unidimensional, como muy bien puede observarse en las fotos que forman parte de este gombrowiczidas.
El tono del comienzo de mi relación con el Orate Blaguer fue promisorio y afectuoso, de ningún modo era previsible la caída estrepitosa que se produjo después.
“Quiero decirte que mi editor es Jorge Herralde (Anagrama) quien, a la vuelta de un viaje argentino, me regaló el libro de Emecé, con las cartas a Goma de Gombrowicz. Así como Beatriz de Moura, que fue mi primera editora, le importa muy poco Gombrowicz, Herralde siempre ha tenido una gran debilidad por él (como tú ya sabes, publicó ‘Testamento’). Yo te recomendaría que hablaras o, mejor dicho, le escribieras a Herralde […] Escríbele a Herralde, por favor. Sería maravilloso que tus escritos se publiquen en Anagrama. Herralde es muy receptivo a esas cuestiones. Además, ha sido un editor que ha leído con profundidad a Gombrowicz al que quiso traducir desde el inicio de su editorial. No pudo entonces conseguir los derechos. La viuda miraba a Anagrama como a una minucia, algo que no valía la pena. El único libro que pudo publicar fue ‘Transatlántico’ aunque ya había sido editado antes”.
El Pato Criollo y el Orate Blaguer son dos gombrowiczidas ilustres que tuvieron conmigo una muy buena predisposición desde el mismo comienzo de nuestra relación, luego las cosas fueron cambiando poco a poco hasta convertirse en una relación amarga.
Hace ya algunos años, por razones completamente desconocidas para mí, me vinieron unas ganas incontenibles de mortificarlos a los dos al mismo tiempo y tuve la ocurrencia de mandarle una carta al Pato Criollo en la que le decía que el Orate Blaguer tenía las facultades mentales completamente alteradas, y al Orate Blaguer otra en la que le decía que el Pato Criollo era un bartolero insustancial. Puse en el sobre del Orate Blaguer la carta del Pato Criollo y viceversa, en el sobre del Pato Criollo la carta del Orate Blaguer, y acto seguido los mandé por correo. El Orate Blaguer se enojó y no me escribió más.
La reacción del Pato Criollo en cambio fue benévola, me pareció entonces que el Orate Blaguer era un ser limitado y el Pato Criollo una persona de un panorama más amplio.
22.3.09
UNA ENTREVISTA A CARLOS TAPIA POR MIGUEL COAQUIRA
¿Cómo fue la génesis de “Música para afeitarse
Los gérmenes que dieron vida a este poemario están en “Del viento como una caria psicológica”, poemario que ganó los juegos florales de la escuela de Literatura de la UNSA en el año noventa y siete, si mal no recuerdo. Ese poemario creó “Música para afeitarse” que fue el primer libro de mi generación conformada por Tania Rozan, Jimmy Marroquín, Guliana Ramos, Mirtha Núñez, entre otros. El libro rompía humildemente ese vacío entre las publicaciones que venían de la generación de Oswaldo Chanove, José Gabriel Valdivia, Alonso Ruiz Rosas.
¿Y el nombre de dónde proviene?
Nace de querer coger un elemento cotidiano de la ciudad, teñida con lirismo, en un inicio pensé en ponerle “papel para envolver pescado”, pensando en el mercado San Camilo, pero luego conversando con un pata una mañana mientras me afeitaba escuchaba música y me puse a pensar en qué diferente es afeitarse escuchando a Pink Floyd a afeitarse escuchando Led Zeppelin. De hecho que con el primero las sensaciones serán más fuertes y violentas, sólo recordar la Pared y recordar cuando el tipo se afeita las cejas.
¿Cuál sería entonces el espíritu del texto?
Tiene un espíritu vitalista, espontáneo, natural, muy intenso, desgarrado en algunas partes, tiene también mucha presencia femenina. En realidad Música para afeitarse, está conformado por dos libros en uno; el primero “Tu sonrisa un pase gratis” pequeña historia de amor, y el segundo “Esa melodía de avión” cercana más a las experiencias urbanas y callejeras y tienen que ver más con la vida caótica de la urbe, en medio del caos, smog y la contaminación matizada con la violencia que reinaba.
¿Puedes hacer un análisis de la forma en el lenguaje de “Música…”?
Era un lenguaje intuitivo, no pretendía acercarme a la poesía con distancia, si no con una proximidad un poco riesgosa, trataba de expresar mis emociones en todas sus gamas, tanto de odio, amor, como de amistad y ternura, en muchos casos con mucha velocidad.
Los noventas fueron una época bastante especial para literatura…
Bastante intensos, bastante trajinados, no solamente en los circuitos literarios, si no también en los circuitos urbanos marginales y eso tiene su cuota de riesgo y toda esa experimentación es lo que se vuelca en Música para afeitarse. El libro ha logrado captar esas emociones, con figuras urbanas tal vez porque hasta ese momento yo percibía que no había mucha literatura de la urbe. Arequipa era un poquito cerrada a esas voces que te hablan de las avenidas, de los parques, de Charly y de vez en cuando por ahí de sustancias ilícitas.
Bonus poetic:
Bajo el llanto del poste
* Entrevista e imagen tomadas del semanario El Búho nº 309 (29 de enero de 2008).
20.3.09
REVIVIENDO A CIRO: A 100 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL GRAN NOVELISTA CIRO ALEGRÍA
¿Qué sentimiento te suscita el centenario de Ciro Alegría?
Para mí, revivir la memoria de Ciro Alegría tiene un sentido histórico y debo realizar un gran esfuerzo para que su obra llegue al pueblo peruano a través de ediciones accesibles a su economía. Al mismo tiempo, es lo más precioso que he podido esperar. Veo que todos los sueños, los proyectos que tuve con respecto a la obra de Ciro. El trabajo de los peruanos avocados a revisar su obra, a los textos de los críticos, ahora se reactualiza después de haber estado dormido durante años. En este momento, de pronto, todo se pone en actividad. Pero el tiempo le ha dado razón a Ciro porque amó al Perú y llevó su imagen al mundo a través de sus novelas. Ha llegado el tiempo de revalorarlo en todas sus dimensiones.
¿Cómo van los preparativos al respecto?
Hasta este momento tenemos el ofrecimiento del alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio, quien ha decidido otorgarnos un efectivo apoyo para realizar eventos culturales. La señora Lola Franco, está resuelta a realizar actividades conmemorativas durante todo el año. Uno de los proyectos más importantes es fundar la Casa de la Cultura Ciro Alegría. Se trata de una gran decisión histórica, de un sueño desde que quedé viuda. Ahora que todo está listo, la lucha es por conseguir el local. La Beneficencia Pública ha ofrecido apoyar en esta causa justa.
¿Para eso cuenta con el aval del presidente Alan García?
Por supuesto, he recibido una comunicación muy atenta, su visto bueno para que este proyecto se haga realidad. El presidente de la Beneficencia Pública, señor Carlos Rivas, ha manifestado que se tomarán decisiones concretas.
Entonces, todo está preparado para poner en marcha una gran acción cultural.
Tiene varias líneas de trabajo. Mantener viva la memoria de Ciro Alegría en el pueblo peruano y particularmente en lo que se refiere a la literatura peruana y la lengua española. Pero no sólo eso, hay que tener en cuenta que Ciro Alegría ha sido traducido a muchos idiomas. Será un lugar donde vayan a trabajar los estudiantes, los investigadores. Tendrá una biblioteca, una cafetería, una sala de lectura, un gran auditorio, una sala donde haya representaciones teatrales, danzas de todo el Perú. Se convocará a concursos sobre Ciro Alegría o en su nombre, de novela y cuento.
Y, ¿en lo que se refiere al lugar donde nació?
Esa es una buena pregunta. Nos proponemos rescatar la casa ubicada en Chilca, prácticamente ha sido derruida, pero se puede reconstruir con los mismos elementos materiales y culturales de la zona. La idea es también comprar la casa de Chaclacayo donde murió y convertirla en un museo.
Es decir, hacer lo que el Estado, y particularmente, el INC no hicieron.
Bueno, las ideas surgen precisamente en estas ocasiones cuando se trata de volver la mirada hacia atrás para reconstruir el pasado y ver con optimismo el futuro. Ahora tenemos el apoyo del Estado, el presidente Alan García ha manifestado su voluntad política de ayudar a esa acción, es lector de Ciro Alegría y sabe, conoce la enorme importancia del centenario de un novelista tan querido por el pueblo peruano.
¿Qué planes hay respecto a las obras de Ciro Alegría?
Tenemos un plan de trabajo con los editores. Se les convocará para anunciar que se editarán los libros de Ciro que no están comprometidos en anteriores ediciones. Yo tengo un compromiso con Planeta respecto a las obras fundamentales, para la conformación de la Biblioteca Ciro Alegría. Pero, además hay libros bellísimos que han sido editados en España y que en el Perú no han circulado debido al costo. He invitado a todos los editores para tener una reunión y coordinar las ediciones que se deben hacer. Hay ediciones en sellos como Alfaguara, Alianza Editorial, Espasa Calpes, Lozada de Buenos Aires. Se trata de reeditar toda la obra de Ciro de modo ordenado y sistemático.
Hay tres libros de ensayos: Bocetos de un retrato del Perú, son trabajos literarios de Ciro sobre las regiones naturales. Luego, Breve viaje a través de la literatura, un conjunto de textos acerca de los escritores que él amó. Después, Breve viaje a través de mi literatura, donde explica cómo escribió todos sus libros. Esos datos no aparecen en sus libros anteriores. Será una revelación para sus lectores.
¿Qué podemos esperar los lectores respecto a tu trabajo sobre Ciro?
Bueno, yo tengo en estos momentos un libo que se llama Diálogo del amor y el tiempo. Reúne las cartas de amor entre Ciro y Dora Varona, su discípula, cuando eran enamorados y después novios. Es un libro que está trabajado en forma de novela epistolar, sólo faltan algunas fotografías y lo presentaré al editor que se interese, tiene dos formatos, como novela y el otro con fotografías.
¿Habrá supresiones de partes íntimas en las cartas de amor?
Cuando se publican las cartas de amor desaparecen las frases demasiado íntimas y cursis que se dicen de modo coloquial. Es muy original este hecho porque pertenece a la biografía de Ciro. Al lector, al investigador, le interesa mucho el lenguaje, la poesía, la intensidad de los sentimientos. En el libro aparece cómo empieza la revolución cubana, cuáles son sus problemas, va contando qué sucede en su entorno. Narra situaciones de su pasado, tan íntimas y preciosas como no están ni en las memorias ni en su biografía.
* Entrevista tomada del diario La Primera.
19.3.09
POESÍA AREQUIPEÑA DEL NUEVO SIGLO
Poetas jóvenes de Arequipa junto al busto de César Vallejo en la Escuela de Literatura de la UNSA. |
18.3.09
PRESENTACIÓN DE “RESPIRACIÓN DEL LABERINTO” DE MARIO SANTIAGO PAPASQUIARO
Flyer de evento. |
en la vulva radiante de la estupefacción
/ Mi droga es respirar este aire caliente /
Traducir a la luna en mi piel
: hermanar mis heridas con su savia creciente :
17.3.09
TERAPIA DE TECHO: UN CUENTO DE CAROLINA LOZADA
Seguir mirando el reloj, las manchas en el cielo raso, imaginar que con ellas se pueden hacer figuras como con las nubes. Figuras oscuras, sin alma ni movimiento.
El tránsito de los autos ha disminuido con el advenimiento nocturno. Pensar en él. No, mejor no pensar en él. El teléfono está mudo, aún tiene batería, aún da la hora, pero nadie llama.
Paredes, pisos, ventanas. Afuera la noche, adentro la oscuridad.
Dejar la tetera sobre la cocina encendida. Oír el hervor de su silbido. Dejar que se evapore toda el agua, que se queme el metal. Hedor en la cocina, humo en el pasillo. Todavía no llega el vecino.
No darle el pecho al pequeño. Dejar que llore en la cuna, que grite hasta que la noche lo duerma. Dejar al niño sin pecho. Dejar a la madre sin vida. Dejar la jeringa en el piso. Dejar de mirar el reloj. Dejar de oír las ratas. Dejar que las ratas comiencen a oler la carne.
* Carolina Lozada. Escritora venezolana (Valera, 1974). Licenciada en letras mención lengua y literatura hispanoamericana y venezolana (Universidad de Los Andes, ULA, Mérida). Es investigadora de la Cinemateca Nacional. Ganadora del I Certamen Internacional de Relato Breve “El País Literario” con el cuento “Viejo bar. Viejo tango” (Madrid, 2005); del Premio Municipal de Narrativa Oswaldo Trejo por el libro de relatos Memorias de azotea (Mérida, 2006) y del Premio Nacional de Narrativa Solar por su libro Adictos y transeúntes (Mérida, 2007). Además, su libro Historias de mujeres y ciudades obtuvo mención publicación en el I Certamen de Narrativa Salvador Garmendia (Caracas, 2006) y mención de honor en el II Concurso de Narrativa Antonio Márquez Salas de la Asociación de Escritores de Mérida (Mérida, 2005), y Los cuentos de Natalia obtuvo mención publicación en el II Certamen de Narrativa Salvador Garmendia (Caracas, 2007). Dirige, junto al escritor Luis Moreno Villamediana el Blog 500 ejemplares. Puedes leer otro cuento de CL aquí. Imagen tomada parcialmente de aquí.
FALLECIÓ ESCRITOR ACTIVO MÁS ANCIANO DEL MUNDO: NICANOR DE LA FUENTE SIFUENTES “NIXA”, PATRIARCA DE LAS LETRAS LAMBAYECANAS
Nixa recibió todas las distinciones honoríficas que en vida aspira tener cualquier escritor. Concursos literarios, círculos literarios (que llevó su nombre en la FACSHE-UNPRG 1992-1994, y que me honró en presidirlo por tres años), encuentros, coloquios, recitales, promociones pedagógicas literarias de institutos y universidades, promociones escolares, libros referenciales y hasta un parque con busto incluido, frente a su residencia en Urbanización Patasca, detrás de la IE Santa Magdalena Sofía, alumbraba las tardes con su busto que él mismo contemplaba complaciente al hacer sus caminatas diarias.
Una llamada acongojada de su entrañable amiga Tata Torres esta tarde calurosa de domingo, me daba cuenta del deceso de este entrañable escritor bonachón en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo.
Descansa en paz ilustre NIXA, el Conglomerado Cultural honró tu nombre y tu prestigio literario y como ser humano en vida y de eso estamos orgullosos.
En el mes de agosto de 2004, Julia Saavedra, Marcoantonio Paredes y yo decidimos un buen día ir a visitar a NIXA en su propio domicilio de Patasca y allí estuvo, muy solícito, en una residencia que tenía el canto permanente de pajarillos y cómodas y límpidas habitaciones, personas que lo cuidaban, que le escribían lo que dictaba todas las mañanas y llevaban a la redacción de La Industria, un jardín interior perfectamente cuidado y con muchos recuerdos y nostalgias familiares. Nos mostró unos voluminosos tomos desde donde extraía metódicamente sus crónicas de su famosa columna A propósito. Veía perfectamente, tanto que se fijó con fina coquetería en la despampanante figura de la morena Julia Saavedra, estudiante de periodismo de la UCV-Chiclayo, gastándole un poético piropo, y estampándole un suave ósculo en la mejilla.
NICOLÁS HIDROGO: Hay dos cosas don Nicanor que queremos conversar con usted: periodismo y de literatura. ¿En qué etapa de su existencia usted cree que el periodismo ha tenido más auge, una época dorada?
NIXA: El periodismo de Lambayeque tuvo mucha importancia desde los años 1925, en que nosotros formamos el Grupo Chiclayo y hubo una tremenda polémica entre mis enemigos y mis amigos, desde ahí los periódicos, los editábamos nosotros y el gobierno los clausuraba porque nosotros éramos políticos.
NH: ¿Qué periódicos recuerda usted que se hayan editado en la época?
NIXA: Primero nos clausuraron fue Critica, que los dirigíamos José Bracamonte, Juan José Lora y yo, después La Hora que lo dirigimos José lora y yo, y después Ahora que lo dirigía yo con Bracamonte, esos tres periódicos y hasta un semanario, Carteles, también lo clausuraron. José Bracamonte tenía una imprenta y él en su imprenta arriesgó todos los peligros que había y publicó los periódicos. También es así que por un semanario que publicaba sobre los cinemas, al indicar el cumpleaños de Víctor Raúl Haya de La Torre, en el mes de febrero de 1925, nos llevaron presos. Yo estuve 6 meses en el Sexto. Nosotros hemos vivido una etapa terriblemente incierta y dolorosa durante la dictadura de Benavides cuando cayó Sánchez Cerro, Benavides, el primer período de Manuel Prado y después los otros que han venidos a gobernar por la fuerza también.
NH: ¿Qué radios recuerda de sus épocas de juventud aquí en Chiclayo?
NIXA: La primera radio que se fundó aquí fue la Radio Delcar, que existió bastante tiempo, pero no llego ser a televisión sino radio no más.
JULIA SAAVEDRA: ¿Qué periodistas mujeres han transcendido en el periodismo lambayecano?
NIXA: No, no había. Los hombres eran los únicos valientes, las mujeres tenían la valentía de pegarles a sus maridos, seguramente, pero no a los políticos.
NH: ¿Usted tuvo correspondencia con José Carlos Mariátegui? ¿Que recuerda usted de esa época?
NIXA: Yo tuve una larga correspondencia con José Carlos Mariátegui, intimamos bastante pero solamente con cartas no nos conocimos físicamente, porque él murió. Cuando yo fui a Lima el ya había muerto. Mi primer libro lo recuerdo siempre, fue prologado por Antenor Orrego de Trujillo. Yo recibía de Cesar Vallejo la revista Favorable de Paris. Fui amigo de todos los escritores de Trujillo, del Norte. En El Norte me publicaron mis primeros versos en una página completa y varios artículos.
NH: ¿Con cuál de sus obras de la que usted haya publicado, se ha encariñado mas, con cual se identifica?
NIXA: Cuando uno tiene hijos usted no va saber cuál es mejor que el otro, eso pasa con los libros, me parece que todos son buenos. Yo recibía correspondencia a raíz de que Amauta publicó mis poemas, de casi todos los escritores de México, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Montevideo, inclusive en la revista Médica de Zamora, yo he publicado varios artículos, en la revista El Sol de Montevideo publiqué varios artículos, y cartas, infinidades tengo de distintos escritores.
NH: ¿Qué década de la que usted le toco vivir hubo mayor efervescencia literario o donde se dio influyo mas o se vio mas literatura en que década de su vida?
NIXA: 25, 26, 27, 28 todavía la época del 20 y algo del 30.
NH: ¿Qué balance de la literatura lambayecana, puede Ud. ya efectuar?
NIXA: Nunca he intentado hacer un balance porque la memoria ahora no me ayudaría, pero indistintamente recuerdo una cosa. Ya he perdido mucho la memoria. Tuve un golpe y se me formó un tumor en la cabeza y un médico me operó y me ha remecido la memoria, me ha hecho olvidar muchas cosas hasta el compromiso que tenía con una muchacha, me fui y me casé con otra. (Risas)
NH: ¿Don Nicanor como caracterizaría Ud. en los últimos tiempos la literatura Lambayecana, que carácter tiene la literatura Lambayecana?
NIXA: Creo que se ha quedado estancada en los poetas que ya existen. Entre los nuevos no hay nadie, no veo nadie, está un poco lento. Será que no hay periódicos que se publiquen, porque esa es la cosa que los periodistas ya no son como antes que publicaban versos, no quieren publicar versos de nadie, aunque los chicos ¿qué escribirán?
NH: Usted está tocando una gran verdad, actualmente. ¿Qué llamado haría usted a los medios de comunicación que no publican lo que antes sí se publicaba, en sus épocas?
NIXA: Ya me he cansado de escribir varias veces sobre la necesidad que los periodistas deberían tener una página como lo hacían antes El País, publicaba los Sábados Literarios, El Tiempo, los Lunes Literarios, etc. Y así todos los periódicos publicaban una parte de aspirantes a poetas y de poetas consagrados. Pero ahora no hay, el único periódico que publica cosas de los concursos de Lundero, es La Industria. Publica páginas completas, pero ahí se queda.
NH: ¿Cuál fue la última generación literaria que dejó sentado la estética literaria Lambayecana?
NIXA: La última es la que corresponde a Delgado Bravo, Rivas y Rivas, Estrella Mora y varios otros de esa época, pero ahí se han quedado.
JULIA SAAVEDRA: ¿Qué recuerdos sobre los orígenes de La Industria?
NIXA: Los orígenes de La Industria, se fundó en 1952, en febrero yo colaboraba desde la primera página, no con mi nombre sino con otro nombre, y tampoco decía “A Propósito”, si no otro membrete y otro seudónimo. El Doctor Miguel Cerro, un día me dice: está muy bueno lo que escribes de política, pero ponga “a propósito” ahí… allí está, “a propósito” desde ahí a propósito, “A propósito”, ha quedado la columna que hasta hoy sale.
NH: ¿Y cómo sale el seudónimo literario NIXA, es de repente es una unión de su nombre, de donde viene NIXA?
NIXA: En la época del vanguardismo, así como se publicaba Xavier por “J” y no con “x”, Nixa con un guión y un día el periódico La Tarde, cuando yo manejaba la página literaria me encontré con nixa, yo me molesté y me fui averiguar donde el director y el director me dijo; váyase a esa cuestión al jefe de redacción” y el jefe de redacción me dijo: Don Nicanor mejor queda nixa que sin el NOR, para qué poner el NOR, ya está demás ahí. En esos días fuimos a un congreso en Trujillo y Antonio Rivas, que era redactor literario de La Crónica, hizo la presentación de todos los escritores que habían ido, y dijo aquí también se encuentra el poeta Don Nicanor de la Fuente que se firma NIXA, porque sus ascendientes fueron mochicas. Y NIXA quedó así para siempre.
JULIA SAAVEDRA: ¿Qué periodistas de radio de comunicación recuerda usted y cómo los caracteriza?
NIXA: Los periodistas de radios no me han caído nunca bien.
NH: ¿Usted cree que se debe a que gran parte de los que hacen radio son locutores y no periodistas?
NIXA: Claro, pues hay locutores malos y locutores mediocres, salen adelante, pero una cosa: un genio no hay.
NH: ¿Qué le diría usted a los jóvenes periodistas que están cursando su carrera, ahora?
NIXA: Que se preparen un poco más, que sean más nítidos en sus expresiones, porque a veces son muy oscuros, en lo que dicen.
NH: ¿Usted sigue escribiendo en su máquina mecánica, como hace usted? ¿Dicta o como hace para enviar artículos?
NIXA: No, yo tengo una secretaria, yo le dicto, y ella copia a mano y su hermano lo saca en limpio, sino veo cómo escribo.
NH: ¿Qué obras literarias que usted conserva en su biblioteca, son el mayor tesoro que usted tiene?
NIXA: Los libros relacionados con Vallejo, la revista de Vallejo, de Amauta, tanto libro que he tenido valioso.
NH: ¿Cuántos libros más o menos tiene en su biblioteca?
NIXA: Son como 4 mil que los he donado a la biblioteca Particular de Chiclayo, La Biblioteca de Lambayeque, y la de San Pedro de Lloc. Yo nací en Pacasmayo pero viví activo aquí desde los 16 años y aquí hice mi formación cultural, yo soy como chiclayano, me casé con una chiclayana, mis hijas son chiclayanas, mis nietos son chiclayanos, menos dos que son de Estados Unidos.
NH: ¿Cuál es su secreto Don Nicanor para vivir tanto como usted, como un roble?
NIXA: Tener hijos, no sé yo tampoco sé. Yo he llevado una vida como todos los peruanos. Me he divertido, he sido bohemio. Y me ha gustado el trago, el baile, me han gustado las mujeres. Las morenas, como las de Saña por ejemplo.
NH: Usted prácticamente es un cuaderno de Bitácora, que todos los días escribe sus anécdotas que emocionan a la gente, parece que usted es una persona que guarda un tesoro fabuloso de anécdotas, recuerdos. ¿Cómo hace usted para sacar tantas memorias, tantos, recuerdos, cuál es su técnica?
NIXA: Ahí está, ¿cómo lo hago? no sé, de repente me acuerdo tal cosa y lo escribo.
NH: ¿Usted debe tener todo un registro, todo archivado, usted escribe sus memorias y las va publicando una por una?
NIXA: Ya no tengo más archivos, más que la cabeza, porque ahora ya no veo, ya no escribo, tengo que pedir que me lean y me que escriban.
NH: ¿Usted debe leer mucho de Ricardo Palma?
NIXA: El primer libro que leía fue de Ricardo Palma a los 9 años, y después muchos más y a Ricardo Palma lo conocí sentadito en su silla en Miraflores, pero no me le acerqué porque yo era bien muchacho y tenía miedo, con el Doctor Juan de Dios y Cordero, yo lo miraba lo miraba y un día en el parque me dijo venga para acá joven, dígame por favor ¿yo tengo monos en la cara? No, Doctor y entonces ¿por qué me mira tanto? Porque me llama la atención que, usted siendo chiclayano, siempre solito en esa banca. Yo venía hacerle compañía, ¡ha, mucho gusto!, siéntese, y nos pusimos a conversar, y fuimos a ver a mis amigos. Lo mismo me pasó con Enrique López Albújar, el novelista éramos íntimos amigos, como lo he sido con Antenor Orrego.
NH: Don Nicanor usted es casi una leyenda, usted es un ejemplo para los jóvenes de Lambayeque, lo conocen mucho por sus escritos, pero no en persona, a mucha gente le gustaría tener el privilegio de venir a conocerlo acá a su casa ¿Qué le diría a todos los jóvenes de colegio, de universidades, que quieren conocerlo?
NIXA: A los de colegio siempre le voy aconsejar que siempre estudien, que estudien. Porque yo, tuve que educar a mis hermanos, después me casé y tuve que educar a mis hijos.
JULIA SAAVEDRA: ¿Resaltaba usted bastante en sus notas?
NIXA: No era muy destacable, yo era muy adicto a la historia, a la geografía.
NH: Don Nicanor le estamos dejando una nueva caricatura, de las tantas que usted tiene, él es un pintor conocido aquí en Lambayeque, Marco Antonio Paredes, le estamos dejando caricatura y nuestros nombres.
NIXA: Se parece a mí o a ti. (jejejejeje).
(Apoltronado en su cómodo sillón, con su bastón monacal, su mirada dulce casi azul, sus manitas arrugadas por casi estar en dos siglos, dejamos a don Nicanor de la Fuente, sonriente y complacido que la gente de la literatura nos preocupemos por él).
Jorge Basadre decía que sin azar no hay historia o que de no concurrir el azar, la historia sería muy distinta de la que es. Entonces, bien podríamos decir que debido al azar del destino, dos escritores como Nicanor de la Fuente o Nixa y César Vallejo, se unen en una fecha memorable. Vallejo nació el 16 de marzo de 1892 (falleció en París en 1938). Nixa nació el 16 de setiembre de 1902 (San José de Bellavista, distrito de la provincia de Pacasmayo) y falleció ayer en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo. Sin embargo, ambos poetas serán recordados no tanto por la fecha, sino por la trascendencia de la obra literaria de cada uno. Nixa escribió un libro vanguardista titulado: Las barajas y los dados del alba (1938). Pero la crítica no le puso el debido interés. Habrá que esperar otra generación para que sea debidamente valorado. Nixa hasta antes de su fallecimiento siguió escribiendo con infinita pasión.
* Fuente de texto e imagen: Diario La Primera.
16.3.09
GREGORIO MARTÍNEZ GANA EL PREMIO COPÉ DE ORO DE ENSAYO 2008
Autor de Canto de sirena, Gregorio Martínez. |
Las finalistas del Copé de Ensayo (sólo se publicaron los seudónimos):
*Fuente: Diario El Peruano.
15.3.09
CANTARES DE ORFEO: EPICIDAD E INTERTEXTUALIDAD EN «SPARAGMOS» DE MAURIZIO MEDO
Una reflexión de John Dewey sobre la seriedad y validez de la obra de arte dice: «Cuando la estructura del objeto es tal que su fuerza interactúa felizmente (pero no con demasiada facilidad) con las energías que surgen de la experiencia misma; cuando sus afinidades y antagonismos mutuos colaboran para producir una sustancia que se desarrolla acumulativa y certeramente (pero no con demasiada regularidad) hacia la plenitud de los impulsos y las tensiones, entonces, sin lugar a dudas, estamos ante una obra de arte». Lo mismo podemos decir estando frente a la obra última de Medo. Después de Manicomio (2005), la poesía de Maurizio Medo (Lima, 1965), ha venido a ocupar un lugar espacioso en la región hispanoamericana. La aparición de Sparagmos, (coedición de Cascahuesos Editores y ASALTOALCIELO/editores, 2008) confirma nuevamente la importancia de este poeta. Sparagmos viene a ser la plenitud de los impulsos y las tensiones escriturarias, pero, sobre todo, la babelicidad del lenguaje como el gran héroe en esta larga avenida de las trashumancias y las letanías que Dios y nosotros mismos, en una ignominiosa complicidad, nos hemos honrado en regalarnos.
Ahora bien, siguiendo a Dewey, las afinidades a que hace referencia, vendrían a ser, en Sparagmos, los referentes intertextuales, que, parte de la idea, el mismo título alude: Sparagmos es lo que las Ménades de Tracia le hicieron a Orfeo: lo despedazaron, hicieron una traslación múltiple de su cuerpo (Otros como Dionisio, también corrieron la misma suerte). En el caso de Orfeo, su cabeza, arrojada al río Hebro, fue a dar a Lesbos, muchos dicen que llegó hasta allí entonando unos cánticos extremadamente fabulosos, tan profundos eran que hasta las piedras y las flores marchitas cambiaban al oírlo. Esta idea de traslación que parte desde la epicidad griega hasta nuestros días, tiene ese matiz, según Lawrence Norfolk, de corrección con esa especie de mantra que cubre a la literatura en general. En el desmembramiento o “sparagmos” de Norfolk se subastan los derechos territoriales y lingüísticos, ocurre la desterritorialización de la palabra, y eso no es otra cosa que lo que se ha venido a llamar intertextualidad según Kristeva y, en esa misma línea, aunque con otros registros denominacionales están Deleuze, Genette, Hutingartes, Garaeen y, hace poco menos de un año, las descabelladas ideas-estudios intertextuales de Lluha Fairlight en la obra de Bolaño y Pere Gimferrer. Así como en la obra de Vallejo y la de Gamoneda.
En «Verdad y método» su autor, Gadamer, utiliza el concepto de «formatio» para acuñar la idea de que el ser humano se apropia de aquello en lo cual, y a través de lo cual, se forma. La «formatio» tiene que ver con la tradición cultural, vista no como un ente monolítico, sino como una constante reinterpretación y reactulización del lenguaje configurado a través de los más diversos textos. Es el eterno devenir del espíritu; la articulación de la visión del mundo que teje el ser humano al incorporar a su «saco cultural» los símbolos, la historia, los mitos, los referentes artísticos y otros elementos que anidarán en su inconsciente. Hay un poema de Medo titulado «Síndrome Rimbaud» que concluye así: «ahora quiero escribir pero… / Me sale espuma, me sale espuma / por todos los orificios deste cuerpo. (p. 323)» Y el humanamente Vallejo sale a decirnos aquí estoy, aún vivo; ésta es la poesía.
Y es que una característica esencial de la «formatio» consiste en mantenerse abierto hacia el otro, hacia puntos de vista diferentes y más generales. Al tener la capacidad de reflejar el alma propia en la de los demás, la conciencia es capaz de operar en todas direcciones, integrándose así al devenir universal, en un sentido general y comunitario. En el poema «Centón del comedero», Medo cita un verso íntegro de Antonin Artaud: «No quiero seguir viviendo contigo bajo el miedo (p. 273)». Otro ejercicio intertextual es «Naturaleza muerta» que alude al poema «Naturaleza muerta de Franz Kafka» de José Kozer. O la alusión a Oquendo de Amat cuando éste decía «se alquila esta mañana» y Medo dice en el poema Rutina: «se alquila razón», o cuando hace referencia a Manrique en el poema Gilda y escribe: «morir no es dormir / es despertar».
Para Julia Kristeva, la intertextualidad es algo que hacen autor y lector como una práctica, es la pragmática de la lectura. Guía la traducción como lectura de textos. Y es por que en todo texto, la información auténticamente nueva es relativamente poca muy poca, lo que fundamentalmente hay son llamadas o referencias a otros textos (títulos, epígrafes, parafraseos, pies de página y otros nexos que generan híbridos de hipérbole semántica como: parodias, pastiches y el kitsch). La lectura es un reciclaje de otros textos. Incluso los textos clásicos pueden entenderse así. Kristeva desarrolla el concepto de intertextualidad a partir del dialogismo de Mijail Bajtin. Éste pretendía explicar que todo texto literario es, en el fondo, un cruce de otros textos (no existe un texto literario puro). Desde el momento en que un texto cita el habla popular, otros géneros… ya conocidos por el lector se establecen relaciones dialógicas. Por ello podemos afirmar que los únicos «textos puros» serían los libros sagrados. El mismo Bajtin habla de corrientes subterráneas que conectan diferentes textos. Éstas son cuestiones culturales que aparecen en diferentes formas de manifestación con otros nombres. Así, Sparagmos parte con tres epígrafes, uno de ellos es de Barthes, quien se refiere a la desaparición del autor y a la existencia del sujeto discursivo. Y para Medo la línea fractal, en términos de Deleuze, es la misma conexión que Kristeva llama intertextualidad, esto supone entonces la detección de que unos, —en realidad muchos textos— están conectados con otros textos. Cualquier cita, cualquier aspecto que nos suena de una novela o de una película y lo reconocemos en otra esto implica intertextualidad. Gerard Genette desarrolla más a fondo el concepto de la intertextualidad. Para Genette, lo que Kristeva llama intertextualidad debería llamarse como transtextualidad: relaciones entre textos o cruce entre ellos, pero con un basamento en la nueva escritura del autor.
En Sparagmos, como en Manicomio, lo que acontece es la escritura, la exasperación del vocabulario, el estatuto del discurso verbal que va generando una conciencia imaginista, de este modo, ciertas tendencias, como la extrema poeticidad y «experimentalaidad», la idea de disolución y a la vez la idea de congregación, lo raro y lo confuso, el fragmento, el engaño, la sofisticación, lo vago, lo fugaz, la invención de palabras, el enardecimiento de un erotismo tierno y brutal al mismo tiempo, el gusto por la estilización, la ruptura con el tiempo alienante, un discurso surrealista a la pura seña de Patti Smith; todo esto se puede resumir en una poesía que no se porta bien y que, en consecuencia, podría remitirnos a un cierto neobarroso después de Perlongher. El sentido discursivo de la obra de Medo tiene un punto de partida que es requisito indispensable para la escritura y el mundo poético: el estado de ánimo del poeta. Melancolía y locura en un vaso para beberlo a grandes tragos.
Hipócrates (460-375) fue el primer médico que consideró a la melancolía como síndrome clínico. La voz del sujeto poético de «Sparagmos» padece una profunda melancolía que a veces se semeja a la de Rimbaud, porque una melancolía de esa magnitud siempre deriva en locura y Rimbaud sentía una extrema predilección por esta forma o estado de demencia casi como Van Gogh o como el cuervo pintado en los versos de Poe, o el albatros de Baudelaire que se encargaba de despeinar la calma y la esperanza: «Qué plena la soledad cuando es anónima. / Qué inerte ésta, mi soledad, alberga un nombre (p. 102)».
Pero también, Sparagmos es un intento de asir la vida a través de la meditación de la muerte, porque sólo en nuestros límites hallamos nuestra libertad; y así, el espíritu del poeta medita a rabiar. El ser esencial del poeta busca hacer trascendente y transitiva la preocupación y la aceptación de nuestra realidad que no es otra cosa que nosotros mismos. En pocos poetas se halla tan excelente adecuación del discurso meditativo a veces y, otras veces, basada en una escritura casi desenfrenada, casi surrealista. Cielo e infierno juntos. ¿Paraíso acaso? Adecuación entre concepto poético y realización literaria. La poesía de Medo es la poesía de la verdadera acción en los límites de los límites. Sus versos presentan una intrepidez intelectual porque son el testimonio de que el poeta se encuentra en la arista de todos los riesgos, y es que en las más de las veces sitúa al lector en una disyuntiva que oscila entre la frivolidad, la preocupación, la confusión, la traslación, el homenaje y, la babelicidad del lenguaje como un remedio a la paz del poema común.
Rilke escribió: «y no tener patria en el tiempo»; las pulsaciones de la poesía de Medo son de una inminente seguridad en su estilo, en su discurso, su fenomenología poética está siempre alterada por el constante pulso del duro ejercicio interior. Esta poética alcanza una serenidad sólo posible con la plena aceptación de la vida en el corazón de la muerte. Hay una lucha intensa que va desgarrando los lugares de meditación. Hay derrumbes, rebeliones y lamentos. Erizar la piel y ablandar o endurecer el corazón, parecen ser los objetivos de este discurso. Al final diremos que son poemas como botellas cargadas de vino griego para brindar en Italia o en Croacia, pero con la plena convicción de embriagarse y luego danzar con Baco, Orfeo, Virgilio, Dante, Jasón, Ícaro, Lu, Gilda, Alicia, Sofía, Carrol, el falso Ginsberg, Rimbaud, Verlaine, Vallejo, Desnos, el mandril, Méndez, Francesca, Pound, Valdelomar, Medo, Shakira, Illia Kuryaky, Mozart y los demás.
Hay veces que en «Sparagmos» sucede una comarca sin vientos ni granizadas, pero es sólo una calma breve, una afirmación de la vida en la muerte y de la muerte en la vida, o como decía George Bataille en «El erotismo». Habitamos un tiempo donde todo está sujeto a su perecedera condición, donde ya ni siquiera los valores tienen tiempo para incorporarse y arraigar en la sociedad, todo parece que fuera solamente una interminable duda. Pero ¿debe la creación literaria y, poética en este caso, portarse bien? ¿No será más bien que su agresividad debe ser la vida o el punto de partida de su autenticidad que parte desde una épica insólita? Cada día, la poesía de Medo se torna un tanto más radical en esto: si la lengua literaria no se despliega a partir de un sustantivo anacrónico (si no nace ajena a los avatares del tiempo), sólo servirá, con mayor o menor fortuna estética, a los dictados de una moda, o —lo que es lo mismo— a las imposiciones de los cánones y entonces se tornaría en continuidad sin cambio, al margen de la intertextualidad que es más interna, más cercana y a la vez necesaria.
Si este riesgo no se le exige a la escritura poética más actual, ya no se podrá decir que son pocos los que son capaces de atreverse a dar el salto permanente en el vacío, ese salto que toda verdadera poesía debe dar. El mismo Perlongher decía de su neobarroso: que era «una desterritorialización devastadora que tomó la vida de una artificialización extrema del lenguaje». Este es un artificio del artificio porque la verdadera poesía, la que no se puede definir, sino sólo «reconocer», habla sobradamente por sí misma, no transa, exige respeto, y en suma, sale victoriosa de cualquier acoso que se le quiera hacer. Medo ha creado belleza a partir de las palabras y eso se lo debemos, nosotros, los que existimos sólo por las palabras.
Dylan Thomas un día escribió: «De los suspiros algo nace / que no es la pena, porque la he abatido / antes de la agonía; el espíritu crece / olvida y llora: / algo nace, se prueba y sabe bueno, / todo no podía ser desilusión: / tiene que haber, Dios sea loado, una certeza, / si no de bien amar, al menos de no amar, / y esto es verdadero luego de la derrota permanente». Y ocurre una similitud con Medo, en el tercer poema C@ntig@.com: «otra vez curvado ante el fulgor azulino / compongo discursos a Perséfone / conmuevan y me otorgue el don / de mar que perdí. / En esta cabina alquilada, como si amor / fuera cosa de arrendar, / (dos soles cincuenta para Ronald), / y darle al teclado mismo Mozart / hasta saber algo de ti. / Mejor el Hades que el caos donde navego / aterrado por criaturas de MTV. / Shakira, Illia Kuryaky and the Valderramas / hubiesen bastado para que Jasón abdicara. / Pero no soy un argonauta, / tengo veinte / y te amo, rpúrpura. (p. 93)». Y líneas antes, en La feria de las tinieblas, Medo nos dice: «Escupo dolor donde luna desangra. / Sobre los fuegos de destituidos. / Sobre el hambre en los platos vacíos. / Sobre las mentiras con las que remonto su agonía. / Sobre el dolor. / La noche me sedujo enjoyada en su suave piel canela, / convirtiéndome en su sombra, aún a plena luz. / —Preferiría ser ciego antes que verte partir. / —Es absurdo— respondió. / Y la ciudad se me fue a pique con su rostro. (p. 39)».
Esta remitencia al entusiasmo lezamiano o su pasión por ese cierto malditismo más tópico y real, actual —pero también tan recurrente a otra estancia de la epicidad griega y latina—, posee una prestancia que poco a poco va distanciándose de otras poéticas hispanoamericanas, inclusive de las que marcan esas mismas características. En realidad, la recreación o la traslación, el sparagmos en sí, es el de unas fuentes previas, es algo tan connatural a la literatura que con razón se ha dicho que la «Eneida» pudiera verse como una suerte de «fanfiction» de Homero, en la medida en que las aventuras de Eneas son una continuación realizada por Virgilio del ciclo troyano. Es decir, algo parecido a lo que en el cine se llama el recurso a las «precuelas» o «secuelas» de un argumento o un canto como mecanismo de formación de una serie, de modo que la «Eneida» sería una «secuela» el mismo modo que la recreación de las historias anteriores de los héroes troyanos serían una «precuela». Medo no se va a los inicios griegos/latinos para quedarse allí, pero se ampara en la estela nietzscheana como en los fragmentos de Heráclito, de Pascal, inclusive en las reflexiones de Wittgenstein, allí se advierten los textos descontextualizados, es decir des-contextos y en consecuencia multicontextos y desde ese aroma de epicidad se vuelve en un lugar de regocijo para la posmodernidad, a una cabina de Internet, a una tienda Mc Donald’s.
El mismo Derrida en un análisis deconstruccionista se refería a este asunto en su estudio sobre Rousseau donde concluía que «Toda palabra tiene un significado diferente cada vez que aparece en un nuevo contexto, y esto independientemente de la cronología y de la intención del autor». El resultado es que un texto es en realidad un número indefinido y potencialmente infinito de otros textos, tal como lo corroboraría más tarde Katherine Hayles.
Desde la perspectiva intertextual, la consideración de los hipotextos subyacentes a estos textos nos lleva a indagar sus fuentes no sólo en los conocidos patrones de la mitología (epicidad), sino en una gran variedad de textos de la tradición folklórica y/o literaria. Correlato de culturas, diría el propio Medo. Todo ello tiene que ver con una cultura de la posmodernidad, que por un lado ha hecho del reciclaje y la hibridación, dos mecanismos básicos en su producción artística, lo cual se hace patente en este nuevo libro de Medo, aquí pues las series donde el mestizaje de contenidos, géneros y técnicas aparece por doquier; como una locura muy razonada. Capaz solamente de ser reconocida desde la perspectiva de la estética de la recepción, allí donde reaparece un poeta escribiendo sobre los muros electrificados de un manicomio o un lector con sapiencia de hermeneuta envuelto en la poesía: simbiosis de la construcción artística el poder de la imaginación y la capacidad explorativa.
El sincretismo de Medo (mezcla de géneros y de motivos o mitologías) que estructura a Sparagmos, deja en suspenso marcas diferenciadoras antes aceptadas o comunes en la poética del siglo XX o en la poesía tradicional (como la extensión del poema, su ritmicidad/historicidad, su unilinealidad, la jerarquía del ritmo y partes dentro del macropoema) sería, pues, la nota dominante. Los imanes que mantienen unidas estas series poéticas en Sparagmos son el lenguaje/héroe (protagonista, cual Dante atravesando el infierno) y/o el mundo ficcional a veces como relato unido por las continuas referencias textuales que aluden a geografías (Grecia, Italia, Perú, Chile, Arequipa, Huamachuco, Cusco, etc.) y, por supuesto a los personajes mencionados líneas arriba. Son estos entes quienes interactúan como auténticos contenedores de todas las posibilidades de desarrollo. Todo ello le presta, además, un aire muy posmoderno a este libro de Medo que, en realidad recicla y recombina muchos materiales, y desmantela códigos o valores obsoletos y modernos.
Además, el carácter de obra abierta hace que tales series, en su conjunto, tengan la apariencia de un texto de múltiples escrituras que se van superponiendo, puesto que al ser un universo no cerrado sino compartido los sucesivos autores o «versionadores» irán reescribiendo estos argumentos metapoéticos o, en otro caso, irán añadiendo nuevos elementos.
El lenguaje de Medo en Sparagmos tiene también una simetría dispersa, nebulosa casi entre las fronteras del vacío en que se encuentra el pensamiento de lo que refería Lacan sobre el lenguaje (la interrelación entre estructura del inconsciente y lenguaje, la primacía del significante sobre el significado, y que sólo accedemos al inconsciente mediante la representación de las imágenes oníricas a través del lenguaje). Medo, como poeta, está interesado en enfatizar que esas imágenes tengan una significación distinta, volátil al ser parte de un flujo de imágenes oníricas que van desapareciendo con la misma celeridad con la que aparecen (El enfoque estático de la literatura ha sido sustituido por el dinamismo del postestructuralismo semiótico). Esto es, se escapan de ser atrapadas por un significado fijo y estable.
Tenemos así una primera interrelación entre la concepción del lenguaje inconsciente, según es descrito por el psicoanálisis, y la teoría del lenguaje literario propuesto por Benet, según la cual el lenguaje (comenzando por los vocablos) carece de un significado estable.
Así, el onirismo de las imágenes de la poesía de Medo raya a veces con la vigilia y lo pesadillesco. Se alberga en lo conversacional. Su discurso, desde lo retórico es una anti-retórica; desde lo metalingüístico y lo moral destruye los pilares de su mundo. Lo «maldito» no sólo está en el tema, está en la forma de escribir: «Poetas, poetas, poetas. / Esos perros cagan piedras. / Espuma y humo exhalan. / Y nunca nos dicen nada. / Son inútiles. / Jamás tendrán visa / en el nirvana. (p. 326)».
En suma, podemos decir que el aura triunfal en Sparagmos es una construcción de imaginarios lingüísticos. Estas series poéticas utilizan medios recurrentes y no recurrentes, como la formación de estos mundos autoconsistentes a través de procedimientos tomados del mito (por ejemplo, las cosmogénesis peruanas, genealogías griegas, itálicas…). Y la poesía serial de Medo es inherente a una nueva propuesta en continua expansión, que a partir de un tronco inicial se ha propuesto desarrollar múltiples itinerarios de epicidad, sobre la base del marco común de un espacio (geografía), un tiempo (cronología) y/o un repertorio de personajes.
Así pues, sobre estos pilares está construida la idea de la existencia de un patrón en esta saga poética de Medo (Manicomio, La trovata, en esencia), reunida esta vez en 370 pp., series poéticas que, más allá de las marcas de los subgéneros clásicos (barroco, especialmente), aspiran a crear mundos autoconsistentes, ensanchando siempre una especie de frontera, aparentemente indisoluble de la creación y, esa experimentalidad que desborda las márgenes de humo que pretenden cerrar el paso de una nueva poética hispanoamericana.
Ahora la extensa avenida de las trashumancias huele a vino e incienso, a chicha y flores negras; pasa un cortejo de Baco, canta la cabeza de Orfeo. Medo toca la cítara. Propercio, Tibulo y Ovidio mueren otra vez y alguien (¿Eurídice?) cerca los jardines con sus huesos: la poesía está ungida de eternidad.
14.3.09
JACQUES LACAN Y WITOLD GOMBROWICZ
La inteligencia de Lacan era tan seductora que despertó la admiración de nuestra Victoria Ocampo en los viajes que hacía a París entre las dos guerras mundiales, aunque nadie puede asegurar que haya ido más allá de un apasionado flirteo, a pesar del gusto que tenía esa dama tan elegante por ir a la cama con personajes destacados.
Gombrowicz vivió en la época más agitada del siglo XX, a la gente se le había dado por pensar y las ideas deslumbrantes salían de las cabezas a una velocidad vertiginosa. Gombrowicz era perezoso pero no podía dejarse estar ni quedarse atrás, más aún estando en Europa, y en esto Dios le dio una mano.
Los franceses empezaron a hacer correr como reguero de pólvora el comentario de que su idea de la forma se había adelantado treinta años al estructuralismo con el que tenía un gran parecido.
Europa hervía con esa teoría común a varias ciencias humanas: la lingüística, la antropología social y la psicología, que concibe cada objeto de estudio como un todo cuyos miembros se determinan entre sí, tanto en su naturaleza como en sus funciones, en virtud de leyes generales. Antes de que surgiera la moda del estructuralismo Marx ya había intentado establecer científicamente las condiciones de la estructura social que, según su concepción materialista, estaba determinada por el modo de producción y por las relaciones entre las clases sociales sobre la que se apoya la superestuctura institucional, jurídica, moral e ideológica de la sociedad.
Y Freud había elaborado un modelo estructural para el inconsciente reprimido con su sistema del yo, del ello y del súper yo.
Y, también, antes de la moda estructuralista, Saussure diferencia en sus estudios sobre lingüística a la “lengua” del “habla”, considerando a la lengua como un sistema de signos independiente del uso que de él hace el individuo, habiendo sido esta idea la inspiradora del estructuralismo. Durante las décadas del 40 y el 50, la escena filosófica francesa se caracterizó por el existencialismo, fundamentalmente a través de Sartre, aparecen también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia. Pero hay algo que cambia en la década del 60 cuando Sartre se orienta hacia el marxismo y surge una nueva moda, el estructuralismo. Strauss en la etnología, Lacan en el psicoanálisis, Altuhusser en el marxismo y Foucault en la epistemología, por decir algo, aunque él no se reconocía como estructuralista.
Treinta años después de muerto Gombrowicz me puse en campaña para publicar las cartas que me había escrito desde Europa y me encontré enseguida con la oposición cerril de la Vaca Sagrada, así que le pedí ayuda a un catalán refugiado en Francia, amigo de ambos, a ver si podía vencer esa resistencia implacable, pero no se mostró muy entusiasmado que digamos.
Louis Soler, profesor de la Universidad de París, casado con Colette Soler, una connotada lacaniana, tradujo, presentó y publicó en Francia la primera nota que escribí sobre Witold, “Gombrowicz está en nosotros”.
“¿La queremos ayudar, o no? Si la respuesta es sí, será con seriedad y paciencia, no con ironía, tono conminatorio y un ultimátum cada tres o cuatro meses. ¿No te parece? […]”.
“Las cartas de Witold con detalles muy interesantes y otros que sólo lo son porque se trata de un gigante, y a los gigantes le toca comer, dormir y alojarse igual que a los enanos”.
En junio del año 1998 le conté a Soler que “Emecé” me iba a publicar las cartas y le pedí que no se lo dijera a la Vaca Sagrada. Este fue el principio del fin.
“A ella no le diré nada porque no soy soplón. Pero a ti te diré que Rita hace tiempo que está al tanto de tus negociaciones con ‘Emecé’ y con otras editoriales de otros países (lo único que no sabe es la fecha de publicación). […] Tu argumento que en la Argentina y en otros países la ley es diferente que en Francia no vale. En cambio esto sí que es posible: que un editor decida no respetar las leyes si piensa ganar más dinero con una publicación que lo que le costará un juicio perdido (lo mismo pasa con los buques petroleros que echan porquerías al mar: les ponen unas multas, ¿y qué? Esto no es nada para ellos)”.
Para conseguir que desistiera de mi propósito malsano me acercó un argumento personal y dramático.
“En 1996 quise publicar un poema de amor de Lacan que me había regalado la destinataria y propietaria del escrito, pero no pude, la familia de Lacan ya fallecido nos amenazó con un proceso. Cedí, mis medios no me permitían luchar con los que tenían la ley de su lado, que es lo que hará el agente literario de Rita contigo, si es que insistes con tu idea, para defender sus derechos”.
Le pedí que si podía no le diera un carácter definitivo a lo que me estaba diciendo y que, si no podía, la forma nos iba a llevar a los dos a la mismísima mierda. Y nos llevó nomás, un año después, cuando apareció “Cartas a un amigo argentino”.
Poco antes del final me contó todavía que estaban peleando como leones contra Jacques-Alain Miller, el mentor del Gnomo Pimentón, a un paso de un nuevo cisma lacaniano.
Por más que uno mire con los ojos de la ciencia la forma en la que se encadenan los acontecimientos, el resultado al que llegamos algunas veces nos parece milagroso, tanto como nos parece milagrosa la aparición de uno de los protagonistas de “Filimor forrado de niño”, uno de los dos cuentos que Gombrowicz mete en “Ferdydurke”.
“A fines del siglo dieciocho un campesino, nacido en París, tuvo un hijo, y aquel hijo tuvo un hijo, y ese hijo tuvo a su vez un hijo y luego hubo otro hijo… y el último hijo, campeón mundial de tenis, jugaba un mach en la cancha del Racing Club parisiense”.
El encadenamiento de los acontecimientos psicoanalíticos en todo lo que concierne al club de gombrowiczidas se presentó más o menos así. En la segunda mitad del siglo XX, Jacques Lacan, nacido en París, tuvo un yerno, Jacques-Alain Miller, y de ambos nacieron unos miembros del club que participan de estas historias verdaderas, a saber: el Gnomo Pimentón, Louis Soler, Jean-Michel Vappereau, y más recientemente el Gran Ortiba y Jorge Gómez Alcalá.
Los cismas lacanianos que se producen en las organizaciones tanáticas que preside el yerno de Lacan son frecuentes, violentas y contagiosas, tanto es así que en una de las historias verdaderas a la que di en llamar “Los problemas del diván”, tuve que hacer comentarios sobre uno de sus epígonos más fervientes y miembro destacado del club de gombrowiczidas.
“El Gnomo Pimentón, uno de nuestros gombrowiczidas más señalados, ha despachado desde el diván a muchos pacientes con suerte diversa. Director de una organización de orates a la que dio en llamar “Fundación Descartes”, es un destripador de psiques que ha enloquecido a una gran cantidad de personas siendo uno de los casos más notables el de Cara de Ángel […]”.
“La relación amarga que tengo con el Gnomo Pimentón no me dejaba ver con claridad si mi conflicto era con el diván o con él mismo, pero la aparición reciente en el club de gombrowiczidas de un psicoanalista de pura cepa tan encumbrado como él me puso al descubierto que el desencuentro es personal.
En efecto, Jorge Gómez Alcalá me ha dado pruebas sobradas de que mi talante existencial no es tan ajeno a su profesión de una manera amena y afectuosa que espero dure, como decía la madre de Napoleón […]”.
“De la observación atenta de las fotos que forman parte de este gombrowiczidas podemos deducir la fuerza destructiva que emana de las rostros de Miller y del Gnomo Pimentón y, en cambio, la plácida y esfumada contemplación del mundo que realiza Jorge Gómez Alcalá”.
Una de las particularidades más destacadas del yerno de Lacan, a más de la violencia, es su versatilidad, una versatilidad que nos recuerda a la de otro ilustre miembro ilustre del club: Revólver a la Orden.
“[…] de las ‘psicosis no desencadenadas’, de los lazos entre Borges y Lacan y del ‘supuesto saber’ del presidente electo Fernando de la Rúa: de casi todo habló Jacques-Alain Miller […]”.
Sea por su versatilidad, sea por su violencia, o sea por lo que fuere la cosa es que Jorge Gómez Alcalá publicó junto a “Los problemas del diván” un texto en el que se refiere al Gnomo Pimentón y al yerno de Lacan aunque sin nombrarlos.
“El Club de Grombrowiczidas del que forma parte ‘Goma’, que es como llaman al autor de la nota, hace referencia a dos connotados psicoanalistas.
Ambos son conocidos por mí y por la relación que he tenido con ellos no me produce extrañeza el ‘desencuentro’ producido.
No voy aquí a dar más detalles, sólo alegrarme de que Juan Carlos haya comprendido y sabido distinguir lo que son diferencias ‘personales’ y ‘sectarias’, con lo que supone una disciplina como el psicoanálisis”.
13.3.09
PALABRAS POR BALAS: POEMAS DE FILONILO CATALINA
1.
(Porque la memoria no es una flor)
Hasta acá el olvido y la palabra
desde acá el cuchillo
¡dónde está
la boca para este pan!
A quién preguntar
por el nombre de los sueños que hacen la noche más pesada
a quién
¿por los niños que aún duermen sin más alimento
que la tierra entre sus bocas y de ojos abiertos?
hasta acá la golondrina
y la voluntad de las hormigas
¿Dónde está
y desde qué cuerpo se alzará la verdad?
Quién responderá
por los sueños a medio comenzar
por los pasos que no encuentran por donde regresar
quién por las voces ¡tantas voces!
quién por los himnos ¡tantos himnos!
quién por los vivas ¡tantos vivas!
Hasta acá la herida
Y desde acá la cicatriz.
2.
(Para todas las comunidades que luchan por su espacio)
Llora el viento
Más allá del metal
Atraviesa el desierto
Sin más compañía que el recuerdo de su madre
Hermosa y alta
Más alta que la voz del águila
Si hasta el más humilde brote de hierba
Opone resistencia cuando lo van ha sacar de su tierra
¿Por qué no el hombre?
Un hombre
Traza un círculo más grande que el planeta
Y comprueba que no hay número mayor que el UNO
Ahora el fuego
Atizado por tu tibio silencio
Ahora la tierra
Herida por tantas cosas que se avientan contra su seno.
3.
(Con el mayor respeto y cariño para Vladi y Yoyo)
Si ves llorar a un geranio que atraviesa tu solapa
Cuando no un cantu
Y si es un geranio rojo
No bastará la artritis de la lluvia
Ni la voz aguardentosa del chihuanco
Y si se alza
Como un puño endurecido por los callos
La flor de papa sobre el lomo agreste de los campos
No podrán nada los discursos
De los presidentes ni el de los papas
Digo es un decir
—Como diría el cholo Vallejo—
Si la coca
Un día te sabe amarga
Pues levanta la mirada
Conversa con tu estrella más alta
Aliméntate del cosmos
Dale un sorbo a la mañana
Y ven
A mano y corazón armado
Que siempre te estaremos esperando.
4.
(Para mis amigos en la ciudad)
Que no te importe
Si la “crisis mundial” se agranda
Tú aprende a encender una fogata
Una fogata te dará calor y hervirá las papas
Que no te importe si los bancos se hunden como barcos
Tú aprende a descifrar el lenguaje de los pájaros
El lenguaje de los pájaros te dirá el tiempo exacto
Para que —con ternura—
Hundas
Tus manos sobre el campo
Que no importe si se incendian los palacios
Tú todavía tienes:
El amarillo canto del canario
La timidez de los geranios
La humildad
De los caminos que extrañan tus pasos
Que no te importe
Hasta dónde caiga la tristeza de las bolsas que sólo tiene plata
Aprende:
A encender una fogata
A escuchar la voz de los chihuancos
Abrir surcos en la tierra con tus manos
Aprende que los males nacen fuera de los campos.
5.
(Para José María por sus últimas palabras)
El amarillo canto del canario
Sobre un paisaje verde
Tendría que bastarnos
Debería el hombre
Morirse de amor
Para tener
—al menos—
La certeza de lo que está muriendo
Y no morir como muchos en estos tiempos
(Es decir sin saber de qué ni cuándo)
(Con admiración desde siempre para todos los hombres que ofrecen su tiempo y sus vidas por la causa justa)
FILONILO CATALINA
*En la imagen: Juan Yufra, Rubén Soto, José Córdova, Vladimir Herrera, Filonilo Catalina y el sobrino de VH. Tomada en la plaza de Lampa en el I Encuentro Sur Peruano de Escritores “Lampa: el lugar de mis sueños”. Puedes leer más poemas de Filonilo Catalina aquí.