25.11.09

MÁS NOVEDADES SOBRE EL III FESTIVAL DEL LIBRO, AREQUIPA 2009


Nos llega el programa del III Festival del Libro, Arequipa 2009. Lo primero que hay que destacar es la pluralidad que encontramos en la nómina de invitados a un evento, usualmente reservado para los escritores consagrados, quienes, obviamente, estarán presentes: Rodolfo Hinostroza y Antonio Cisneros, por ejemplo, coincidirán en ese mismo espacio de reflexión y diálogo —¿no es este el sentido de este tipo de eventos?— con Carlos Germán Belli —uno de los pilares de la poesía castellana—, Mario Montalbetti y César Gutiérrez.

Se anuncia también la llegada de José Kozer —poeta fundamental de la onda neobarroca y que recientemente ha sido publicado por una editorial de Arequipa—, Raúl Zurita —quien anteriormente ya visitara la Ciudad Blanca— o de autores como Ernesto Carrión —autor de Demonia Factory, libro emblema dentro de la nueva poesía latinoamericana—, Paula Ilabaca —una de las protagonistas de la “novísima” chilena— o Damaris Calderón —poeta cubana radicada en Santiago, y que en los últimos años publicó libros tales como Duro de roer y Los amores del mal. Pero no todo viene de afuera. Para destacar las participaciones de Mónica Belevan —joven escritora limeña—, José Carlos Yrigoyen y Paul Guillén.

Pero no todo es poesía, en el III Festival del Libro Arequipa 2009, parecieran borrarse las diferencias entre “andinos” y “criollos” —cosa de limeños— pues en la nómina encontramos a Miguel Gutiérrez (El mundo sin Xóchtil) y Alonso Cueto —Premio Herralde de Novela 2005, y autor de libros como El vuelo de la ceniza o La batalla del pasado—.

Ni tampoco todo es literatura. Magaly Solier, por ejemplo, estará también para tener un encuentro con los niños o para hablar sobre Warmi, su reciente producción discográfica. Se anuncia también a Julio Cottler, quien junto con otros intelectuales de la talla de Henry Pease, Pepi Patrón o Aníbal Portocarrero, estarán junto al grupo Teatro del Purgatorio (Bolivia), al humorista Carlín —quien presentará una muestra con lo más destacado de su producción gráfica— o comunicadores como Raúl Vargas y Augusto Álvarez Rodrich.

No se trata —nos explican— de un evento en el cual los protagonistas de la escena cultural arequipeña asistan como meros espectadores. Autores como los jóvenes Orlando Mazeyra, Juan Yufra y Álvaro Fischer presentarán sus libros y se anuncia también dos antologías —una de narrativa, otra de poesía— donde se reúne lo más valioso de la producción local.

“Este es el primer paso” —nos dicen también—. Parece ser que la idea de hacer de Arequipa “la capital cultural” o “la ciudad del libro” no es simplemente una utopía.


*Actualizado el 18 de diciembre de 2009. Ver los resultados finales de este festival aquí.

JUEVES 26: CONVERSATORIO: “LA LITERATURA Y LA VIDA” EN TACNA


Estimados amigos, para este Jueves de bohemia literaria, tenemos como invitados a dos distinguidos escritores: Artidoro Velapatiño y a Juan Torres Gárate. Con ellos trataremos esa noche el tema La literatura y la vida.

Dos invitados de lujo en una velada nocturna, donde la literatura es el tema principal. Será una noche de conversación y lecturas.

Los esperamos en el café Zeit, calle Deustua nº 150 (Frente a la RENIEC), a las 7:30 p.m. El ingreso es libre.

JUEVES 26: PRESENTACIÓN DE LA REVISTA ÓNICE Nº 3


En el III Congreso Internacional De Estudiantes De Literatura - CONELIT 2009, se presenta el 3er número de la revista Ónice.

Día: jueves 26 de noviembre
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Instituto Raúl Porras Barrenechea (Calle Colina 398. Miraflores, a la altura de la cuadra 52 de la Av. Arequipa)

Presenta: Héctor Ñaupari.

24.11.09

WITOLD GOMBROWICZ Y LUIS CHITARRONI


Por Juan Carlos Gómez

Dediqué horas enteras a estudiar el tipo de las relaciones que me vinculaban a los editores, comparé a las editoriales con cajas negras, y analicé el comportamiento de los editores y de sus auxiliares llamados lectores a los que motejé de pulgones. Asocié los extremos de su conducta al comportamiento de los asesinos seriales y de los rufianes melancólicos y determiné que su naturaleza sólo alcanza un desarrollo que no pasa del nivel de los protoseres.

Otros extremos entre los que se mueven los Protoseres son la dulzura y la aspereza, siendo los casos de la Hormiguita Viajera y de la Bestia Catalana, en ese orden y según mi experiencia, los más connotados. Dividí en cinco grupos las técnicas que utilizan los editores para contrariar a los autores y, en fin, estos personajes vinculados a la actividad de escribir desde hace tantos siglos terminaron por hacerme perder la paciencia y el humor.

En uno de los gombrowiczidas le abrí las puertas a ciertas tendencias tanáticas que a veces se apoderan de mí y declaré que ya que no podía doblegar a los editores entonces iba a tratar de destruirlos.

En medio de la penumbra y de una horrible tensión que me zumbaba en los oídos, y sin saber a qué santo encomendarme para salir de las entrañas de los Protoseres, una tarde caí en uno de esos estados hipomaniacales en los que de vez en cuando caen los genios, y en cierto momento, el destello de una luz intensísima que me venía desde la inteligencia me hizo ver con claridad meridiana que tenía que dirigirme al Guitarrón, a pesar de un mal entendido que ya había surgido entre nosotros siempre a propósito de Gombrowicz.

“[…] Una pregunta que me hago, Chitarroni, y que todavía no pude contestarme, es por qué manifestaste tanto interés en leer las cartas que yo le escribí a Gombrowicz sabiendo de antemano que no se las ibas a proponer a Sudamericana para que las publicara, ¿porque sos curioso, porque sos loco o porque sos payaso? […] No por nada yo presentía que tu barba era una señal preocupante, la última sensación que me queda de vos es parecida a la que uno podría tener si lo dejan colgado de un pincel”.

No es tan fácil ubicar al Guitarrón en el rango que cubren los Protoseres y que va desde los asesinos seriales a los rufianes melancólicos y desde la dulzura a la aspereza. La característica más sobresaliente de este distinguido gombrowiczida es la de que, en la mayor parte del tiempo aparece emboscado, con un aspecto parecido al que tenían los anarquistas eslavos prerevolucionarios de las historietas a los que presentan con trajes negros, sombrero y una bomba esférica en la mano con la mecha encendida.

En la misma época en que los rusos se preparaban para dar el golpe final en los acontecimientos revolucionarios más importantes que registra la historia contemporánea, Iván Pavlov realizaba unos experimentos que se me asociaron sorpresivamente con el Guitarrón.

Iván Pavlov, el fisiólogo ruso que realizó estudios sobre las glándulas digestivas, los reflejos condicionados, la actividad nerviosa superior y los grandes hemisferios cerebrales, les hacía mirar a los perros de su laboratorio unos círculos para asociar sus conductas primarias a elementos abstractos. Un día se le ocurrió ir estirando estos círculos que, poco a poco, fueron adquiriendo la forma de elipses hasta que los pobres pichichos, no pudiendo distinguir qué clase de figura estaban viendo, tuvieron trastornos de conducta.

No sé bien qué asociaciones de la imaginación me indujeron a pensar que Pavlov podía venir en mi ayuda para provocar, como lo hizo el ruso con los perros, trastornos en la conducta del Guitarrón. El procedimiento que se me ocurrió era benigno y podía ser interrumpido en cualquier momento, posibilidad que los perros de Pavlov no tenían.

Le propuse la publicación de “Gombrowicz, y todo lo demás”, pero el libro no se lo mandé, y no se lo mandé con el pretexto de que tenía cuarenta mil palabras y que, quizás, para evitarse una lectura prolongada bastaba con que leyera el índice, la presentación y “Gombrowicz, la deserción y el destierro”, una conferencia que había dado en el Malba pues contenía una parte importante del libro que quería editar.

Unos días después, y con la misma excusa anterior, le mandé “Gombrowicz y los argentinos”, mi ponencia en la mesa redonda del Malba que, del mismo modo que la conferencia contenía, aunque en menor cantidad, algunos pasajes del libro, pero tampoco esta vez le mandé el libro.

Y casi sin respiro realicé otro envío, el de “Gombrowicz, este hombre me causa problemas”, con el pretexto de que, por si acaso no lo hubiera leído, le podría resultar de alguna utilidad para tomar un decisión más fundada, pero el libro no se lo mandé.

El procedimiento me resultaba tan estimulante que acto seguido le mandé “Goma”, “Goma 2” y “Goma 3” del Viejo Vate, para que se informara de la repercusión que tenían mis escritos en Polonia, la patria de Gombrowicz, pero el libro no se lo mandé.

De todo esto iba a resultar al final de la historia que el Guitarrón habría leído, si es que no interrumpía el procedimiento en algún momento, cincuenta mil palabras, diez mil más de las que tenía “Gombrowicz, y todo lo demás”, un libro que por su ausencia sistemática debería, pensaba yo, haber despertado en el Guitarrón un deseo incontenible de poseerlo y de publicarlo. Pero las cosas no ocurrieron así.

La carta que me escribió el Guitarrón me puso sobre aviso de que al desempeñar su papel de Protoser se había emboscado.

“[…] el material que me mandás me encanta. Creí que estabas enojado conmigo porque dije la palabra ‘cuartillas’ en la presentación del libro de Pitol. O por alguna otra cosa. César me lo había dicho, emir de las intrigas. En fin, muy agradecido. Sigamos comunicándonos indirectamente”.

Pero como yo estaba decidido a llevar hasta el final el experimento seguí haciendo maniobras de aproximación.

“Habiendo dejado fuera de combate al Pato Criollo y al Orate Blaguer ha llegado el momento de que le encargués a ‘Sudamericana’ la redacción del contrato, la impresión, la edición y la posterior distribución y venta de “Gombrowicz, y todo lo demás”, un libro que vuela con este mail rumbo a tu escritorio”.

El Guitarrón no es persona de ir directamente al grano, igual que las gallinas, cloquea mientras gira en círculos alrededor del maíz antes de comerlo. En vez de desestimar de entrada la publicación de mi libro o de poner la respuesta en un futuro incierto, puso la respuesta que me iba a dar en un futuro cierto, pero la respuesta por supuesto no me la dio. Y aquí nace una ruina.

Guitarrón: —¿Por qué sos tan insubstancial?; —Guasón: ¿tanto te gusta que te contesten que no? ‘¿Insustancial?’ ¡Qué vocabulario de monaguillo! Guitarrón insustancial. ¿Pensaste dedicarte a la poesía lírica?

De la observación atenta de la foto que forma parte de este gombrowiczidas se puede deducir fácilmente que al Guitarrón sólo le falta la bomba esférica con la mecha encendida para tomar la apariencia de un anarquista eslavo prerevolucionario.

PENÉLOPE ECHANDO FLORES EN EL ESTIGIA: EL PERSONAJE FEMENINO EN LA NARRATIVA DE GABRIELA CABALLERO


Por Darwin Bedoya

El territorio que demarca Gabriela Caballero Delgado (Cusco, 1977) cuando escribe, es un espacio en el que va delineando minuciosamente una serie de rostros, de perfiles femeninos un tanto resueltos, rasgos de personalidad que no se distancian mucho, pero que sí se confrontan, que a veces se polarizan, o simplemente tienden a la ruta de una divergencia. Esto ha permitido que la soledad, como consecuencia de una disociación, ocupe una posición privilegiada en su literatura. Esta soledad, acompañada de una desesperanza, viene a ser uno de los ejes temáticos que estructura su ópera prima titulada «Los relojes de Adela» y publicada por Cuadernos del sur editores, 100 pp, 2009. Para la autora, las angustias devenidas de la soledad reflejan el sueño de la esperanza como generadora o componente de un discurso que se va tornando en melancólico y subjetivo, por este motivo no es de extrañar que los cuentos que integran «Los relojes de Adela», presenten los rasgos de la literatura entendida como deseo constante a través de un concierto de intertextualidad con un clásico de clásicos: «La Odisea.» Es necesario referirse también que en el libro de GCD, el discurso femenino como personaje que vertebra los cuentos es una voz que se muestra en todos los niveles del texto literario: unas veces un tanto genérico, otras mucho más temático, en ocasiones lúcido en el aspecto estructural, a menudo lírico y con grandes dotes lingüísticas; pero siempre en búsqueda de una prosa pulcra y sólida.

En seis de los diez cuentos de este libro, quienes protagonizan las historias son mujeres que se ven obligadas a ponerse continuamente en una situación de desesperanza y soledad exhaustiva. La caracterización de los personajes en «Los relojes de Adela» es plenamente actual. Es verdad que la clásica historia de la Penélope de Homero ha tenido infinidad de adaptaciones, donde el mito, como en «Los relojes de Adela» coincide en hacer recaer el peso del protagonismo sobre los hombros de Penélope y en ofrecer una imagen siempre lejana de un «Ulises» que no se cansa de llegar, pero que no llega y que, además, representa en la obra de GCD, como en el drama odiseico de Homero, el realismo y la brutalidad que chocan frontalmente con el idealismo y la sensibilidad del mundo femenino encarnado por la desesperanza y la soledad de Penélope.

Este rasgo protagónico que van adquiriendo los personajes femeninos desde el cuento «En este pueblo no hay niños» hasta terminar en el cuento final «Los relojes de Adela» genera una atmósfera de pulsaciones que nos dejan en una habitación cerrada o en un callejón sin salida. Este halo de escritura femenina se inicia con «En este pueblo no hay niños», allí la voz narradora le pertenece a una mujer que va contando los sucesos en un pueblo en el que, tal como refiere el título, no existen niños. En esta historia que apertura el texto, la conversa entre mujeres alude a un hombre que de pronto puede ser «Ulises» pues, al haber engendrado hijos en cada una de ellas, éste se marcha para siempre al más allá y otra vez las deja con la desesperanza, en la soledad o el pavor de enfrentarse a un marido que enloquecerá al saber del inesperado embarazo de sus mujeres. La historia concluye cuando la voz protagónica anuncia que enterraran el corazón de ese Ulises en el patio de la escuela. Este corazón parece ser el símbolo de un romanticismo profundo ya que aparece otra vez en «La espera», el mejor cuento intertextual, que anuncia nuevamente a una Penélope que aguarda impaciente a ese «Ulises» que demora una eternidad en llegar. La idea del corazón, aunque simbólica, le confiere a la historia un aire de sentimentalismo, de idealismo, obviamente, además de una notoria hiperbolicidad descollante en contraste con el mito de un amor puro e inocente. Aquí se repasa ese extraño mundo de mujeres que confían en la promesa de un hombre que tal vez nunca pensó en volver siquiera. Sin duda este aire narrativo nos lleva a conectar los personajes, las historias con la relación entre mitología y literatura que se da en el hombre, en el escritor, en el campo de lo humano y lo vital de las relaciones familiares, de donde se desprende incluso una visión particular del mundo tras esa mezcla, esa fusión de sentimientos. Así, la mitología, que parece dar a la literatura un aspecto de ella, podría concebirse también como dentro de la transculturación, por lo que se estaría hablando de mitologías transculturadas, hecho que merece un estudio aparte, pues no puede dejar de comprobarse que la escritura con que se lleva a estructurar una obra de plenitud que mora bajo los crepúsculos de nuevas formas narrativas, nuevas tendencias como el que ahora disfrutamos en «Los relojes de Adela» que, asimismo, no solo se encarga de mostrar estas constantes, sino que también explora la psicología y los recodos y parapetos del ser humano, esa condición humana que nos hace vivir en soledad o en base a una palabra eterna que flamea en la distancia, en los corazones: la promesa.

La figura de Penélope en «Los relojes de Adela» aparece ligada al telar y a su labor de tejer y destejer, se incluye, inclusive, a Telémaco como el hijo que sale en búsqueda de su padre: (Tu hijo se ha marchado. Pensaste pedirle su corazón. Que te lo dejara como su padre para no perder nunca el camino de regreso a casa. Pero sabes que de entregártelo, también él se olvidaría de ti.) «La espera», p.43. El campo semántico del tejido es muy recurrente a la hora de establecer metáforas desde el «feminismo de la diferencia», aquél que lucha por la igualdad social de los sexos pero reconociendo y enorgulleciéndose de los valores propios de la mujer. Parece ser que la mayoría de los cuentos de esta colección, giran alrededor de la idea de la espera: La mujer que espera (esa mujer apesadumbrada, Penélope de hoy) viendo caer los otoños en su rostro y en cada lágrima, su propia historia de amor rota en mil pedazos. Dos recorridos enhebran las historias de este libro: el histórico y el actual, un tiempo de espera que lleva a los personajes de la actitud de «esperar a» (al hombre amado), a la de «esperarse a sí misma», pero sin ningún cansancio. La espera es una forma de existencia. Es un acto silencioso de reafirmación en lo que somos, en lo que sentimos, en lo que esperamos. El tiempo no es ningún enemigo, es un compañero de viaje que nos coge de la mano y a veces nos conduce por una incesante oscuridad. Las penélopes de «Los relojes de Adela» son las fotografías de todas las mujeres que esperan. Estas penélopes son instantes de un proceso de escritura y/o instalación de otra forma de olvido. Ellas son cadencias, palabras, texturas del tiempo en que nosotros mismos fuimos tejiendo nuestra vida. Podemos observar que en «Los relojes de Adela» se representa a su vez la metáfora de la historia de la mujer. Historia compuesta de grandes esperas para la adquisición de derechos e igualdad. Historias marcadas por la evolución de una condición (la de mujer) que ha sido maltratada a lo largo de los siglos y que aún hoy en día sigue siendo castigada. Penélope es algo más que decir lo que no dijo Homero, es decir lo que no pudieron decir muchas mujeres. Y hoy tienen la oportunidad.

La evolución del comportamiento de los personajes en «Los relojes de Adela» nos marca un paso del tiempo evidente, pero no podríamos definir cuántos días, cuántos meses, cuántos años. Si queremos hablar de tiempos, podemos hacerlo como cuando vimos los personajes: Tiempo de tristeza, tiempo de serenidad, tiempo de calma, tiempo de desasosiego, tiempo de encuentro consigo misma. No se trata pues de la dimensión temporal que miden los relojes, sino de la dimensión temporal interna de los personajes. El lugar que la autora nos ofrece es ese lugar que simbolizaría todos los lugares, un lugar poético, simbólico. Un interior: el de los personajes. Podemos imaginar las paredes del palacio de Ítaca, ¿Una habitación en Tacna?, las paredes que acotan un espacio personal intemporal. Una puerta de salida, o de entrada del nuevo yo. También podríamos hablar de habitaciones cerradas, de las habitaciones con teléfono, ésas que tienen una contestadota y que nos recuerdan la voz de la mujer que espera, pero esto no sería consecuente. El único espacio que existe es el espacio narrativo que cobija al verbo «esperar.»

Eduardo Gonzáles Viaña, en la contratapa del libro, resume las diez historias de «Los relojes de Adela» de este modo: «La llegada de un profesor que, enfrentando a los personajes, inexplicablemente construye una escuela en un pueblo sin niños. El conflicto de un hombre que se descubre sin memoria y preso en una habitación extraña. La angustia de un joven, sufriendo el acoso y la presencia inquietante de tres hombres. La prolongada espera de una mujer aguardando el retorno de quien literalmente le ha dejado en prenda su corazón. Un grupo de muchachos enamorados de una joven que esta muriendo, decididos a protegerla de la inminente venida de los otros. Un anciano que olvida un suceso importante. Una historia de amor que trastorna la racionalidad de una mujer. La llegada periódica de fotografías exhibiendo la lenta agonía de una niña. El homicidio de una bella mujer en la playa. Y la historia de Adela y sus innumerables relojes incapaces de señalar la hora.» Sin embargo, esta connotación podría ser vista desde otra lectura, la nuestra, cuando la relacionamos con la Penélope que va echando flores en el Estigia, una mujer que desde la barca de Caronte se ha dedicado a echar margaritas en las tenebrosas aguas de ese lago, pensando así: La llegada de un profesor que, enfrentando a los personajes, inexplicablemente construye una escuela en un pueblo sin niños. (¿Es un «Ulises» que al fin llega y muere en Itaca?), El conflicto de un hombre que se descubre sin memoria y preso en una habitación extraña. (¿Es un «Ulises» que esta confinado en alguna isla, con Circe?), la angustia de un joven, sufriendo el acoso y la presencia inquietante de tres hombres. (¿Es un hombre que representa a una Penélope que esta siendo acosada por los pretendientes?), la prolongada espera de una mujer aguardando el retorno de quien literalmente le ha dejado en prenda su corazón. (¿Es, sin duda una Penélope, aferrada a una promesa/corazón, mujer que vive aguardando a su amado Ulises que al fin llega a Itaca?), un grupo de muchachos enamorados de una joven que esta muriendo, decididos a protegerla de la inminente venida de los otros. (¿Estos muchachos son varios Telémacos que cuidan a su madre de los pretendientes que al fin llegan a Itaca?), un anciano que olvida un suceso importante.(¿Es un «Ulises» que ya estando en Itaca, no recuerda a que ha venido hasta esta isla?), una historia de amor que trastorna la racionalidad de una mujer. (¿Es una Penélope que ya se ha cansado de esperar y que a raíz de su excesiva tristeza ha enloquecido en Itaca?), la llegada periódica de fotografías exhibiendo la lenta agonía de una niña. (¿Es una pequeña Penélope que desde su infancia sufre por la ausencia de Ulises?), el homicidio de una bella mujer en la playa. (¿Son los pretendientes que, al fin decidieron matar a la bella Penelope?), y, finalmente, la historia de Adela y sus innumerables relojes incapaces de señalar la hora. (¿Es otra vez Penélope contemplando el paso del tiempo, sin nunca ver que su Ulises, al fin, llega a Itaca?). Todo parece girar en torno a Penélope en «Los relojes de Adela».

La mujer escritora suele preferir una estructura que le permita mayor libertad, que no sea lineal sino recuperativa, acumulativa, cíclica disyuntiva, lo que remitiría a la fragmentación de sus vidas. Una forma que no esté férreamente definida, sino que va haciéndose a la vez que se va produciendo el acto comunicativo, de forma que tenga cabida en ella lo fragmentario, lo inconcluso, la improvisación y, por supuesto, la reiteración como forma de perennizar el mundo inconsciente, lo cual evidencia una clara preferencia por lo parcial frente a la totalidad; lo que, en parte, también ha hecho suya la escritura de la postmodernidad: una estructura unida al proceso discursivo, que le permita enlazar las partes a la manera de un relato que integra otros relatos, que ha metaforizado como rosario o collar de perlas, y también como espiral, sin seguir una sola línea narrativa, sino varias, con una gran libertad temporal y espacial y con finales abiertos como nos muestra aquí, en este texto, GCD.

Esto supone entonces que la forma se va creando a la vez que se va produciendo el acto comunicativo. Es decir el proceso solo tiene sentido en cuanto está en movimiento. Al igual que la tela de Penélope, el acto comunicativo sólo tiene sentido mientras se está realizando, por lo que no puede ser nunca algo perfecto, en el sentido de totalmente acabado. La estructura fragmentaria propia de la escritura femenina también se puede aplicar para el postmodernismo. Con todo lo hasta aquí expuesto, no es de extrañar que las autoras como GCD se sientan embelesadas por la figura y la labor de Penélope. La figura de Penélope está dotada de una gran complejidad, se trata de un carácter muy rico en matices, pese a lo que pueda parecer, por lo que ha sido objeto a lo largo del tiempo de muy diversas interpretaciones. Es cierto que la lectura de «La Odisea» parece mostrarnos ese paradigma de la mujer sumisa, que desempeña las labores atribuidas al género femenino tradicionalmente representadas por el tejer y destejer que ocupa a Penélope. Más allá de la apariencia, Penélope es una mujer, en la actualidad, un tanto astuta pues consigue mantener a su alrededor a todos esos hombres que de uno u otro modo la acosan y que finalmente se reencuentra con el objeto de su «deseo.» Si bien ésta es la mujer virtuosa que tantas veces se contrapone con la de Clitemnestra, trágica, la mujer que calla, y teje, y ama fielmente, paradigma femenino de la sociedad heroica también es cierto que la riqueza de su figura permite observar su espíritu desde el interior, interpretar su silencio, y comprender su frustración, y el miedo que en ocasiones la atormenta, y la hace reaccionar de determinada manera. Si nos concentramos, por ejemplo, en «La espera», aquí Penélope parece ser la más serena y sensata, aquella que está al borde de la locura, pero que no se inmuta demasiado con el paso del tiempo, y que espera y espera en el acantilado, pero cuando finalmente reconoce su verdad y se descubre, aparece un alma agitada no carente de inconformismo, siente latir ese corazón prendado, siente que debe estar en el pecho vacío de ese hombre que le dará felicidad. Nada de esto es de ahora, todo está explícita o implícitamente en la tradición griega o ha sido interpretado desde las claves que ésta ofrece. Los caracteres de las heroínas (penélopes) que aquí se reúnen son distintos y a la vez complementarios pero los motivos que las han movido a actuar son muy parecidos y llegan a identificarse al producirse la explosión de sentimientos, la ruptura del aislamiento y la llamada a la acción, y a la solidaridad entre ellas, pero especialmente al mundo que le atribuye GCD al crear cada atmósfera y caracterizar cada personaje de esta índole.

A veces pareciera que las penelopes de «Los relojes de Adela» no pueden tomar las riendas del destino. Y por ello, quizá las penélopes de las que habla GCD, son mujeres que se solidarizan con el pasado y que aún a pesar de ello, viven una agonía con el recuerdo. Diremos entonces, a modo de conclusión que, en «Los relojes de Adela» se recoge la figura de esta mujer con una intención de revisión del mito y con un propósito de contemporaneización del mismo. Demoler el mito para construir uno nuevo desde la perspectiva del hoy, y en el espacio comprendido en el periodo de espera. Esto nos permite preguntarnos en qué medida se puede vivir en función de una promesa. Valdría la pena revisar si hoy por hoy tiene algún sentido lógico esperar años y años a alguien. Habría que revisar nuevamente qué hacemos con el tiempo que se gasta en la espera, ¿retorna? Este texto, sin duda expresa el tránsito de una mujer ancestral, callada y sumisa, que sabe amar a cambio de nada, esta es una reminiscencia de un alma carente de pecado y comprometida con su propia vida. Este tránsito es un proceso histórico, una conquista de desgarre y de logros, una lucha siempre presente, constante. Una posición de vida no sólo ante la pareja, sino también ante los hijos e hijas, ante las relaciones de trabajo y de estudio, ante la vida como totalidad y eterna condición humana. Los veinte años de espera de Penélope en «La Odisea» son una excusa, la metáfora de todos los tiempos (largos o cortos) de todas las esperas. Después de la lectura de «Los relojes de Adela», surgen muchas preguntas y una manera diferente de ver a Circe, a Calipso o Atenea, diosas reducidas luego a Hetairas; Nausicaa, Arete, a la mismísima Penélope o la vilipendiada Clitemnestra, las cuales no son más que ¿desagravios enaltecidos? de la imaginación masculina. Existieron, sí, ¿pero fueron así realmente? Nunca lo sabremos a ciencia cierta. Lo innegable es que hay que reinventarlas.

* Ganadora del Premio Nacional de Cuento, «Fomento a la Cultura», otorgado por Electro Puno S. A. A. en el 2006 y, luego, en el mismo año, también logró ser finalista en uno de los más reñidos concursos literarios del Perú: la XIV Bienal de Cuento Premio Copé 2006, organizado por Petroperú. Gabriela Caballero Delgado no sólo nos muestra su dominio de la narración breve, sino también su predilecta elección de los personajes femeninos, inclinación expuesta ya desde «La metamorfosis de Alejandra» (Cuento que lograra la mención en el Copé), hasta su reciente colección de cuentos «Los relojes de Adela.»

21.11.09

LUNES 23: LA VANGUARDIA LATINOAMERICANA: OSWALD DE ANDRADE Y GAMALIEL CHURATA


Conferencia: “La vanguardia latinoamericana: Oswald de Andrade y Gamaliel Churata” dictada por Meritxell Hernando Marsal (España).

Lugar: Repertorio bibliográfico, Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM

Día: 23 de noviembre
Hora: 5:30 p.m.
Auspician: La Escuela Académico Profesional de Literatura

Organiza: Cátedra de literatura Brasilera & Revista Discursiva

LUNES 23 PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS “OTROS VILLANOS” (POESÍA Y NARRATIVA)


Pájaros en los Cables Editores se complace en invitar a la presentación de los libros OTROS VILLANOS (poesía y narrativa), obras en las que se muestran los trabajos de jóvenes escritores destacados como Alessandra Tenorio, Víctor Ruiz, Carlos Saldívar, Joe Montesinos Illesca, Antonio Taboada, Carlos Morales Falcón, Nadeshda Rodríguez, René Llatas Trejo, Ilich Quispe, Jorge Luis Obando, Paola Roncal, entre otros. Dicho evento se realizará el lunes 23 de noviembre a las 7:00 p.m. en el Instituto Raúl Porras Barrenechea (Calle Colina 398, Miraflores). Nos acompañará en los comentarios, el reconocido escritor, Oswaldo Reynoso y el poeta Ronald Portocarrero.

En estos libros se recogen textos de 16 poetas y narradores, algunos con libros ya publicados, y otros que aún mantienen sus obras inéditas. Siendo esta muestra, en poesía y narrativa, una importante selección que sin duda será un buen aporte a la literatura actual.

También estarán presentes, autoridades de la referida institución y otros invitados de honor.

Están todos invitados, el ingreso es libre.

20.11.09

DESDE EL 27 DE NOVIEMBRE HASTA EL 10 DE DICIEMBRE: 30ª FERIA DEL LIBRO RICARDO PALMA


Amigas y amigos:

Se lanzó a la prensa la 30ª Feria del Libro Ricardo Palma. En relación al año pasado: mide el triple (6,500 metros), hay más del doble de actividades (176) y tendrá conciertos musicales (El fiestón de la feria), exposiciones, invitados e invitadas internacionales. Les envío adjunto el plano (la Ciudad de Ribeyro), el afiche, datos de interés, resumen de actividades culturales y la programación diaria. La entrada será de un sol todos los días (menores de 12 y mayores de 60, no pagan). Va del 27 de noviembre al 10 de diciembre, de 12 m. a 10 p.m.

Ya ustedes saben, no estaremos en el acostumbrado Parque Kennedy de Miraflores porque su alcalde no quiere, sino en el Vértice del Museo de la Nación (esquina Javier Prado y Aviación, distrito de San Borja). Una vez más, con la característica peruana de la innovación, ante una adversidad hemos respondido con creatividad; y ante el gesto de abuso e intolerancia de un funcionario, hemos respondido con el escudo de la belleza y la cultura. La consigna de esta feria es “Si la feria no puede ir al parque, entonces el parque irá a la feria”. En su interior hay calles, plazuela, boulevard, explanada y alameda con bancas, faroles, árboles, pileta, vendedores ambulantes y activaciones artísticas. La Cámara Peruana del Libro les invita a la más tradicional y renovada feria del Perú.

Un gran abrazo,
Doris Moromisato Miasato
Directora Cultural

CONVOCATORIA PARA EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA CIELO ABIERTO-2009 (DEL 11 AL 14 DE DICIEMBRE DE 2009)


3er Festival Internacional de Poesía
CIELO ABIERTO
(Chile-Perú)
del 11 al 14 de Diciembre-2009


Ven y participa de lo que será el Festival de Poesía mas grande y popular del Perú, 3er FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA CIELO ABIERTO 2009, edición dedicada a la poesía chilena y peruana.

Un festival con objetivos descentralizadores y antisistémicos que se desarrollará en las ciudades de Barranca, Paramonga, Puerto Supe y Chimbote del 11 al 14 de Diciembre.

Se les invita a leer la convocatoria para los poetas peruanos interesados en esta fiesta de la poesía (pinchar en la imagen).

¡Ven y únete a la descentralización cultural!…

19.11.09

VIERNES 20: COLOQUIO NACIONAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS EN SAN MARCOS 2009


Este viernes 20 de noviembre en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se llevará a cabo el “Coloquio Nacional José María Arguedas: Literatura y mundo andino” al conmemorarse los 40 años de la desaparición de este importante escritor peruano.

Están todos cordialmente invitados

4.11.09

JUEVES 5: PRESENTACIÓN DEL SÉPTIMO NÚMERO DE LA REVISTA APÓSTROFE


NOTA DE PRENSA:

El Centro Cultural Peruano Norteamericano y el Grupo de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades “Apóstrofe” invita a la presentación del séptimo número de la REVISTA APÓSTROFE, una de las publicaciones más importantes de investigación académica producida en el sur del Perú.

La REVISTA APÓSTROFE, publicada desde el año 2001, en su séptima edición, dedicada al poeta José Ruiz Rosas, nos trae artículos sobre el Inca Garcilaso de la Vega, Ventura Travada, Mariano Melgar, Jorge Polar; un análisis de las categorías de raza, género y clase en Arequipa y Cusco en los tiempos republicanos; interpretaciones sobre el fenómeno del cine en provincias y un ensayo sobre la inteligencia arequipeña. También en su sección Zaguán trae una divertida entrevista con el escritor Alfredo Bryce Echenique, dos cuentos de Oswaldo Chanove y Percy Prado y más…

La presentación estará a cargo de: Juan Carlos Valdivia, José Luis Ramos, Willard Díaz y Jorge Monteza. Se realizará el día jueves 5 de noviembre en el auditorio del Centro Cultural Peruano Norteamericano, calle Melgar 117, a las 19:00 horas.

3.11.09

MIÉRCOLES 4: HOMENAJE AL GRAN ESCRITOR CIRO ALEGRÍA EN SU CENTENARIO


El Centro Cultural de San Marcos rinde este miércoles 4 de noviembre homenaje a Ciro Alegría, el autor de El mundo es ancho y ajeno, con un acto en el que Tomás Escajadillo abordará el original y polémico tema: “Rumi: ¿existió o no existió?”

El Dr. Escajadillo es un especialista en Ciro Alegría, al cual ha consagrado varios libros. Ex Decano de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de San Marcos, reivindica la resonancia y vigencia de uno de los grandes de la cultura peruana y renovador de la narrativa nacional.

Ciro Alegría, constituye junto con José María Arguedas, el exponente mayor de las luchas de los campesinos peruanos por la justicia y la inclusión social.

El acto tendrá lugar en el Salón General del CCSM (Av. Nicolás de Piérola 122, Parque Universitario), a las 7:00 p.m. El ingreso es libre.

Para mayores informes comunicarse con la Oficina de Imagen Institucional del CCSM: 6197000 # 5207.

1.11.09

CARLOS GERMÁN BELLI ES RECONOCIDO CON EL PREMIO SOUTHERN 2009


El extraordinario poeta peruano Carlos Germán Belli acaba de obtener el Premio Southern 2009 en mérito a su obra, que implica el funcionamiento de un código heterogéneo donde se dan cita los recursos estilísticos de la tradición (de la lírica provenzal, de la escritura barroca y la poesía renacentista) al lado de una imaginería vanguardista. Ello al servicio de una cosmovisión donde hay una crítica razonada a los sistemas de poder metaforizados en imaginería poética: la noción del “cepo que severo te avasalla”, por ejemplo.

Pocas veces en la literatura en lengua castellana ha existido una poesía tan insólita como la de Carlos Germán Belli, quien ha forjado un estilo que se distingue en el ámbito de la poesía de los años cincuenta. Desde este espacio virtual le hacemos llegar nuestra más cálida felicitación. A manera de homenaje, uno de sus poemas más representativos:


SEGREGACIÓN N.º 1
(a modo de un pintor primitivo culto)



Yo, mamá, mis dos hermanos
y muchos peruanitos
abrimos un hueco hondo, hondo,
donde nos guarecemos,
porque arriba todo tiene dueño,
todo está cerrado con llave,
sellado firmemente,
porque arriba todo tiene reserva:
la sombra del árbol, las flores,
los frutos, el techo, las ruedas,
el agua, los lápices,
y optamos por hundirnos
en el fondo de la tierra,
más abajo que nunca,
lejos muy lejos de los jefes,
hoy domingo,
lejos muy lejos de los dueños,
entre las patas de los animalitos,
porque arriba
hay algunos que manejan todo,
que escriben, que cantan, que bailan,
que hablan hermosamente
y nosotros rojos de vergüenza
tan sólo deseamos desaparecer
en pedacitititos.


*Tomado de La soledad de la página en blanco.
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