Escritor boliviano Edmundo Paz Soldán |
ENTRE EL RUMOR: EDMUNDO
PAZ SOLDÁN
Iván Jesús Castro
Aruzamen
Edmundo Paz Soldán, Premio nacional de novela, mcondiano y
parricida del macondismo de los sesenta, ve cómo su última novela alcanza un
notable éxito de ventas y reconocimiento, bajo el título de Norte; en
Bolivia ha sido editada por Nuevo Milenio en coedición con la española
Mondadori. Norte es una novela sobre los apátridas del sur en norte. Si
bien se ha escrito y producido mucho sobre el tema, hasta ahora ningún escritor
boliviano ha escrito nada mejor.
Con gran habilidad, Edmundo Paz Soldán, ha logrado unir en
una novela tres hilos aparentemente aislados: una descripción irónica y
policial sobre la vida, miedos, temores, desplazamiento fronterizo y ejecución
en una cárcel norteamericana del Railroad Killer, mexicano, Jesús María José;
un informe preciso, técnico, sobre la academia norteamericana y sus escarceos
literarios, a través de Michelle y su tortuosa relación con un decadente
profesor universitario, Fabián, atrapado entre el pseudo status académico
universitario y las neurosis de las drogas; y, finalmente, una trama de
acuciante interés por el arte pictórico y los recuerdos de la guerra cristera
mexicana de mediados del siglo XX, retratada en las creaciones de Martín
Ramírez, un inmigrante indocumentado, que acaba sus días de silencio en un
psiquiátrico.
Según estos tres hilos conductores de la novela, para Paz
Soldán, los Estados Unidos no sólo padecen el cáncer de las multinacionales
—aunque en última instancia éstas terminan siendo sólo uninacionales—, sino
también, el desarraigo, los traumas de la convivencia interracial, y cómo para
los desplazados del mundo en busca del sueño americano éste se convierte en una
pesadilla. De modo que el sueño americano se transforma en un mal de millones,
consuelo de pocos norteamericanos.
Edmundo Paz Soldán, desde sus primeros cuentos y pasando por
novelas como Palacio quemado, Río fugitivo, Los muertos
vivos y Norte, su prosa ha sufrido la metamorfosis de todo escritor
comprometido con su oficio, hasta alcanzar una madurez propia del narrador
dueño de una voz propia; en Norte la prosa de Paz Soldán, reúne la capacidad de
intriga de la novela policial y la ironía escéptica de una Montaigne. A pesar
de que los norteamericanos, bajo la égida de su sueño americano y de bienestar
quieren todo el mundo para ellos y el resto para los demás; a pesar de que el
narcotráfico, la violencia, las perversiones, la intriga política, el
desarrollo desenfrenado, el hedonismo, los americanos no se merecen una novela
tan buena como Norte. Es hora ya de aceptar que los buenos novelistas han
empezado a prestarle más atención a los efectos perversos, nocivos de la
globalización, la falta de tolerancia, la identidad, o en palabras de Paz
Soldán, las máscaras de la nada que recubren la sociedad actual.
He escrito el algún lugar, siguiendo a Jurgen Moltman, que
el sueño americano es prometedor para la humanidad, pero así como los sueñan
los norteamericanos no es posible para el resto del planeta. Ante un panorama
tan desolador del paraíso americano, ¿qué puede importarles a las grandes
cabezas del capitalismo, la condena de escritores como Paz Soldán, Gabriel
García Márquez o José Saramago y en su momento Mario Benedetti, si las cabezas
más sensatas del mundo viven sobre la cresta del capitalismo más salvaje?
Este escritor cochabambino, que desde hace décadas vive en
los Estados Unidos y conoce de cerca la sociedad opulenta del norte y su
decadencia moral, dice en esta novela, que “todos tenemos un mundo que
escondemos de los demás”, por lo que, los indocumentados venidos de todas
partes del mundo tras un sueño imposible, inmersos en las entrañas del monstruo
capitalista, han sido capaces de poner en vilo el poder y la seguridad del
imperio. ¿Qué hace entonces, que los norteamericanos sean unos imbéciles frente
al otro, al diferente, al distinto? Tan sólo la impaciencia y la neurosis de
creer que los desplazados son enviados por países enemigos.
La sentencia final del Railroad Killer: “El gigante debía
pagar sus años de abusos en la tierra”, resume gráficamente, la visión crítica
de Edmundo Paz Soldán, sobre las contradicciones en las que se debate la
sociedad norteamericana.
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